miércoles, 22 de mayo de 2019

Reseña del libro de Jeannette Grunhaus de Gelman


EN LOS DIAS CLAROS CANTÁBAMOS
Jeannette Grunhaus de Gelman


Libro dramático, sin concesiones al sentimentalismo, a pesar de la fuerte relación afectiva de la autora con el tema.
Una época trágica de inhumanidad y crueldad. La voluntad, racional y planificada de exterminar o desaparecer a todo un pueblo. Seis millones de víctimas y un dolor infinito, frente a la indiferencia generalizada de una Europa que naufraga en sus prejuicios y fanatismos.
El Holocausto no puede ser olvidado y así lo ha asumido acertadamente el pueblo judío.
En este caso el libro EN LOS DIAS CLAROS CANTABÁMOS de Jeannette Grunhaus de Gelman es un testimonio directo de la ¨saga¨ de sus padres Hil y Alexandra. De origen judíos polacos y sobrevivientes de la tragedia que significo el Nazismo y la Segunda Guerra Mundial.
Este libro-testimonio fluye como una narración que nos atrapa desde el comienzo hasta el final: personas, hechos, circunstancias son presentados con objetividad y precisión. Cada dato, cada fecha, cada fotografía, cada testimonio nos van transmitiendo la configuración de un cuadro histórico- preciso y real. Desde la gente, desde abajo, desde el día a día y cotidianidad del pueblo judío de la época en Polonia. Asombra todo lo que les sucede y como de manera extraordinaria la vida es preservada, como por una providencia o destino o como repite reiteradamente Alexandra, por pura suerte.
La historia humana es dramática y trágica, es una historia cainítica igual que tiende a serlo la propia vida individual, especialmente en tiempos de prueba y dolor. Tiempos oscuros y de amenaza permanente a la propia vida.
Obligados a huir, en permanente trashumancia, escondiéndose y huyendo, huyendo y escondiéndose. Con el miedo a cuestas y fugitivos de sí mismos. La circunstancia de la guerra los marca a fuego de por vida.
Dolor nunca superado, es como un corte radical en la existencia, en donde todo se derrumba y desaparece a su alrededor, en donde la familia se diluye en la insania del holocausto y la propia tierra natal se vuelve hostil y peligrosa.
La historia es una vorágine, una trituradora de existencias y la historia del pueblo judío una vorágine sufrida a cielo abierto y además documentada.
Vidas destruidas, vidas destrozadas, vidas recuperadas, ese es el milagro y en el caso de Hil y Alexandra, Maracaibo y Venezuela fue el ¨refugio¨, el nuevo hogar, consolador y reparador, sin menoscabo de la herida siempre abierta del dolor padecido.
A pesar de todo, gracias a la identidad judía y la identificación con Israel, tierra y patria secular, les permitió de alguna manera cicatrizar y redimir, en términos existenciales, los dolores y las cicatrices y la orfandad rodeada de recuerdos y ternura. Reencontrarse a si mismos en la normalidad de su nueva vida en un país de lenguas y tradiciones extrañas, sencillo y amable, fue la precaria compensación a tanta desdicha y ausencias, que en Hil lo obligó a encerrarse en sí mismo y a Alexandra soportar una larga tristeza, que la acompaño siempre.
La autora Jeannette Grunhaus de Gelman, amiga de muchos años, de alguna manera con este libro sella un pacto definitivo con la familia sacrificada y sus padres y crea un legado para sus propios descendientes. Este es un libro bien escrito, veraz y honesto, que nos ha interesado y conmovido. Este es un libro escrito sin odio, sin rencores pero sí con el dolor compartido con sus progenitores y ancestros, víctimas frecuentes del odio humano y la irracionalidad del fanatismo e igualmente de la ¨banalidad del mal¨ que encarna en seres comunes y corrientes convertidos en verdugos de sus propios semejantes, que siendo víctimas no dejan de ser seres humano y la lección extraordinaria que en este libro se recoge de cómo un pueblo y en este caso Hil y Alexandra logran que al final siempre triunfe la vida.