domingo, 14 de julio de 2024

CAMBIO DE GOBIERNO

 

Entramos en la etapa final de este proceso electoral tan atípico, por llamarlo de alguna manera, en donde el régimen sin ningún disimulo, ha usado y abusado de los recursos del Estado, se han irrespetado todas las normas y no hay límites a sus abusos. A pesar de todo ello, están sin apoyo, la gente se hartó de las mentiras y promesas incumplidas. El país quiere y necesita otro gobierno, queremos recuperar a nuestras familias y el futuro de nuestros hijos y nietos. Nuestro propio futuro y decidir nuestro propio destino en libertad y con oportunidades reales, educativas y laborales. Venezuela no merece este destino y este gobierno no merece seguir siendo gobierno. Su fracaso es evidente y visible en todos los aspectos de la vida nacional y sin voluntad de rectificación. Al contrario, cada día más prepotentes y abusivos.

La oposición realmente comprometida con el cambio político, pacífico y electoral, es abrumadoramente mayoritaria y cada día se suman más y más personas, con espontaneidad y entusiasmo. Las giras por todo el país, de María Corina Machado son apoteósicas, en cada carretera, caserios, pueblos, ciudades, el recibimiento y el respaldo recibido es inocultable, todo un pueblo decidido a cambiar. Falta el acto electoral, allí es donde el régimen, que está perdido y lo sabe, puede intentar cualquier cosa. La organización y un liderazgo claro y con temple son fundamentales. Creo que lo hay, y la gente está dispuesta a votar y a defender su voto. De allí en adelante se inicia otro ciclo, la verdadera negociación para un gobierno de amplitud y unidad nacional. El país necesita ser reconciliado y enrumbado con sentido realista y práctico. Retomar creativamente el proyecto democrático en clave siglo 21; abrir el país, otra vez al futuro, a las oportunidades y al bienestar general.

Si queremos, podemos.

sábado, 22 de junio de 2024

¿BIDEN NO VA?

El influyente periódico NYT, muy vinculado al Partido Demócrata, planteó en días recientes la posibilidad de que Biden deje de ser candidato. En el encuentro del G7 en Italia fue demasiado visible el "despiste" del presidente norteamericano, que venía a confirmar situaciones anteriores. La edad no perdona, además en las encuestas Biden no sale muy bien. Si algo no se puede ignorar en la vida y particularmente en política, es la realidad-real. La convención Demócrata se reúne en Chicago en dos meses y el tiempo se agota para tomar la decisión más conveniente. La primera opción, podría pensarse en la vicepresidente Kamala Harris, pero ella no es popular y tiene mucha resistencia en sectores poderosos e influyentes. A partir de estos hechos, ya empiezan a circular algunos otros nombres, uno de los favoritos aparentes, es el actual gobernador de Illinois (Pritzker), de 59 años, multimillonario y ubicado en el sector progresista del partido Demócrata. Parar a Trump y su posible triunfo no va a ser fácil, pero este no genera confianza en sectores importantes y poderosos del país, inclusive en sectores de la cúpula republicana y de allí la expectativa y urgencia de un candidato sustituto de Biden, que tienen otros intereses y otra visión del país y del mundo, diferente del autoritario, intemperante e impredecible Trump.

La crisis norteamericana es real y de larga duración, tiene tiempo en desarrollo y continuará por mucho tiempo, no va a acabar con los Estados Unidos en tiempo corto y previsible. La crisis o malestar norteamericano, tiene que ver con factores internos estructurales y externos, geo-políticos. Una sociedad que cambia y comienza a ser otra y un mundo igualmente cambiante, particularmente con el desafío chino a la hegemonía de Estados Unidos y el realineamiento estratégico que esto está provocando. Lo que pasa en Estados Unidos, por su poder e influencia, de una u otra manera repercute en el mundo, y aquí en Venezuela también. Pero es muy pronto todavía para una proyección objetiva de quién va a ser el próximo presidente norteamericano.

 

Ángel Lombardi

lunes, 3 de junio de 2024

LEY Y DINERO UNA ILUSIÓN DE IGUALDAD

 

La Contemporaneidad, por lo menos en el llamado OCCIDENTE, se inaugura política e historiográficamente con el Parlamentarismo Inglés, República Norteamericana y la Revolución Francesa; en esta última, aparecen de manera orgánica e integradas las palabras-símbolos que resumen y expresan lo que pudiéramos llamar el ideario, la doctrina y el programa político de los tres grandes movimientos del siglo 18 y 19; también podemos identificarlos como el ESPÍRITU DE LA ÉPOCA o ideas dominantes para el progreso humano civilizatorio universal. Me refiero a los tres principios supremos de: LIBERTAD- IGUALDAD- FRATERNIDAD y la DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE Y EL CIUDADANO.

En los últimos dos siglos, todas las ideologías, doctrinas y programas políticos de una u otra manera parten de estas pocas palabras. Así que no venga nadie a decir que las palabras no tienen importancia, con ellas nombramos, identificamos y tratamos de comunicarnos. El mundo-real que abarcamos no es más que el que nos permite nuestro lenguaje y cultura.

Regresemos al tema, apenas me referiré al de la IGUALDAD y al título de esta breve nota. Es principio común, en casi todos los sistemas políticos y jurídicos de cada país, el enunciado o declaración, TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY. No es difícil demostrar de manera práctica y empírica como en la realidad-real esto no funciona así, casi siempre la "razón" de las partes, no se dirime en el plano de la equidad y la justicia sino del dinero y las influencias y del poder de turno, que en el fondo siempre tiene que ver con dinero. Casi siempre (iba a decir SIEMPRE) “gana" el que tiene más dinero, poder e influencias.

El otro aspecto de la presunta IGUALDAD en nuestras sociedades, no importa el sistema político que proclamen, es la ilusión que TODOS pueden ser ricos y felices, si trabajan duro, se esfuerzan y perseveran y se preparan. Para desmentir esto basta ver la realidad-real, mirar en nuestro entorno y constatar que los del dinero y poder son muy poquitos y la inmensa y abrumadora mayoría vive entre la pobreza extrema y la sobrevivencia y la pobreza mitigada o las llamadas clases medias-bajas o las más prosperas clases medias-medias y medias-altas que basta una crisis económica para dejar de serlo. Y esto debemos saberlo, mejor que nadie los venezolanos de este último cuarto de siglo. Los "nuevos ricos" gracias al poder político, las desaparecidas clases medias, y el empobrecimiento generalizado. Y para ir terminando, el DINERO como ilusión consumista, un consumo desaforado, irracional y para la mayoría, por encima de sus posibilidades reales. Y esto ocurre en todas las sociedades, en las más miserables y en las más opulentas y en estas últimas el fenómeno se multiplica. La mayoría de las personas atrapadas entre la publicidad, inventando necesidades, modas y marcas, el crédito usurero que te esclaviza de por vida como deudor y la propia fantasía y vanidad de cada uno. Algo ha avanzado la humanidad en libertad e igualdad, no tanto como creemos y en fraternidad nada o casi nada. La violencia, las discordias y las guerras siguen reflejando nuestra naturaleza instintiva y depredadora, a pesar de nuestras retóricas idealizadoras y a veces casi místicas. El problema son los SISTEMAS se acostumbra decir y entramos en la estéril discusión de los fanáticos, izquierda-derecha capitalismo-socialismo liberalismo-comunismo libre mercado - estatismo etc. Pero siempre olvidamos lo esencial, los SISTEMAS somos nosotros, cada uno, en cada país, en cada contexto, circunstancias y épocas. Allí es donde nuestro compromiso con la libertad y la democracia cobra sentido, para seguir avanzando con mayores niveles de libertad y derechos humanos y aminorar las desigualdades gracias al desarrollo económico, políticas públicas redistributivas, evitando demagogia y populismos y a nivel judicial, despartidizarlo, castigar la corrupción y ser más exigente y selectivo en la selección de los jueces. Luchar por la libertad y la democracia vale la pena.

 

sábado, 18 de mayo de 2024

LA UNIDAD GANA

En ella nadie sobra y todos hacen falta, inclusive candidaturas actuales, sin ninguna posibilidad real, pueden incorporarse, serán bienvenidos. Igual sectores que alguna vez pensaron de buena fe que Hugo Chávez y Nicolas Maduro eran una solución para Venezuela. Creo que hoy todos los venezolanos sabemos, un cuarto de siglo transcurrido, que el llamado "socialismo del siglo 21", frase acuñada por el sociólogo alemán residenciado en México, Hans Dieterich, y aquí asumida de manera oportunista, resultó en este desastre histórico y cultural. Que ni es socialista, porque el socialismo es democrático y si no lo es, toca llamarlo comunismo real, tipo cubano estructurado en la tradición soviética estalinista. Y en lo económico, ha sido tan incoherente y errático que no ha pasado de un capitalismo salvaje y corrupto. El mejor indicador es la ruina de la clase media y su emigración masiva, las miserias que llaman, salario, pensiones, bonos, misiones y el derrumbe de la calidad de vida y oportunidades, de varias generaciones.

Todo esto podemos empezar a cambiarlo en este 2024, una oportunidad histórica de cambio pacífico por vía electoral. La candidatura de Edmundo González Urrutia es producto del más puro azar, pero igualmente de la decisión política de personas y partidos que han ido haciendo una lectura correcta y realista de la actual coyuntura.

UNIDOS GANAMOS y ello nos obliga a no confundir los tiempos y los espacios. Todo tiene su tiempo y cada cosa tiene su momento. Este no es un tiempo de sectarismos ni exclusiones, ni tampoco de agendas personales ni partidistas, ni confundir el 2025, de elecciones parlamentarias, regionales y locales con las presidenciales del 2024; el perfil del candidato Edmundo González Urrutia es el más adecuado al momento político e histórico, nada mesiánico ni demagogo, un diplomático formado para negociar y conciliar, ojalá que esto se entienda en los diversos grupos de poder e influencias del régimen. El régimen está fracturado por la corrupción, nadie confía en nadie, para esos mismos sectores la mejor noticia es la candidatura unitaria de Edmundo González Urrutia, solo se necesita permitir un proceso electoral creíble, que la gente pueda ir a votar en santa paz y se respeten los resultados.

La gente está clara en lo que quiere y por quién va a votar y todo el país lo sabe, y especialmente el régimen que maneja la información más completa. La gente no quiere que este desastre siga. Cuando aguas mansas son represadas por mucho tiempo, se convierten en torrentes que se desbordan, inundan y destruyen. En la historia sobran ejemplos y en nuestra propia historia nacional. Es la hora de la sensatez política para construir un proceso de transición democrática.

Los extremistas de todos los sectores no quieren una transición, siguen en la tradición de nuestro pasado violento. Carujo contra Vargas. Una cúpula militar contra Rómulo Gallegos, nuestro primer presidente electo con el voto libre y universal de los ciudadanos.

Lo afirmativo venezolano se impone, como escribiera Augusto Mijares. En este 2024 tenemos una oportunidad única para intentar vencer esa terrible genética de la violencia, esa recurrente derrota de la civilización frente a la barbarie.



Ángel Lombardi