domingo, 31 de enero de 2010

Hablando solo

El discurso esencialmente es diálogo, cuando se vacía de contenido y se llena de falsedades, retórica y descalificaciones termina dirigiéndose a nadie y por consiguiente nadie escucha, se convierte en un monólogo, expresión de una discapacidad verbal evidente y es cuando se termina hablando solo.
Cuando se habla se piensa que uno se dirige a alguien, uno o muchos, para comunicarse en su sentido más amplio y múltiple, para conectarse, trasmitir un mensaje o intentar conseguir algún propósito.
En política el discurso es fundamental, por la sencilla razón de que es un lenguaje universal, con pretensiones de llegar a todos con un mensaje o una intención trascendente o de interés general.
El actual presidente no hay duda que conectó con el país desde el mismo momento que en 1992 pronunció su “por ahora”, oportuno y eficaz mensaje. La magia mediática del candidato y su discurso en la dirección que la gente quería oír le permite su clamoroso triunfo electoral en 1998 y todavía para el 2002 mantenía casi intacta su capacidad y su fuerza comunicacional. Los años siguientes son de bonanza petrolera y el discurso se reafirma sobre una política populista y demagógica eficaz. Pero a partir del 2007 las cosas empiezan a cambiar, con el cierre arbitrario de RCTV por primera vez pierde la mayoría afectiva y efectiva con la importante derrota electoral del referéndum constitucional. En el 2008 y el 2009 la crisis económica aunado a la corrupción generalizada y a la falta de respuesta adecuada a los múltiple problemas del país van desgastando al personaje y empobreciendo su lenguaje y limitando su capacidad de comunicación. En el 2010 su espacio de incondicionales prácticamente se reduce a un 30% con tendencia a disminuir frente al fracaso evidente 11 años después de un mal gobierno que ha fracasado frente a la galopante inseguridad, al encarecimiento de la vida y en general a una progresiva precariedad y deterioro de casi todos los servicios y en particular en los últimos tiempos la crisis eléctrica que ha terminado por derrumbar el mito mediático. Una mayoría creciente lo va haciendo responsable del desastre nacional y ya el lenguaje repetitivo y desgastado ha perdido credibilidad hasta tal punto que la impresión de soledad que viene progresivamente rodeando al presidente de una u otra manera anticipa el desgaste definitivo de un liderazgo que ya no puede sustentarse solo en la palabra. 

domingo, 24 de enero de 2010

Una época de oscurantismo

Manuel Caballero, en un artículo oportuno y pertinente titulado “La era del oscurantismo” (El Universal 17-01-2010) desarrolla la idea del atraso y la tragedia que ha propiciado este gobierno. Su líder se ha proclamado “marxista” en plena crisis eléctrica con sus apagones programados, sin haberse enterado que en la revolución bolchevique, liderizada por Lenin e inspirándose en Marx, la consigna era “Marxismo más electricidad” para significar que la revolución para ser efectiva tenía que cambiar las bases materiales de la sociedad y desarrollar una economía industrial moderna como requisito indispensable para implantar el marxismo. Para Marx, la revolución era distribución de la abundancia y no como está ocurriendo en este proceso que lo que está es destruyendo la producción y distribuyendo la miseria.
El líder socialista español Felipe González decía muy acertadamente que el socialismo es un sentimiento y una visión noble pero que el gobierno no es otra cosa que la gerencia y la administración eficiente para garantizar la solución práctica de los problemas y las necesidades de la gente. La inseguridad, el alto costo de la vida, la falta de trabajo y vivienda, el deterioro general en los servicios y particularmente en los últimos tiempos el de la electricidad no se resuelven ni con retórica ni con ideología. Las necesidades y los problemas de la gente no son de izquierda ni de derecha, de allí que en la sociedad moderna lo que hay son buenos o malos gobiernos. Gobernantes competentes o incompetentes, honestos o deshonestos. En consecuencia, después de 11 años de confrontación estéril e ignorancia atrevida lo que tenemos es un retroceso evidente y un alejamiento progresivo de las espectativas de progreso que en algún momento tenían la mayoría del pueblo venezolano.
La historia es fundamentalmente hacia adelante, pero en ciertas circunstancias, una sociedad enferma o anómica puede eventualmente apoyar un proyecto político anacrónico y reaccionario, hasta que la realidad los haga despertar como aparentemente pareciera estar ocurriendo en nuestro país. No tengo la menor duda que con el paso del tiempo y en la mirada retrospectiva del historiador, la idea que tenderá a prevalecer para identificar estos últimos años es el de una época de oscurantismo.

jueves, 14 de enero de 2010

23 de Enero de 1958

La dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez, fue resistida desde el comienzo por los partidos políticos existentes a pesar de la fuerte represión incluido el exilio y la prisión de la mayoría de sus líderes.
En el frente interno Acción Democrática, Unión Republicana Democrática, el Partido Comunista de Venezuela y el Social Cristiano COPEI fueron estructurando progresivamente mecanismos de denuncia y resistencia, al principio tímidos y sin aparente éxito, frente a una dictadura que aparentemente tenía el respaldo mayoritario y el control total. Las instituciones estaban secuestradas, había muchas complicidades y negocios alentados desde el poder, acaparador de una generosa renta petrolera.
La nuestra, es como una historia recurrente y repetitiva. La dictadura perezjimenista, aparentemente exitosa y eterna, empieza a hacer crisis en el frente electoral, cuando todo el mundo sabía, inclusive los participantes y partidarios del gobierno, que todos los procesos electorales eran una farsa y en particular el plebiscito de 1957.
Otro rasgo de la crisis de la dictadura es que llegó un momento en que la mayoría empezó a sentir el cansancio y el agotamiento frente a un gobierno despótico y prepotente. Todos los sectores, en particular los universitarios, los trabajadores y la propia iglesia, fueron desarrollando una postura cada vez más crítica y frontal al régimen. En este sentido fue importante la carta pastoral del arzobispo de Caracas monseñor Arias Blanco que terminó de poner en evidencia a un gobierno con conductas antinacionales y depredatorias del erario nacional. De manera inexorable se fue estructurando un frente civil, incluidos sectores militares que culminó en la constitución de la llamada Junta Patriótica y el Pacto de Punto Fijo que no fue otra cosa que un acuerdo político de gobernabilidad entre los diversos actores políticos y que en términos prácticos puso fin a una tradición de canibalismo político que confundía a adversarios con enemigos. En ese sentido el 23 de Enero de 1958 puede ser considerado un hito civilizatorio en el desarrollo político de la sociedad venezolana que permitió civilizar a la política, consolidar el pluralismo democrático y permitió canalizar de manera moderna y eficiente la conflictividad y el inevitable choque de intereses. De no haberse logrado este acuerdo, ni se hubiera sido exitoso en la oposición a la dictadura y mucho menos gobernar el país en los difíciles años de la década de los 60.