sábado, 16 de julio de 2011

República federal y Estado democrático

En estos conceptos se resume el programa político-constitucional de la modernidad. Los ideales de una sociedad que aspira al autogobierno y al buen gobierno, promoviendo principios y valores y bienestar para todos. Progreso y felicidad son las dos palabras emblemáticas de esta filosofía política. Esta fe laica se cultiva tanto en la tradición occidental como oriental y el gobernante sabio pasó a ser una aspiración colectiva. Esta visión utópica e idealista del gobierno y la política de alguna manera era la proyección fáctica del paraíso perdido. En Grecia fue Solón quien mejor encarnó este ideal y en menor medida Pericles. En China fué Confucio con sus principios de equilibrio y sentido común. En ambas tradiciones se cultiva el desideratum del rey filósofo o gobernante sabio a pesar de que la realidad proveía y sigue produciendo en abundancia gobernantes y gobiernos torpes y limitados y en algunos casos francamente estúpidos o irracionales hasta la locura y los ejemplos sobran.
A partir del siglo XVII, en ciertas sociedades europeas empieza a desarrollarse la idea de una Monarquía Constitucional en donde el poder del Rey se subordina a la ley y el gobierno se constituye a través de la representación parlamentaria como expresión de la opinión pública. Este proceso se evidencia de manera definida en el llamado “Movimiento de los iguales” (1666) en Inglaterra, liderizado por O. Cromwell, en la Revolución Norteamericana de 1779 y en la Revolución Francesa de 1789. Historias conocidas y canonizadas en la historiografía de la humanidad.
El siglo XIX y XX, en términos políticos no fue otra cosa que la proyección y desarrollo de estos procesos a nivel mundial y de allí surgen los afanes y las violencias que han caracterizado el desarrollo del Estado moderno y democrático en cada país.
Donde mejor se ha expresado la idea del autogobierno ha sido en el concepto de Estado federal, en la descentralización y municipalización del poder y del gobierno ya que así se cumple de manera suficiente el ideal de la cercanía del gobierno al gobernado y del control de este sobre el gobierno en función de los intereses generales y del bien común.
En Venezuela estas aspiraciones y expectativas fueron recogidas y expresadas en nuestra primera Constitución en 1811 y 200 años después seguimos sin asumirlas y desarrollarlas plenamente. Tanto en el proyecto emancipador como en el proyecto liberal y en el llamado proyecto socialista la constante ha sido la centralización y la concentración del poder y seguimos muy lejos del gobernante sabio y del buen gobierno.

Las estructuras de poder

El poder siempre tiene nombre y apellido. En Venezuela en algún momento se ha llegado a pensar que lo ejerce un anciano enfermo de 84 años, desde la Habana, a través de otro hombre enfermo de 56 años, presidente de Venezuela y cuya enfermedad ha desatado una ola de especulaciones desde los que piensan en una gravedad o en una simulación aprovechada políticamente.
En la era de las comunicaciones, las imágenes y fotografías son excelentes medios para entender y analizar situaciones políticas complejas y dinámicas. En la alocución presidencial del 30 de junio desde la Habana, en donde el presidente anuncia su propia enfermedad, llama la atención el hecho de ser un mensaje leído por una persona delgada y sin la omnipotencia y arrogancia de otros tiempos (algunos maliciosos han llegado a pensar en un doble) para lograr el efecto del regreso triunfal en la madrugada del 4 de julio y su aparición pública el 5 de julio como una especie de “resurrección” milagrosa para potenciar la imagen del héroe invencible que como Bolívar en su momento llegó a retar a la propia naturaleza con su conocida frase: “si la naturaleza se opone...”.
En la coyuntura, los hombres y mujeres del presidente empiezan a manifestarse, satelizados con respecto al héroe. El primer círculo, reunido en Cuba con él son los hombres del presidente, los incondicionales: El general Silva Rangel, Adam Chávez, Nicolás Maduro y Elías Jaua. En Caracas se “retratan” los segundones y los infaltables otros poderes que se identifican como sus poderes y juran lealtad eterna al gran líder.
La salud de Hugo Chávez Frías es algo personal y privado y merece el respeto y el apoyo de sus familiares y allegados, para Venezuela sin distingo de ningún tipo es un asunto político y de Estado y por consiguiente no puede tolerarse que el poder se ejerza fuera de la Constitución, es decir, desde un país extranjero y sin el reporte médico oficial que establezca la verdad de la situación de la salud del presidente, ya que ésta también es un asunto político y público y tiene que ser asumido con la responsabilidad del caso, de no hacerse así se estaría configurando un vacío de poder inconveniente desde todo punto de vista. Quizá esta percepción de la situación fue lo que obligó al presidente a regresar intempestivamente al país y también por el hecho cierto de que los movimientos más preocupantes de orden político venían dándose en el propio chavismo por aquello de la sucesión y la herencia política.

sábado, 2 de julio de 2011

5 de Julio de 1811

Venezuela se declara independiente el 5 de Julio de 1811, nace allí, hay una continuidad histórica que no puede ser ignorada, una evolución social y cultural milenaria. Existe una protohistoria indígena anterior a 1492, insuficientemente estudiada y frecuentemente manipulada política e ideológicamente. Para empezar no eran aborígenes, ni se llamaban “indios”. Hace miles de años habían venido de Asia y el Pacífico y no tenían nada que ver con la India. Después vinieron los europeos en el siglo XV y XVI como conquistadores y colonizadores, con la codicia y la violencia del caso, incluida la inhumana esclavitud africana. Este complejo mundo antropológico y racial era diferenciado y hostil entre ellos, con muchas lenguas, creencias y costumbres. Para el siglo XVIII ya se ha consolidado una sociedad colonial, sincrética, múltiple y diversa, con una lengua, una religión e instituciones dominantes de origen ibérico, el español o castellano y el cristianismo en su doble vertiente, católica al sur y protestan al norte. Las instituciones dominantes en lo jurídico y en lo político eran absolutamente de origen hispano y europeo, de allí venimos.
El 5 de Julio de 1811 tenía Venezuela aproximadamente 800 mil habitantes, 50 mil avecindados en Caracas. “la cuarta parte son blanco, la mitad pardos, hay 64 mil esclavos y 12 mil españoles, canarios en su mayoría, el resto indios aun poco integrados” (Luis Mariñes Otero).
En Caracas había varios millares de esclavos, 4 marqueses, 3 condes y una burguesía comercial, estructurada desde la época de la compañía Guipuzcoana, europeísta y moderna, de allí salen Simón Bolívar y demás próceres, por algo la independencia cuaja en el seno de una Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía que se constituye el 14 de Agosto de 1810 y como consecuencia directa de los acontecimientos del 19 de abril de ese mismo año con el nombre de Sociedad Patriótica. De allí que podemos afirmar que la Independencia es un proyecto liberal-mantuano con una fuerte impronta e influencia de los procesos políticos de Inglaterra, Estados Unidos y Francia.
El 11 de Julio de 1810 se convocó un proceso electoral provincial, en donde solo votaban los hombres mayores de edad y propietarios, es decir, la mayoría de los “blancos”, evidente minoría social pero económicamente dominante. Se elegía un diputado por cada 500 votantes de los descritos anteriormente. Se eligieron 42 diputados en representación de Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona Mérida y Trujillo y se autoexcluyeron Coro, Maracaibo y Guayana. Este Congreso electo se reunió el 2 de Mayo de 1811 en la casa del Conde San Javier y posteriormente en el convento de San Francisco. De aquí salió el 5 de Julio y la Independencia. Los hechos por delante, lo demás es interpretación, manipulación o cuento.