lunes, 30 de octubre de 2006

Abuso de Poder


En la última semana de septiembre visitó el Zulia el Sr. Presidente de la República como candidato a la reelección; la impresión que tuve fue que en Venezuela vivimos un tiempo detenido. El mismo abuso de poder y el mismo inescrupuloso uso de los recursos públicos para la campaña; peculado de uso creo que se llama, pero nadie le “para” porque todos lo hacen; desde el gobierno nacional antes y ahora y desde las alcaldías y gobernaciones.
En la gira el candidato tenía una actividad en una televisora regional, vecina nuestra en la UNICA y debido a ellos asfaltaron y pintaron por donde iba a pasar el Presidente. Los vecinos y la Universidad tenemos más de 5 años pidiendo el asfaltado del sector sin respuesta oficial alguna, gracias al Presidente le están haciendo un “cariñito” de emergencia al sector; algo es mejor que nada: gracias Sr. Presidente; que igual es la 4ª y 5ª. Como era de esperar los militares tomaron el sector en resguardo de la seguridad presidencial; pero a nadie se le ocurrió pedir permiso para entrar en la Universidad; obviando detalles como la autonomía universitaria y la propiedad privada.
En Venezuela seguimos empeñados en seguir siendo y haciendo siempre lo mismo; gobiernos arbitrarios que se asumen por encima de la ley y una mentalidad militarista de país ocupado. Tanto despliegue militar y tantas armas compradas y el país sucumbe en la inseguridad. Si hay un derecho humano fundamental es el derecho a la vida y no sentirse amenazado por nadie, ni desde el poder del estado ni desde la delincuencia. Que diferencia con Brasil y Lula, este en su campaña electoral para la reelección no pudo inaugurar ninguna obra de su gobierno porque la ley se lo prohíbe y la misma ley lo limita para que no abuse de envestidura presidencial.

lunes, 23 de octubre de 2006

La República de Platón


Este libro del filósofo griego, conjuntamente con la política de Aristóteles inauguran formalmente en la cultura occidental la reflexión sobre la actividad política y el poder.
La República de Platón, según K. Popper, forma parte de lo que él llama, sociedades cerradas, regimentadas verticalmente y fuertemente estratificadas jerárquicamente.
Platón concebía su República, eficientemente racional y su gobierno en todo estaba gobernado por la razón, de allí su exigencia de que sólo los sabios tenían derecho a gobernar. La realidad de la política y el poder ha sido casi siempre lo contrario: los intereses particulares, lo irracional y la locura ha sido frecuente en el ejercicio del poder y la política, ambiciosos y codiciosos la han dominado frecuentemente.
Platón también desconfiaba de los poetas y de la poesía como inconvenientes y peligrosos para la República por lo que tiene que ver con lo emocional y con lo irracional; aunque a nuestro juicio una República también necesita soñadores aunque nunca como gobernantes. En nuestra real y particular República la política y el poder ha estado frecuentemente contaminada de locura e irracionalidad y para colmo de males hasta malos poetas se han colado a todos los niveles del Estado.

lunes, 9 de octubre de 2006

Crítica de la modenidad

La “Modernidad” es un concepto de comprensión múltiple y definición variable. Para unos empieza en el siglo XIV, para otros en el XVII; cualquiera sea su cronología; todos coinciden en que es una dinámica histórica que se origina en Europa Occidental y se expande por toda la tierra. En una economía-mundo; capitalista; inclusive en los países que se declaran anticapitalistas como la antigua Unión Soviética; la actual China y la propia Venezuela del Presidente Chávez. Nunca como ahora nuestra economía es capitalista las 24 horas del día; los 365 días del año; a pesar de la retórica esquizofrénica del régimen.
En términos políticos la modernidades liberal- burguesa; es el Estado democrático tradicional definido en su momento por Locke, Hobbes, Montesquieu, Jefferson, Lincoln, entre otros.
En términos socio- culturales la modernidad tiende a un individualismo exacerbado y a un consumismo irracional; con una moral relativista, hedonista y acomodaticia.
Hecho el retrato de la modernidad; algunos autores empezaron a hablar de postmodernidad; para algunos es el comienzo de un nuevo tiempo; para otros es una transición y para otros una modernidad “in extremis”.
Como quiera es el siglo XXI a quien le tocará responder los grandes interrogantes y asumir los múltiples desafíos; y en su momento los teóricos definirán y clasificarán.
La realidad siempre va por delante.

lunes, 2 de octubre de 2006

La historia pendular

En la historia pendular de acuerdo a G. B. Vico, la historia de América Latina vuelve a oscilar hacia la izquierda; frustrada la revolución cubana y abortada la experiencia socialista de Chile con el sacrificio de Allende, nuestro subcontinente se entregó a la reacción dictatorial y a populismos derechizantes que plagaron de miserias e injusticias el continente latinoamericano, llegándose a definir la década de los 80 y 90, como las décadas pérdidas, con muy pocos excepciones. Producto del fracaso de estos gobiernos, el siglo XXI se inaugura con el triunfo en serie de poderosos movimientos populares identificados con liderazgos y gobiernos de izquierda: Chávez en Venezuela; Lula en Brasil; Kischner en Argentina; Evo Morales en Bolivia; Tabaré Vásquez en Uruguay, y la onda de izquierda parece continuar.
El drama es que por lo que llevamos visto se están volviendo a repetir los viejos cánones del populismo demagógico y autoritario que asoló a América Latina en el siglo XX; el continente pareciera destinado a no aprender de sus errores y devorarse a si mismo, en una historia cíclica.
Seguimos esperando por la modernidad política plena de unas democracias del y para el ciudadano, que sepan conciliar libertad y justicia para todos.
En esta hora latinoamericana tan difícil y compleja sólo el regreso a la realidad, más allá de las ideologías, nos puede regresar al sentido común y a la política en su acepción moderna de gerencia eficaz y administración eficiente. Al gobernante, no importa el cargo y la jerarquía hay que evaluarlo por sus hechos y no por sus palabras.