domingo, 29 de marzo de 2009

Entrevista con José Miguel Gil

A nivel social, a pesar de
la retórica pública, la
pobreza sigue afectando
a más de la mitad de la
población venezolana.
Continúa formando parte
de la estructura de la
sociedad, “ya que hemos
arruinado el aparato
público productivo sin
generar empleos”
La actual gestión parece
haber entendido que, para
echar adelante, se debe
poner la palanca en
retroceso.
El Estado maneja, a su
antojo, la dinámica de la
economía nacional a
través de la suspensión de
garantías económicas.

Con el incremento de la Ley
Especial de Endeudamiento,
decretada hace cuatro días por el
Presidente de la República, así
como las expropiaciones de tierras
a fincas y la intervención a
empresas transnacionales, las discusiones
giran en torno a un cambio
ideológico en la forma de
manejar la economía nacional.
Aquello que los oficialistas insisten
en llamar “revolución”, a
causa de la “transformación” de
los sistemas de producción.
Una de las definiciones de capitalismo
de Estado, destaca que es un
sistema en el cual, dicho sector es
el poseedor de bienes de capital y
se aprovecha de mayor valor vital
del recurso.
En Venezuela, la expresión máxima
de la intervención estatal en la economía
viene determinada por las
intervenciones practicadas a tierras
productivas como el Hato Caroní
(Barinas) o las fincas de El Maizal y
El Piñal (Lara). Diversos analistas
coinciden en que el país está siendo
conducido hacia un capitalismo
de Estado, a través del cual también
resurgen los temores del totalitarismo
temido por el pensador
belga Víctor Serge.
Sin embargo, a diez años del
gobierno de Hugo Chávez, se toman
una serie de medidas económicas
que han constituido la repetición de
las directrices de otros gobiernos.
Ángel Lombardi, historiador y rector
de la Universidad Católica Cecilio
Acosta, reflexiona sobre la vocación
para el capitalismo de Estado que
siempre ha caracterizado al Estado
venezolano.

¿En qué ha consistido la economía
venezolana de los últimos 10 años?
¿En cuál teoría podría ubicarse:
socialismo, comunismo o capitalismo
salvaje?


-En los últimos años no ha pasado
absolutamente nada diferente en
materia económica a lo que ha sido
la historia económica del país
durante toda la época petrolera. En
el gobierno de Hugo Chávez, hemos
observado un capitalismo de
Estado, sostenido por la renta
petrolera y caracterizado por altos
niveles de corrupción.
“De tal manera que la discusión de
socialismo o comunismo, es meramente
artificial, alimentada por
intereses ideológico-políticos, para
la cual, lamentablemente, los
medios se han prestado. Se le ha
dado cierta resonancia a una situación
que terminó siendo absolutamente
abstracta. En nuestro país la
economía era y es capitalista”.
Apuntó Lombardi, que ahora el
Estado maneja a su antojo, la dinámica
de la economía nacional, por
medio de la suspensión de las
garantías económicas. Una práctica
utilizada también por mandatarios
del período democrático. “Lo que
tenemos es una nación petrolera,
manejada con corruptela”.
-En sus tiempos Rómulo
Betancourt, suspendió las garantías
y los gobiernos posteriores mantuvieron
la medida. Luego, tuvimos
gestiones que nunca controlaron o
establecieron límites al peculado
con los dineros públicos.

¿Qué diferencias se han producido
con respecto a la época que el chavismo
denomina “Cuarta
República”?


- Estructuralmente ninguna.
Seguimos siendo una economía
estatista. A nivel social, a pesar de
la retórica pública, la pobreza sigue
afectando a más de la mitad de la
población venezolana. Continúa formando
parte de la estructura social.
Hemos arruinado el aparato público
productivo sin generar empleos.
“En este momento tenemos la
enorme tragedia que por cada ciudadano
venezolano que ingresa al
sistema laboral, otros tres son obligados
a incorporarse a la economía
informal.

¿Dónde
queda el concepto de propiedad
privada?


-En Venezuela la propiedad privada
siempre ha sido limitada, por
supuesto que durante este decenio,
ha sido limitada y agredida de una
manera particularmente intensa.

Economía sin cambios

¿Cuáles serían las implicaciones de
llevar a Venezuela hacia un capitalismo
de Estado?

- Como ya he dicho no hemos salido
de tal idea
de economía. En términos estructurales
no existe gran diferencia entre
un Carlos Andrés Pérez nacionalizador,
a finales de la década del
setenta y principio del ochenta y el
Hugo Chávez, también nacionalizador,
del siglo XXI.
“Ambos mandatarios, en sus respectivos
períodos, usufructuaron el
producto de un boom petrolero, tienen
personalidades parecidas y al
final ambos terminaron con un país
arruinado”.

Si el socialismo tiene ejemplos de
fracasada funcionalidad-como
China, que desde hace años aboga
por una apertura al capitalismo.
¿Por qué entonces el gobierno insiste
en su aplicación?


-Porque este es un gobierno absolutamente
anacrónico. Una gestión
que parece haber entendido que
para echar adelante, hay que poner
la palanca en retroceso.

¿Puede permitirse pensar en inversión
extranjera en nuestro país?

-En lo absoluto, Venezuela está
entre los últimos países en los
que se genera confianza para la
inversión.

Futuro incierto

-¿Cuál será el fin económico para el
resto del año?


-Incertidumbre. Todos los especialistas
apuntan que la crisis económica
global y nacional se va a
acentuar con una proyección del 40
al 45 por ciento en el índice inflacionario,
con una caída del crecimiento
económico a uno o dos por
ciento apenas. Además de una
caída en el ingreso petrolero en
más del cincuenta por ciento y,
lógicamente, una caída de la inversión
pública también en un 50 por
ciento.

¿Está preparado el Estado venezolano
para hacerse cargo de las
empresas intervenidas?¿Qué pasará
con los puertos y aeropuertos
que también han sido
intervenidos?

-Pues lo
mismo que sucedió
en el pasado. Cuando se nacionalizaba
una empresa, ésta se
echaba a perder. Pasó con la
Compañía Anónima Nacional
Teléfonos de Venezuela (Cantv) y
ahora pasará con puertos y aeropuertos.
Serán peor administrados,
por lo cual prestarán un peor servicio
y van a ser más burocratizados
y más corruptos.
Lo que responde a la pregunta es
una frase contundente: El Estado
venezolano no tiene la capacidad
para gerenciar el país.


-¿Cuál es el objetivo de Hugo
Chávez?


Perpetuarse en el poder. Estamos
viviendo una dictadura militar con
tentaciones autoritarias y totalitarias.

Todos estos cambios en el panorama
económico, las medidas
económicas que apuestan a una
reserva del Gobierno nacional
¿Obedecen a un profundo temor
del presidente Chávez a un estallido
social o una revuelta militar?


-Claro, parte de la situación es
que la inestabilidad, el miedo y
la incertidumbre, alimentan
constantemente la tentación de
un revuelta militar y una rebelión
popular. De hecho, esto ha
venido ocurriendo en diversos
sectores del país, los cuales se
han lanzado a la calle a protestar
por reivindicaciones justas y
legítimas.


¿Cuál sería el verdadero impacto
de las medidas económicas?

- El empobrecimiento colectivo.
Todo será cada vez más caro y,
obviamente, todos tendremos
mucho menos dinero.


Sufrimiento general

Con el paquete de Chávez, anunciado
el pasado sábado, se habla
del sufrimiento de la clase media,
en favor de los sectores más
pobres. ¿Cómo quedan las clases
sociales?

El paquete nos afecta a todos, evidentemente.
Mucho más a quienes
tienen menos, al sector humilde de
nuestra población. De igual manera
afectará a los desempleados, sin
dejar de incidir, de forma negativa,
en la situación de quienes viven de
un sólo salario, cuyo valor será
completamente absorbido por la
inflación.
“En general, tanto las clases medias
como las clases bajas sufrirán el
impacto de una crisis económica, la
cual pudo preverse- y en parte evitarse-
si no hubiéramos tenido un
gobierno tan irresponsable que desperdició
los recursos y robó a
ultranza, durante la época de las
vacas gordas. Ahora nos tocará a
todos los venezolanos pagar caro
las vacas flacas”.

jueves, 19 de marzo de 2009

“Nosotros lo pusimos, nosotros lo quitamos”



Esto se lo escuché decir al padre Palmar en una entrevista breve en la televisión, hablando de la corrupción en PDVSA; decía el sacerdote que con su “carretilla de denuncias” presentada a la Asamblea Nacional, el presidente estaba obligado a investigar al respecto y eventualmente, de ser ciertas, destituir al Ministro-Presidente Ramírez; de no hacerlo se haría cómplice de la corrupción y no valdría la pena seguirlo apoyando y de allí su frase “nosotros lo pusimos, nosotros lo quitamos”.

Esta declaración se dió en los mismos días del escándalo de los 800 millones de dólares que trataron de ingresar a argentina de manera clandestina e ilegal, es un hecho que las autoridades de argentina y los “medios” de allá, destacaron y prestaron la debida atención, contrastando con la actitud de nuestro gobierno a través de algunos de sus ministros , concretamente Maduro, Carreño, Ramírez y el propio presidente con el fiscal incluido que trataron de minimizar el hecho y quitarle importancia, echándole una vez más la culpa a los medios de comunicación.

Más de lo mismo dice la gente, cada vez en mayor número, que parecidas esta quinta república con la cuarta; la misma corrupción de siempre, hoy acrecentada, otra vez el “hombre del maletín” y las “colas de PDVSA”, como si nos empeñáramos a avanzar en círculos.

NOS EQUIVOCAMOS



Cada día a más venezolanos se les oye decir: nos equivocamos con Chávez, un líder que en el 98 y en el 99 concitó tanto respaldo y buena voluntad en casi todos los sectores de la vida nacional.

En aquel momento el bipartidismo lucia agotado y casi todos anhelábamos un cambio. Chávez fue el que encarnó ese anhelo y esa necesidad colectiva. Nueve años después una minoría sigue creyendo en él; el resto de sus seguidores lo hacen por necesidad y pragmatismo, sin convicción, desean un cambio pero no ven como, y el resto, que es mayoría, se ubica en la “oposición” pero la mayoría de esa mayoría no cree en la “oposición” oficial. Esta apreciación se hizo visible electoralmente, con el 29% que votó por el candidato Rosales y el 25% que se abstuvo.

Recientemente Luís Miquilena, ese joven de 88 años, nos lo volvió a recordar, el proyecto político original que Chávez representó para millones de venezolanos ya no es lo que es, se ha trocado en un proyecto personal de poder, mientras la república sigue inmersa en una crisis que ya lleva muchos años, casi una generación, y cuyos indicadores más visibles sigue siendo la pobreza y el desempleo, la inseguridad y la corrupción y la ineptitud oficial para afrontarlos.

Las “colas” de PDVSA y el “hombre del maletín” son elocuentes al respecto, la corrupción nunca ha cesado en Venezuela y hoy ha crecido más que nunca en la misma proporción que han subido los precios del petróleo.

Chávez, hoy por hoy, ya no engaña a nadie, ha perdido su “magia” de líder carismático y lo que queda es un señor que amenaza, regaña y se impacienta, que lo que quiere es mandar y se cree el “ungido”. Así no se gobierna y mucho menos se hace una revolución o se desarrolla un país.

Nosotros los pusimos nosotros lo quitamos, esto se lo escuché decir al padre Palmar en una entrevista breve en la televisión, hablando de la corrupción en PDVSA; decía el sacerdote que con su “carretilla de denuncias” presentada a la Asamblea Nacional, el presidente estaba obligado a investigar al respecto y eventualmente, de ser ciertas, destituir al Ministro-Presidente Ramírez; de no hacerlo se haría cómplice de la corrupción y no valdría la pena seguirlo apoyando y de allí su frase “nosotros lo pusimos, nosotros lo quitamos”.

Esta declaración se dió en los mismos días del escándalo de los 800 mil dólares que trataron de ingresar a Argentina de manera clandestina e ilegal, es un hecho que las autoridades de Argentina y los “medios” de allá, destacaron y prestaron la debida atención, contrastando con la actitud de nuestro gobierno a través de algunos de sus ministros , concretamente Maduro, Carreño, Ramírez y el propio presidente con el fiscal incluido que trataron de minimizar el hecho y quitarle importancia, echándole una vez más la culpa a los medios de comunicación.

Más de lo mismo dice la gente, cada vez en mayor número, como si nos empeñáramos a avanzar en círculos.

¿Tiempo de Constituyente?


Alrededor de los años, 90 del pasado siglo en Venezuela se puso de moda, en el plano político, la discusión en torno al tema constitucional y la conveniencia de convocar una constituyente; este planteamiento fue asumido por muchos y, en particular, por algunas organizaciones políticas y algunos aspirantes a la presidencia de la república, entre ellos Chávez. Electo éste en 1998, juró su cargo sobre lo que él calificó como la moribunda, es decir la Constitución de 1961.

La constituyente fue la iniciativa política más importante del nuevo gobierno y, a tal efecto, el presidente designó una comisión presidencial preparatoria integrada por: Ricardo Combellas, Ernesto Mayz Vallenilla, Hermann Escarrá, Javier Elichiguerra, Oswaldo Álvarez Paz, Manuel Quijada, Tarek William, Ángela Zago, Jorge Olavarría y Angel Lombardi, comisión de muy poca duración y que nunca fue oficializada en Gaceta Oficial.

El proceso Constituyente desarrolló su propia dinámica política y fue asumida por una Asamblea Constituyente, presidida por Luis Miquilena, y con una mínima representación de la oposición, a pesar de lo cual, se dio una amplia discusión que culminó con la nueva Constitución de 1999, vigente hasta hoy, ocho años después, el presidente decide reformarla a pesar de haberla calificado en su momento como la mejor Constitución del mundo.

La iniciativa presidencial es incuestionablemente legal pero a nuestro juicio innecesaria, ya que muchos de los artículos a reformar pueden hacerse a través de leyes específicas; pero lo que es inaceptable en la propuesta presidencial es la pretensión de cambiar la naturaleza de la Constitución y la República sin convocar un proceso constituyente.

La reelección del Presidente, contínua e indefinida; la eliminación, de hecho de la propiedad privada; el carácter socialista, mejor sería decir comunista de la República; la subordinación de la Fuerza Armada a un proyecto ideológico-político, hegemónico; la pérdida de la autonomía del Banco Central son algunos aspectos importantes a discutir, pero lo que nos causa mayor preocupación es la conversión de la Presidencia de la República en un verdadero trono imperial con poderes y atributos casi absolutos que, en la práctica, le va a permitir al Presidente de la República intervenir e interferir prácticamente en cualquier aspecto de la vida nacional y personal de cada ciudadano.

Desaparece de hecho el Municipio, cuando se establece que “las comunas serán las células geo-humanas del territorio”. Igualmente se elimina de hecho, el sufragio como expresión del poder soberano cuando se dice textualmente que “el pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Este no nace del sufragio ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población”.

Con esta mal llamada “reforma”, la República Civil y democrática desaparece sustituida por un Estado centralista y centralizador en la figura presidencial dejando en la intemperie de la indefensión legal al ciudadano y a la sociedad. Las personas son obligadas a una socialización-colectivización despersonalizadora y fuertemente limitante de la libertad de cada quién. Para ello se encargará el sistema educativo ideologizado y todo un sistema de propaganda mediatizadora.

El objetivo final de esta reforma es un pueblo sumiso y una sociedad atemorizada y controlada y un poder personal autocrático y profundamente antidemocrático, legal y técnicamente la “reforma” constituye un golpe de Estado constitucional a menos que se plantee o discuta en un nuevo proceso constituyente y se apruebe en un proceso de consulta popular inobjetable, y para ello sería preciso nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral, incuestionablemente imparcial y estricto cumplidor de la ley electoral vigente.

Si Chávez confiara de verdad en el pueblo y en la Constitución, debe convocar un proceso Constituyente; de no hacerlo nos toca a los ciudadanos, de acuerdo al artículo 348, de la Constitución vigente, en su parte final, que permita asumir la iniciativa Constituyente. Otra vez volvemos a vivir en tiempos de constituyente, en defensa de la patria, la democracia y el futuro. No se puede permitir pasar del “Libro Azul” al “Libro Rojo”, simplemente porque el Presidente quiere.

Según las encuestas el NO es mayoritario, pero hay que apuntalarlo y organizarlo. No es el momento de discutir si votar o no votar, estamos en el momento de la unidad necesaria, incluido los sectores que apoyaron o apoyan a Chávez. Las garantías electorales son vitales; sin ellas no hay otra alternativa que activar el proceso constituyente tal como lo presenta la constitución y evidentemente exigir un nuevo e imparcial Consejo Nacional Electoral (CNE).

De ciudadanos a súbditos


Velis nobis (por las buenas o por las malas) es lo que pretende el Señor Chávez con esta publicitada “reforma constitucional” que aspira contrabandear para ocultar lo inocultable, quiere todo el poder y para siempre, como su bien amado Fidel, próximo a cumplir medio siglo en el poder si la parca se lo permite.

Aquí no hay reforma constitucional sino un “golpe constitucional” o un simple y limpio “golpe de estado” para continuar afianzando un proyecto personal de poder, vitalicio y eterno, mil años durará el III Reich, decía Hitler.

Todo el poder para el Cesar es la consigna con sus procónsules-vicepresidentes y sus territorios federales por decreto, a voluntad y discreción del Cesar.

Todos los poderes terminan de desaparecer; la autonomía del Banco Central y la Fuerza Armada se convierte en “guardia pretoriana” custodiada a la vez por la “reserva “ y el ” pueblo en armas” y por si acaso se elimina de hecho a la “guardia nacional” fuerza siempre sospechosa para el presidente y en particular por el papel que jugó en el derrotado intento golpista del 4 de febrero de 1992.

El “petrócrata” ha decretado la “reforma”, y ha ordenado no cambiar ni una coma, ordenó a su “asamblea nacional” y ésta en menos de diez días la aprueba ”igualita” en primera discusión (sin discusión, sin consulta y lógicamente sin disensión) y en su momento será consultado “el pueblo” (el pueblo es Chávez dice la propaganda y yo me lo creo) en bloque y con una sola pregunta. En un régimen unipersonal como este, el “yo” y mi “voluntad” es ley suprema y superior de la república. Yo el supremo puede proclamar como aquella famosa fórmula “declaramos nulas y vacías” toda ley constitucional anterior, “tanto para el pasado como para el futuro”, el caudillo, ungido de Dios existe para iluminarnos y guiarnos.

La Presidencia Imperial


El tiempo de las monarquías absolutas definitivamente pasó pero en algunos países persiste la tentación de las presidencias absolutas.

Presidentes, electos que se pretenden, ungidos únicos e insustituibles. Esta corrupción o degeneración de la democracia pareciera estar afectándonos cuando leemos la mal llamaba Reforma Constitucional. En el Artículo 236, que trata de la Presidencia de la República, se proponen las siguientes atribuciones:

1. Cumplir y hacer cumplir esta Constitución y la ley.

2. Dirigir las acciones de Estado y de Gobierno y coordinar las relaciones con los otros Poderes Públicos Nacionales en su carácter de Jefe de Estado.

3. Crear las provincias federales, territorios federales y/o ciudades federales según lo establecido en esta constitución y designar sus autoridades, según la ley.

4. Nombrar y remover al 1er. Vicepresidente o 1era. Vicepresidenta, nombrar y remover a vicepresidentes o vicepresidentas, nombrar y remover los ministros o ministras.

5. Dirigir las relaciones exteriores, la política internacional de la República y celebrar y ratificar los tratados, convenios o acuerdos internacionales.

6. Comandar la Fuerza Armada Bolivariana en su carácter de Comandante en Jefe, ejerciendo la Suprema Autoridad Jerarquía en todos sus cuerpos, componentes y unidades, determinando su contingente.

7. Promover a sus oficiales en todos los grados y jerarquías y designarlos o designarlas para los cargos correspondientes.

8. Declarar los estados de excepción y decretar la restricción de garantías en los casos previstos en esta Constitución.

9. Dictar, previa autorización por una ley habilitante, decretos con fuerza de ley.

10. Convocar a la Asamblea Nacional a sesiones extraordinarias.

11. Reglamentar total o parcialmente las leyes, sin alterar su espíritu, propósito y razón.

12. Administrar la Hacienda Pública Nacional, así como es establecimiento y regulación de la política monetaria.

13. Negociar los empréstitos nacionales.

14. Decretar créditos adicionales al Presupuesto, previa autorización de la Asamblea Nacional o de la Comisión Delegada.

15. Celebrar los contratos de interés nacional conforme a esta Constitución y la ley.

16. Designar, previa autorización de la Asamblea o de la Comisión Delegada, al Procurador o Procuradora General de la República y a los jefes de las misiones diplomáticas permanentes.

17. Nombrar y remover a aquellos funcionarios o aquellas funcionarias cuya designación le atribuyen esta Constitución y la ley.

18. Dirigir a la Asamblea Nacional, personalmente o por intermedio del Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, informes o mensajes especiales.

19. Formular el Plan Nacional de Desarrollo y dirigir su ejecución.

20. Conceder indultos.

21. Fijar el número, organización y competencia de las vicepresidencias, ministerios y otros organismos de la Administración Pública Nacional, así como también la organización y funcionamiento del Consejo de Ministros, dentro de los principios y lineamientos señalados por la correspondencia ley orgánica.

22. Disolver la Asamblea Nacional de acuerdo con lo establecido en esta Constitución.

23. Ejercer la iniciativa constitucional y constituyente.

24. Convocar referendos en los casos previstos en esta Constitución.

25. Convocar y presidir el Consejo de Defensa de la Nación.

26. Las demás que le señale esta Constitución y la ley.

El Presidente o Presidenta de la República ejercerá en Consejo de Ministros las atribuciones señaladas en los numerales 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 18, 20, 21, 22 y las que le atribuya la ley para ser ejercidas en igual forma.

Los actos del Presidente o Presidenta de la República, con excepción de los señalados en los ordinales 3 y 5, serán refrendados para su validez por el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva y el Ministro o Ministra o ministros o ministros respectivos.

Si en todo lo anterior unimos el artículo 136 que trata de los Consejo Comunales, nuestra democracia queda asfixiada, anulada y el soberano secuestrado.

El poder popular ya no se elige ni se expresa en el sufragio sino que se constituye, ¿y quien lo constituye?

El “Soberano” secuestrado


La soberanía reside en el pueblo y este se expresa y la delega (temporalmente y de manera limitada y controlada) a través del sufragio. Este principio tan simple ha marcado la evolución política de la humanidad en los últimos 300 años.

La República y la Democracia han sido la concreción de este postulado tan poderoso que hasta los regimenes comunistas del siglo XX, a la palabra socialista le agregaban la palabra democracia y actualmente el hibrido capitalista – comunista del régimen chino esta planteándose la apertura democrática afincada en los pilares de la libertad de expresión, libertad de pensamiento, libertad de información y libertad de asociación, tal como lo ha planteado al régimen Lu-Rui ex - secretario de extinto líder MaotseTung.

Sólo los regimenes nazí – fascistas niegan la democracia al igual que las actuales satrapias, anacrónicas y totalitarias, como Corea del Norte, Libia, Irán, Siria, Zimbabwe y Cuba, entre otras.

Con la Reforma Constitucional propuesta (a nuestro juicio un intento de golpe de estado) a menos que se canalice por un proceso constituyente tal como se plantea en nuestra Constitución.

Al respecto un artículo sumamente preocupante y particularmente peligroso es el 136, cuando se propone y dice textualmente:

“El pueblo es el depositario de la soberanía y la ejerce directamente a través del Poder Popular. Este no nace del sufragio ni de elección alguna, sino que nace de la condición de los grupos humanos organizados como base de la población.

El Poder Popular se expresa constituyendo las comunidades, las comunas y el autogobierno de las ciudades, a través de los consejos comunales, los consejos obreros, los consejos campesinos, los consejos estudiantiles y otros entes que señale la ley”.

De aprobarse este principio relativo a la constitución de estos Consejos no electos, la soberanía popular como expresión de la voluntad general y del bien común se cae por su propio peso y es sustituida por unos grupos auto – constituidos y estimulados desde el poder y de hecho convertidos en apéndice de este y en particular de la Presidencia de la Republica quién le da el reconocimiento y el financiamiento necesario y en la práctica al asumir estos consejos comunales atribuciones que la ley le otorga al Municipio, Gobernaciones e instituciones en general se estaría creando un grupo de choque, partidista, sectario, altamente desestabilizador, controlado desde el poder presidencial y para apuntalar el poder presidencial.

La Presidencia Imperial, (artículo 236) de la propuesta de Reforma y el Poder Popular (artículo 136) vienen a ser a nuestro juicio el planteamiento más susceptible de estimular en nuestro país un proceso de concentración del poder y de un retroceso democrático significativo.

Municipalizar el Poder

Contrariamente a lo que piensa Chávez, con su presidencialismo imperial y su centralismo anacrónico; el poder y el gobierno en la modernidad es cada vez más descentralizado. Las comunidades y las personas cada vez asumen mayores responsabilidades con respecto a sus vidas y destinos.

El auto-gobierno en todos los niveles es el gobierno del siglo XXI.

En nuestra tradición política comunal, tanto en su vertiente hispano como afro- indígena, el auto–gobierno converge hacia el municipio como institución básica, conjuntamente con la familia, ejes y soportes de la vida social.

En Venezuela fue un avance la elección directa de alcaldes y gobernadores; aunque también es cierto, que muchas de ellos degeneraron en pequeños caciques locales, y al final quedó truncado y en parte frustrado, nuestra experiencia de auto-gobierno, que hoy se quiere erradicar con la mal llamada reforma constitucional, y retrotraernos a la Venezuela rural y presidencialista del siglo XIX. Como ya nos toca ir pensando en el post- chavismo, es fundamental ir preparando el nuevo poder municipal, más orgánico y eficiente que el conocido hasta ahora y profundamente democrático y solidario. Hacer realidad el concepto de gobernar es servir; la política y el gobierno es servicio y mucho más a nivel local y directo.

Nuestros municipios en general están abandonados, nuestras ciudades han retrocedido hacia el caos y la violencia, la inseguridad, pésimos servicios deterioro ambiental y baja calidad de vida prevalecen frente a la apatía, indiferencia y complicidad de las comunidades y de los poderes municipales. En la nueva aurora democrática que se avecina, a las comunidades y a los municipios les va a tocar una gran responsabilidad en la recuperación plena de nuestra sociedad. La patria se hace desde abajo y el país debe descansar en la formación y laboriosidad de sus ciudadanos y no en los dictados del amo del poder y en los decretos arbitrarios e ilegítimos del mismo. El futuro se construye no se decreta, y el protagonista siempre es el ciudadanos, como persona libre y con responsabilidades y como comunidad y sociedad civil organizada.

Del libro azul al libro rojo


Cuando una sociedad entra en crísis, una crisis estructural de largo plazo como lo nuestra, la distancia entre los principios, las normas y los hechos se hace abismal. Casi en todo, todos los días la realidad niega lo que creemos y la vida social se vuelve una jungla, una selva de intereses y pasiones, que siempre privilegia al más pícaro, al más vivo, al más deshonesto.

Nuestra sociedad vive escindida entre una estructura legal que no funciona y una paralela que “resuelve” en la medida que se tenga los contactos “adecuados” y se pague la “tarifa” apropiada.

Hay un Estado formal, que es como un cascarón vacío, sin respuesta a nada y sin proyectos estratégicos y un Estado “paralelo”; en donde lo lícito y lo ilícito se confunde y se superpone.

La “ley” entre nosotros es un principio abstracto y casi siempre ausente de la vida social; la verdadera “ley” es lo que funciona y “resuelve” a través de la gestoría, la comisión o la presión.

En la misma perspectiva podemos ubicar la discusión “constitucional” en curso. El gobierno y el oficialismo en general en verdad no creen en la Constitución, de allí esta mal llamada reforma con la cual se pretende otra vez el traje a la medida del presidente, tan enfermizamente recurrente en nuestra historia. Este vicio nacional ha convertido a nuestras Constituciones en constituciones de papel, que nadie acata y todos incumplen, particularmente los amos del poder, lo que llevó a decir al historiador José Gil Fortoul que nuestra historia constitucional no es más que la historia de las violaciones y transgresiones de la Constitución, en particular por los mismos que las hicieron, como es el caso actual, cuyos autores se están llevando por delante a su “propia” Constitución de 1999, en su momento de manera oportunista calificada como la mejor constitución del mundo; más adelante fue calificada como la “bicha” y hoy se pretende convertirla en un librito “rojo, rojito” con una pretendida reforma insensata e irracional, moralmente inaceptable, tal como recientemente fue calificada por la Conferencia Episcopal.

miércoles, 18 de marzo de 2009

¿De la “dictablanda” a la dictadura?

Chávez ya no disimula, quiere todo el poder y para siempre, para ello ha anestesiado y aterrorizado a todo un pueblo

Chávez ganó democráticamente la presidencia en 1998 pero la ha ejercido no como un demócrata, sino como un autoritario con debilidades históricas e ideológicas de corte autocrático y fascista y no podía ser de otra manera, por su formación militar y por su vocación conspirativa.

Conquistado el poder quiere perpetuarse en él y para ello se ha camuflado o escondido detrás de una pretendida revolución "bolivariana" y un "socialismo del siglo XXI" que nadie termina por saber qué es, empezando por el propio Chávez, cuando dice y reconoce que hay que crear la "revolución" y crear este nuevo "socialismo" mientras tanto imita y repite lo que tiene más a la mano, el modelo cubano, que le ha sido muy útil por su exitosa experiencia de casi 50 años de un gobierno personalista y autocrático y un régimen hegemónico con control total de una sociedad y de un país.

Chávez se cree eterno, ha creado su propio mito y una corte de adulantes y oportunistas, alimentados por los "petrodólares" y la corrupción.

Chávez ya no disimula, quiere todo el poder y para siempre, para ello ha anestesiado y aterrorizado a todo un pueblo y ha neutralizado a una oposición que tiene vocación suicida unos por ingenuidad y otros por cálculo e intereses creados.

El secuestro de lo poderes es total y en particular el electoral, lo que inhibe o dificulta cualquier salida electoral. Un proceso electoral no tiene el mismo significado en una democracia que en una dictadura, por ejemplo; Saddam Hussein ganaba todas las elecciones con porcentajes casi del 100 por 100. Igual Fidel, en Cuba, Mugabe en Zinbawe, Assad en Siria, Kim-El-Sung en Korea del Norte, Kadhafi en Libia y unos pocos más, para desgracia de sus pueblos.

Chávez es un líder audaz, después de su "triunfo" electoral de diciembre de 2006, se lanza en este 2007, a un "ahora o nunca" de una mal llamada "reforma constitucional" y otra vez enfrenta una oposición potencialmente mayoritaria pero dividida entre "votistas" y "abstencionistas". En lo personal no creo que este sea el dilema, lo propuesto por Chávez y sus acólitos de la Asamblea Nacional, implicarían una constituyente, y si ellos no la asumen, la Constitución se lo permite a los ciudadanos en su Art. 348, a través de la recolección de firmas. Esta iniciativa tiene múltiples ventajas, entre otras, le permite a la oposición tener su propia agenda política.

Esta mal llamada "reforma" de consumarse es un golpe de estado, de allí la oportuna advertencia de la Conferencia Episcopal al calificarla de "moralmente inaceptable" así como el pronunciamiento de las universidades que en el mismo sentido dice; la "reforma constitucional" es inaceptable porque menoscaba en algunos casos, y elimina en otros, principios y derechos irrefutables y que no pueden ser sometidos en un proceso electoral refrendarío.

No se puede votar de manera disyuntiva si-no; y menos en condiciones de ventajismo electoral, y de legalidad precaria, unas propuestas que acaban con la república democrática y menoscaban o conculcan principios fundamentales.

La "dictablanda" prevaleció confundiendo a muchos, mientras un proyecto de dictadura en pleno desarrollo se trataba de instalar para siempre.

Más allá de "chavistas" y "anti-chavistas" que como todas las cosas de la política son algo circunstancial y coyuntural, existe una sociedad y un país que nos duele a todos y que nos obliga a trabajar unidos para su progreso y bienestar y esta claro que una "dictadura" no le conviene a nadie y tiene que ser rechazada por todos.

Tema del traidor y del héroe


Este es un cuento, de Jorge Luis Borges publicado en su libro “Ficciones “de 1956, plantea allí el escritor un tema recurrente en la historia y la literatura, el de un héroe que a la vez es un traidor. En el cuento en cuestión la acción transcurre “en un país oprimido y tenaz” y habla de “un conspirador” un secreto y glorioso “capitán de conspiradores” que es un héroe de su causa; y al mismo tiempo un traidor a esa misma causa; el drama es que a la gente no se le puede decir la verdad, pero el traidor debe pagar su traición aunque se le siga presentando como héroe.
Este en uno de los dramas recurrentes de la historia, siempre se terminará traicionando algo o a alguien, para un bando es un héroe para el otro bando es un traidor.

En nuestra historia reciente se puede ejemplificar con el 4 de febrero de 1992, los conjurados traicionaron su juramento a la bandera y fueron fieles a su juramento en el Samán de Güere.

Fracasados en su intento golpista fueron juzgados y encarcelados. En 1998 acceden al poder y reivindican el 4 de febrero como una fecha gloriosa de la patria, cumpliéndose una vez más el principio que la historia la escriben los vencedores.

En nuestra crónica política actual el tema del traidor ha cobrado actualidad con el “pronunciamiento” del General Baduel.

En el golpe de abril del 2002 fue el héroe indiscutible, hoy es escarnecido como traidor por sus ex-compañeros.

Nos preguntamos si mañana ganara Baduel y perdiera Chávez ¿Quién es el héroe y quién es el traidor?

Dilema y drama de la historia, llena de falsos héroes y plagada de traidores. Sigue contando Borges su cuento con su magistral escritura: “El 2 de agosto de 1824 se reunieron los conspiradores. El país estaba maduro para la rebelión: algo sin embargo fallaba siempre, alguien traidor habrá en el cónclave.

Fergus Kilpatrick había encomendado a James Nolan el descubrimiento de ese traidor.Nolan ejecutó su tarea: anunció en pleno cónclave que el traidor era el mismo Kilpatrick. Demostró con pruebas irrefutables la verdad de la acusación: los conjurados condenaron a muerte a su presidente. Este firmó su propia sentencia, pero imploró que su castigo no perjudicara a la patria”.

Aquí termina el cuento pero la historia continúa en este drama de compañeros de armas, amigos y compadres, en donde nadie termina por saber quién es el traidor y quién es el héroe.

“La Reforma Inconstitucional”


A estas alturas del proceso político desencadenado por la mal llamada “reforma constitucional”, hay consenso mayoritario en todos los sectores, -incluidos “chavistas” y “ex - chavistas”- que la reforma es inviable e inconveniente para los altos intereses nacionales.

Es inconstitucional y legalmente inaceptable por cuanto lo que plantea la “reforma” implicaría la convocatoria de un proceso constituyente. La “reforma” es ilegal, porque implica y configura un verdadero “fraude constitucional” pero además, es “moralmente inaceptable” por cuanto se nos convocaría a votar por algo que no puede ser sometido a votación, como son valores y principios irrenunciables, como por ejemplo: los derechos humanos, la democracia, la autonomía universitaria y garantías y normas que salvaguardan la libertad y la dignidad humana.

El rechazo a la “reforma” es tan mayoritario que el gobierno nacional ha rehusado al respecto todo debate sobre las propuestas contenidas en la “reforma” inclusive, el propiciado por el Consejo Nacional Electoral; de allí que el gobierno ha desarrollado una estrategia electoral en torno al caudillo; repitiendo el esquema, perverso y manipulador, de que se quiere “tumbar” a Chávez y acabar con su gobierno, cuando todo el mundo sabe, “chavistas” incluidos, que el presidente tiene un mandato de gobierno, como consecuencia de las elecciones del 2006.

En todas las encuestas el “si” pierde y esta tendencia sólo puede ser revertida por “magia o brujería” electoral, que el país nacional no permitiría ni aceptaría. El dilema de los que se oponen a la “reforma” de votar o abstenerse es un falso dilema, ya que de lo que se trata es que se retire la propuesta de “reforma” y se canalice legal y constitucionalmente como debe ser y al respecto el Tribunal Supremo tiene la palabra y en especial su sala constitucional, cuyos integrantes tienen una responsabilidad histórica de cara al país y al futuro, más allá de la circunstancia política actual y de sus evidentes simpatías e identificación con el gobierno actual.

La tentación de imponer la “revolución” va a fracasar; tiene que fracasar, y es que un “pacto social y constitucional” si no es consensuado y aceptado libremente por todos, no solamente fracasa, sino que le impone al país una carga de odio y violencia inaceptable para todos. Un país moderno, es abierto, plural y diverso, muy lejos de los regímenes fracasados del pasado y del presente que pretendieron hacer de Rusia, Alemania, España, entre otros países, unas “cárceles de pueblos”. En el mundo actual ninguna sociedad puede aislarse y muchos menos ir a contramarcha de la historia, hoy por hoy, todos los pueblos buscan el progreso y el bienestar a través de la libertad que es la única posibilidad que tenemos para que de verdad se desarrollen los valores de igualdad y justicia social. El fascismo y el comunismo (los extremos se tocan) fueron derrotados y expulsados al “basurero de la historia”, como diría Marx, y aunque la tentación autoritaria y totalitaria siempre está presente en la historia de los pueblos, confiamos que en Venezuela no triunfará.

Encrucijada nacional

Venezuela no termina el 2 de diciembre, no importa lo que allí pase, la historia continúa y esta confusión e incertidumbre nacional va a continuar porque el país vive una crisis política de larga duración y tiene que ver con el agotamiento del modelo rentista petrolero, cuyas piedras angulares fueron y son el populismo clientelar y la corrupción generalizada.

La sociedad venezolana sigue siendo la misma, ayer fue mayoritariamente "adeca" y eventualmente copeyana, hoy es "chavista".

En nuestros países la tradición "gobiernera" es fuerte y arraigada, especialmente en estado de necesidad y por la tentación "facilista" del poder y el dinero.

El 2 de diciembre, cualquiera sea el resultado, nada de esto va a cambiar; la coyuntura es básicamente política, avanzar en el proyecto autoritario-totalitario del Presidente y sus acólitos o frenarlos y proteger el proyecto democrático nacional. El primer dilema político en la oposición y en la disidencia es votar o abstenerse; ambas posturas cuentan con argumentos sólidos a favor y en contra.

Votar con la esperanza de ganar el "No" es válido aunque no lo creo posible en un régimen que, en el fondo, no cree en elecciones y no va a dejar el poder por un simple proceso electoral. Esto ya no es una democracia electoral.

Si en algo quisiera equivocarme es en esta apreciación; ojalá ocurra lo que sucedió en Nicaragua, cuando la derrota del sandinismo frente a Violeta Chamorro.

Dejar de votar con la esperanza de deslegitimar el poder, también es válido, aunque de eficacia cuestionable.

De allí que, sin descalificar ambas posturas, lo importante es plantearse "el día después", ya que la crisis va a continuar y a los abstencionistas no se les puede endosar la culpa de la derrota del "No" y a los que votaron les tocará asumir la grave responsabilidad histórica de haber legalizado y legitimado con su participación "un fraude constitucional", "una reforma inconstitucional" y eventualmente, "un golpe de Estado desde el Estado".

En esta "encrucijada nacional" nada se va a resolver el 2D pero sí se clarificará de manera definitiva la naturaleza del régimen que encabeza Chávez y el papel real del liderazgo de oposición. El éxito de Chávez, aparte de su innegable astucia, habilidad política y la abundante y sin control chequera petrolera, tiene mucho que ver con la limitaciones intelectuales y políticas de muchos de los "líderes" de oposición que lo han adversado, unos demasiados cansados para estas lides, otros demasiado apresurados y muchos, simplemente, cuidando intereses personales y subalternos.

Si la política respondiera a impulsos racionales y no a los emocionales e irracionales, el Presidente o eventualmente la Sala Constitucional del Tribunal Supremo deberían retirar la propuesta por inviable e inadecuada y así todos: el país, el Gobierno y la oposición ganaríamos tiempo para canalizar nuestras diferencias de manera democrática y no confrontacional, y si más adelante se quiere insistir en la discusión constitucional se puede desarrollar un acuerdo político civilizado para hacerlo por la vía constituyente.

De lo que se trata no es de avasallar ni eliminar al adversario sino de reencontrarnos otra vez, todos los sectores políticos del país, en el proyecto democrático nacional que se inició en el ya lejano 1936, y que de manera accidentada y contradictoria a veces, ha continuado desarrollándose en Venezuela. Primero fue el sufragio universal, después la discusión constitucional del 47 y el pacto constitucional de 1961. Después logramos por primera vez en nuestra historia que un gobierno democrático legal y legítimamente electo terminara su mandato y más adelante, que un gobierno pudiera ser derrotado en un proceso electoral y sin traumas le entregó el poder el partido ganador de oposición.

Esa es la democracia, elecciones transparentes, árbitro electoral confiable, respeto a la voluntad popular, respeto a las normas constitucionales y legales y alternabilidad en el poder. Hoy la democracia venezolana está fuertemente amenazada, una vez más, por la tentación autoritaria, por la corrupción y por la enorme deuda social. Este es el verdadero desafío: un consenso nacional respetuoso de las diferencias, tolerante y plural. De allí que el 2D en sí mismo no es tan importante como el "día después", en donde Venezuela amanecerá más amenazada en sus posibilidades de pueblo o con la esperanza de un vasto movimiento democrático, que permita recuperar la ruta democrática del país, de manera civil y pacífica pero tercamente firme en sus convicciones o principios.

Las razones del imperio

Entre los grandes historiadores de todos los tiempos se destacan Tucídides y Tácito con su lúcidas ''visiones'' políticas y psicológicas de la historia; pero, sin lugar a dudas, el que formaliza por primera vez la historia, como ''historia de imperio'' fue Plutarco, griego de origen y romano de adopción quien se dio cuenta que la ''historia'', la gran ''historia'', es decir la ''historia universal'', es la historia de los imperios y al respecto nada ni nadie como la ''historia de Roma'' paradigmática hasta nuestros días, como la historia del imperio por antonomasia.

Lo que sucedió en Roma e hizo Roma se va a repetir, casi como una cartilla en la historia de los otros imperios que vinieron después hasta hoy, incluido los Estados Unidos.

Para entender a los Estados Unidos de Norteamérica, especialmente su política exterior, hay que entenderlo y asumirlo como potencia imperial. El ''viejo orden'' se acabó en 1914 y el ''nuevo-viejo'' orden se acabó en 1989. Hoy con propiedad podemos hablar de un ''nuevo-nuevo orden'' de 1999 para acá y que fácilmente podemos proyectar en el mediano plazo. (2010-2030).

El ''nuevo'' escenario geopolítico seguirá girando en torno al tema ''energético'', la economía y la capacidad militar y nuclear incluida.

Estados Unidos, como es lógico, jugará al statu quo, es decir, a su primacía indiscutible, ideológicamente se afincará en el tema de la paz, el ambiente, los derechos humanos y la democracia, secundada por Europa.

Las potencias emergentes (BRIC) (Brasil, Rusia, India y China) negociarán su propio espacio. Cada continente arrastrará su destino histórico, especialmente en temas como el desarrollo y la democracia, la pobreza y la inseguridad. Las ''zonas calientes'' especialmente el Oriente Medio y Asia Central cada día arriesgarán un conflicto ''mundial'', de pronósticos reservados.

Hoy por hoy y por cierto tiempo las noticias más preocupantes seguirán llegando del Medio Oriente, de Irak, de Irán, de Afganistán y algún otro país que se nos escapa.

El ''imperio'' lo sabe y se ha posicionado allí militarmente, con bastante éxito; el ''imperio'' derrocó a los ''talibanes'' en Afganistán, a Saddam Hussein en Irak, están presionado a Irán para evitar que se conviertan en potencia nuclear. Los EEUU se han convertido en guardianes armados de la inmensa riqueza petrolera de la región y se han colocado en el epicentro geopolítico del mundo, entre Rusia, China, India y el Medio Oriente. El terrorismo ha sido la mejor excusa y el mejor aliado para potenciar a Osama Bin Laden como encarnación del mal, si éste no existiera lo hubieran inventado.

No simpatizamos con la política de Bush, pero ha sido un excelente presidente para los intereses del imperio; recordemos el imperio romano, emperadores locos y asesinos pero eficaces para las políticas del imperio.

Cuando la historia se encargue del imperio norteamericano, él también caerá a impulso de los bárbaros de adentro y de afuera pero, no tan pronto como muchos desean.

Diálogo


En esta dramática hora nacional no hay concepto más importante que el diálogo; es una exigencia absolutamente mayoritaria tanto en el sector oficial como en la oposición.

Lo que sucedió el 2 de diciembre indica que el triunfo tiene que ser administrado con prudencia y respeto hacia el adversario derrotado y de una vez extender una invitación al Presidente y al gobierno a un dialogo constructivo de cara a las próximos años.

Se debe exigir y propiciar un gran acuerdo nacional de convivencia, gobernabilidad, a este respecto, creo que el papel de las Fuerzas Armadas, la Iglesia, las Universidades, entre otros factores fundamental; les toca una gran responsabilidad, en función del equilibrio, el respeto, la tolerancia y la convivencia.

Cuando una sociedad bordea el precipicio de la anarquía o de la confrontación fraticida y la violencia, a todo nivel y en todas sus manifestaciones tiende a imponerse, se hace urgente y necesario un gran acuerdo nacional.

En este momento crucial de nuestra crisis política, la sensatez, el sentido común tienen que imponerse y la responsabilidad de todos, en especial de los dirigentes es fundamental.

La responsabilidad del Presidente y del gobierno es clave, en sus manos está el poder, por consiguiente la obligación moral y legal de asumir la iniciativa del diálogo para la reconciliación nacional. Las inevitables diferencias, todas, pueden ser discutidas y canalizadas civil y democráticamente.

El Presidente no puede seguir por este camino suicida de la descalificación y confrontación permanente, los Venezolanos tenemos derecho a la tranquilidad y seguridad necesaria para trabajar por el desarrollo del país y el bienestar de todos, sobre la base de un proyecto político nacional democrático y solidario, en libertad, con equidad y justicia social. Después de las duras lecciones que nos dio el siglo XX, toda la humanidad sabe que la solución no es ni el fascismo ni el comunismo, ni ninguna ideología sectaria, excluyente y deshumanizante.

Compartimos una visión progresista del desarrollo social, inscrita en una concepción dialéctica de la historia y por ello mismo sabemos que la política, en todos sus aspectos y en especial como acción de gobierno, debe buscar siempre el equilibrio, la concertación inteligente, necesaria entre todos los actores sociales y factores de poder.

Venezuela merece el mejor destino posible, asumido desde la formación, la educación y la laboriosidad de su gente.

No desestimamos nuestro pasado heroico pero el verdadero patrimonio de un pueblo es su tradición civil y civilizatoria, creo que ya es hora que cancelemos nuestra herencia de violencia reflejada y representada en ese poderoso mito literario que Rómulo Gallegos plasmó en Doña Bárbara, como expresión de una patria, la del siglo XIX, asolada por la violencia y la miseria, negada al dialogo y siempre ganada a la confrontación.

En este 2D permitamos que gane Venezuela.

El infinito y la nada

Dios creó al hombre y éste se destruyó a sí mismo, pareciera ser la filosofía de George Fleischman en su película ''Cuando el destino nos alcance''. En ella el futuro es una pesadilla, maridados el horror y el terror. Destruida la naturaleza, los océanos, todo vestigio vegetal, y animal, el hombre vuelve a ser antropófago. Los cadáveres son transformados en alimentos sintéticos, el hombre en materia prima de la industria de la muerte. El nazismo ya había hecho el ensayo, continuado exitosamente por la industria de la guerra en nuestros días. Antropofagia industrializada, la humanidad vuelve a los orígenes. Historia cíclica del eterno retorno, la humanidad se destruye a sí misma. La sociedad convertida en un infierno, en un lugar sin esperanzas, acorrala y destruye al ser humano. La sociedad creada para que el hombre progresara en civilización y cultura, termina por desquiciarlo y anularlo.

De la nada volvemos a la nada, es lo que piensan sabios como C. Levy Strauss y G. Dumezil. La sociedad del futuro será la que prefiguraron Orwell y A. Huxley en sus libros.

Nuestra época se ha caracterizado por una consciencia contradictoria, unos creen haber empezado a vivir la utopía, otros, creen vivir el comienzo del fin. La película transcurre en el año 2040, en Nueva York, con 40 millones de habitantes, en su mayoría desempleados, hacinados, desesperados y sometidos a una minoría llena de privilegios, detentadores del poder económico y político.

En esta sociedad dantesca, el conocimiento de la verdad conduce a la muerte. Primero fue Simenson, luego Sol, el sacerdote y el detective. Todos deben morir, porque la verdad es insoportable: el hombre se está comiendo al hombre.

La película es sobrecogedora el hombre termina por construir el infierno, una sociedad sin esperanza. No comparto la filosofía de la película, pero sé que existe la posibilidad que ella plantea. El ser humano habita entre la aurora y el crepúsculo. Vivimos en una época desesperada, entre el infinito y la nada. Para el teólogo y filósofo Paul Tillich el hombre contemporáneo está sometido a una triple angustia. 1) La angustia del sino y la muerte, desconocemos nuestro destino y con certeza sabemos que vamos a morir. 2) La angustia de la vaciedad y del absurdo total. Nada tiene sentido, muerto Dios, muere también el hombre en un vacío esencial y ontológico. 3) La angustia de la culpa y la condenación. La vida al perder su sentido moral, el hombre naufraga en un sin sentido. Nadie responde por nadie, como Caín ante la muerte de Abel. El hombre se aliena, ''escapa de su libertad'', dice Fromm. ''Para evitar el riesgo de dudar y preguntar renuncia al derecho de preguntar y dudar''.

La desesperación se hace absoluta, igual que en la película que estamos comentando, la desesperación es convertida en sistema y nadie escapa a ella. La única posibilidad sigue estando en el hombre mismo, recuperarse y asumirse como creación a quien le fue dado una tierra para morar y crecer en ella, construir su propio paraíso. En el fondo, la película deja abierta una puerta a la esperanza: salvar a la naturaleza es salvarnos a nosotros mismos.

Al principio Dios creo el cielo y la tierra…al hombre y a la mujer. Dios dijo: ''Yo les entrego para que ustedes se alimenten, toda clase de hierbas de semilla y toda clase de árboles frutales. A los animales salvajes, a las aves de los cielos y a cuanto ser viviente se mueve en la tierra, les doy para que coman pasto verde. Y así fue. Vio Dios que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció''