lunes, 20 de marzo de 2006

Notas críticas

I


“Cuando merecemos no tener gobierno” J. L. B. Los pueblos están condenados a padecer a sus libertadores y gobernantes (como antes padecieron reyes, faraones y emperadores) hasta que hartos clamarían por otro Mesías que los libere del anterior convertido en amo del poder.
En la Venezuela del siglo XX padecimos a Gómez y Cipriano Castro; después a adecos y copeyanos y hoy a Chávez y su fantasiosa revolución ¿por cuánto tiempo?. Todo gobierno es inevitable como un mal necesario, pero la sociedad debe limitarlo y controlarlo y nunca perder ésta su protagonismo y responsabilidad, tanto en el plano colectivo como personal; la democracia sigue siendo el mejor sistema y los intelectuales orgánicos los mejores garantes de la libertad, con su racionalismo crítico y su libertad responsable.
II
Fidel murió en 1969; contrariamente el Che Guevara que supo morir a tiempo, tanto como para convertirse en mito; Fidel encarnó en la década del 60 del siglo XX lo mejor de la utopía libertaria y revolucionaria; en esos 10 años, Cuba era la promesa de futuro más admirada y respaldada del mundo; los intelectuales mas esclarecidos convirtieron a la Revolución cubana en su causa, Fidel era la encarnación simbólica de las mejores causas y sueños de la humanidad; la minúscula isla sobreviviendo al ocaso del imperio y garantizándole a sus ciudadanos libertad y justicia.
En los 70, Cuba se convierte en un peón de la Unión Soviética en el escenario de la Guerra Fría; en el 90, en el prostíbulo tropical de los europeos y 40 años después, casi dos generaciones de cubanos han sido sacrificados por el autócrata; uno en el exilio y la mayoría, prisioneros de la isla convertida en una gran cárcel.

viernes, 17 de marzo de 2006

"Masa y Poder"

La política en el mundo árabe vuelve al principio de toda acción política: la de la rebeldía y la resistencia popular. Las masas (el número) colectivo y anónimo, movilizadas contra todo pronóstico y sin un aparente propósito definido, que no sea el de cambiar el poder, subvertir el orden establecido y como diría el sociólogo Wilfredo Pareto crear las condiciones para una obligada y necesaria
“circulación de élites”. Es lo que está ocurriendo en el mundo árabe norafricano y en el medio oriente en general. Es la caída en cadena de gobiernos y regímenes dictatoriales y tiránicos de larga duración y es que a los pueblos en algún momento les toca reemprender la dura y larga marcha hacia la libertad. “Masa y Poder” es el título de un libro fundamental escrito por el Premio Nobel Elías Canetti (1981). Sin las masas, sin el número, no hay historia, aunque ésta tienda a ser administrada y beneficiada por las minorías oportunistas de siempre, las llamadas élites del privilegio y la influencia, y es lo que está ocurriendo una vez más en el convulsionado mundo árabe: de la rebeldía al reacomodo, en donde los llamados poderes fácticos intentan negociar el poder y las influencias, tratando de organizar y administrar la violencia así como el nuevo orden que se pretende establecer. Esto lo sabía muy bien el Conde de Lampedusa con su filosofía del gatopardo: las cosas periódicamente hay que cambiarlas para que nada realmente cambie.
Las afirmaciones anteriores suenan decepcionantes para una visión romántica e idealista de la Historia, pero la evolución humana real es así: lenta , contradictoria e imperfecta. Solamente la tecnociencia es “novedad” absoluta aunque también ella evolutiva y que obliga a los seres humanos y a las sociedades a cambiar de manera inevitable. En el medio oriente y en el norte de África es la “modernidad” que al fin emerge e irrumpe con su empuje irresistible hacia el futuro, de allí nuestra convicción sobre la inevitabilidad del derrumbe del modelo cubano y el fracaso en el caso venezolano de imponernos como futuro lo que no es otra cosa que una afán de poder personal y un anacronismo que fue derrotado por la Historia en el siglo XX

lunes, 13 de marzo de 2006

"Entender lo que es, para llevarlo como es"

Ricardo Lagos, en proceso de convertirse pronto en expresidente; es un respetable y respetado político chileno de larga trayectoria; preguntado sobre nuestro presidente, recomendó no desmoralizarse y agregó la frase que sirve de título a este artículo “entender lo que es, para llevarlo como es”; la frase se ubica entre el realismo necesario para un político y el cinismo propio de un político; “entenderlo y llevarlo” implica mas que un deseo de comprender y conocer una necesidad de controlar y conducir; y es que un político no es otra cosa que una vocación de poder a través de l manipulación y control de las personas. Lagos con este frase demuestra porqué ha sido un político exitoso y que su libro de cabecera fue El Príncipe de Maquiavelo.
El problema de estos “opinantes” es que hablan de lo que no saben o disimulan por interés lo que bien saben y no lo que quieren decir. Lagos no es ningún ingenuo y está bien informado de lo que pasa en Venezuela; lo que ocurre es que el destino venezolano en el fondo no le interesa ni le importa. Me gustaría ver a Lagos como un venezolano mas, viviendo en este tiempo detenido que es la Venezuela actual y en esta democracia “chucuta” de poderes secuestrados y subordinación absoluta al líder “iluminado”. El drama de las opiniones que vienen desde más allá de nuestras fronteras es que siempre se dan cuenta de sus errores de apreciación demasiado tarde.
Sería interesante preguntarle a Lagos sobre Chávez su deseo de bañarse en aguas bolivianas, que Chile históricamente ha negado o sobre la pretensión chavista de confrontación estratégica con Estados Unidos.
El drama de estos líderes políticos es su nacionalismo acomodaticio; lo que es bueno para Venezuela no es bueno para Chile; mientras tanto que los venezolanos nos aguantemos el espanto que para eso lo elegimos.

miércoles, 1 de marzo de 2006

El Séptimo Sello

Película fundamental ‘en’ la filmografía del gran director sueco I. Bergmann, transcurre en el siglo XIV, durante la gran tragedia de la peste negra y que asoló y despobló al continente europeo, a pesar de la aflicción general y del final trágico, el amor está presente y la esperanza no muere, la condición humana no es otra cosa que, una dialéctica trágica entre trascendencia e inmanencia. Ser y tiempo son las líneas fronterizas y los límites definitorios de toda existencia. El ser humano lo arriesga todo, pero la verdadera y definitiva pérdida es cuando trafica con su dignidad y claudica en su libertad. Los dos personajes emblemáticos de la película, caballero y escudero, se salvan, humanamente hablando, porque mueren preservando dignidad y libertad, básicamente en unas escenas antológicas, al comienzo y al final de la película. Cuando la muerte, que preside y domina el comienzo y el final se presenta el caballero, sin miedo le dice “puesto estoy, el espíritu es fuerte, aunque la carne es débil” y desafiante invita al terrible e inoportuno visitante a jugar ajedrez.

Al final de la película otra vez la muerte anunciando que el plazo se venció y ante la protesta del escudero lo manda callar, es decir a asumir el destino fatal inevitable y el escudero altivo le contesta, “presto callo pero seguiré protestando” y es que la condición humana, finita y débil, puede trascenderse a sí misma si tenemos el coraje y la lucidez de nuestra dignidad y libertad.