Las "ideologías"' no mueren, caen en obsolescencia, mutan o son sustituidas. El lenguaje es clave para iniciar los "cambios" necesarios. Un ejemplo en el campo político: Comunismo, Fascismo y Nazismo tuvo un significado en el siglo 20, de carácter histórico concreto, en el siglo 21, terminan significando lo mismo en cuanto al uso de la violencia y la represión y la supresión total de la libertad, democracia y los derechos humanos. De allí que el "nuevo lenguaje" debe establecer claramente que las tres palabras son sinónimas y si es necesario crear una neo-lengua, incorporando el uso de nuevas-palabras con un significado universal preciso: Comunismo=Fascismo= Nazismo= TOTALITARISMO (que no es ni de izquierda ni de derecha y menos cuando todos los sistemas económicos terminan en la lógica y dinámica capitalista). Igual seguir confundiendo Marxismo, Socialismo, Comunismo, Izquierdas es otro error en el siglo 21, Marx no puede ser responsabilizado de las atrocidades comunistas ni sus ideas como si Jesús fuera responsable de las atrocidades del cristianismo de la inquisición y guerras religiosas. Marx es un pensador del siglo 19 y forma parte de la historia del pensamiento, que es el contexto preciso de sus ideas, igual que se hace con cualquier otro pensador. El socialismo-democrático o social democracia nace en 1905 cuando la división entre "mencheviques y bolcheviques". Después tiene su propia historia, muy diferente al bolchevismo. Y el comunismo es otra cosa, una brutal dictadura totalitaria. Y en Venezuela, y en otros sitios, llamamos socialista a un proyecto comunista, que ellos camuflaron como una trampa semántica caza-bobos, y lo lograron, por aquello de Lenin de: dos pasos adelante y uno atrás (para reclutar a tontos útiles, aliados circunstanciales y codiciosos capitalistas). Basta mirar "sin velos ideológicos” nuestro caso, casi ningún oficial militar es comunista y sostienen al régimen. Soldados y policías menos se consideran comunistas y ni hablar del sector empresarial y especialmente los nuevos ricos. Si no cambiamos nuestras ideas y percepciones de la realidad y re-significamos las palabras y su sentido y contenido, la realidad no puede ser cambiada. La PALABRA lo es todo.
El drama nuestro es un mundo en evolución y nuestra sociedad estancada en atavismos y complejos del pasado, una educación sumamente anacrónica y de espaldas al futuro y unas elites codiciosas e ignorantes detentan el poder y las influencias, más interesadas en sus privilegios que en el país o mejor en la sociedad doliente, sometida a una generalizada miseria y condenada a sobrevivir o irse o cómplice por omisión y necesidad o por un vulgar interés egoísta. Hemos vuelto al pasado en todo sentido y en términos políticos, otra vez nuestro destino de hierro de: DICTADURA O DEMOCRACIA Como en 1936, como en 1945, como en 1948, como en 1958, como en 1998 y el 2021 tan lleno de incertidumbres e interrogantes. Si logramos "corregir" las palabras y aprendemos a conjugar unidad y futuro, quizás en 2021 nos vaya mejor.