domingo, 24 de abril de 2022

La insoportable pesadez de la historia

 

Un error frecuente en el "presentismo" vigente es pensar que podemos prescindir de nuestro pasado. Una persona, por mucho que cambie, siempre es el mismo en carácter y personalidad. Con mucho más fuerza esto se observa en la identidad colectiva, un venezolano nunca deja de serlo, válido para cualquier nacionalidad o identidad étnico-cultural. Somos universales como humanos pero desde la particularidad cultural de cada uno; digo esto, por la pretensión acentuada que vivimos "tiempos nuevos", en términos fenomenológicos y tecno-científicos, sin lugar a dudas. Ya Tucídides lo formuló hace dos mil quinientos años: "La historia no se repite pero el hombre siempre se repite a si mismo" O la filosofía del "Gatopardo": “todo cambia para que nada cambie”. En cada época y país sobran los ejemplos.


Cada tiempo y circunstancias traen su novedad pero las respuestas por muy creativas que se pretendan están fuertemente ancladas en el pasado, tanto en la memoria consciente como inconsciente. En Venezuela es fácil demostrarlo con nuestras recurrentes llamadas "crisis" y su desarrollo político y constitucional. Cada crisis trae su "constituyente" en el equipaje y su respectivo "caudillo-salvífico". En nuestra historia las llamamos "revoluciones" pero las estructuras sociales y económicas dominantes son intocables, y en términos culturales y de mentalidad y conductas sociales los cambios políticos inciden poco o nada, al contrario, tienden a reforzarlos, acentuando la impresión de anacronismo que nos acompaña. Mientras más "noveleros" más anclados en el pasado. El régimen actual en el poder es un ejemplo casi perfecto de "más de lo mismo empeorado". Un anacronismo "modélico". Su épica es militarista y su génesis una conspiración militar y dos intentos fallidos de golpe de estado. La ideología es una mezcla de influencias y tendencias cruzadas y contradictorias. Su geo-política se inserta en la guerra fría del siglo 20 entre la Unión Soviética y Estados Unidos; en un mundo globalizado, capitalista (hasta la China Comunista forma parte de él) y liberal por lo menos en el discurso, ellos insisten en una ortodoxia de ruralismo provinciano y trasnochado (comunas, poder comunal, gallineros verticales, etc.) Predican la igualdad y la justicia social y destruyen el sector productivo y la salud y educación pública, empobrecen a la mayoría y niegan los servicios básicos; si esto es lo "nuevo" ni a novedad llega, nos precede el castrismo cubano, la Camboya de Pol Pot y la China de Mao. Al final el único gran logro es lo que siempre ha pasado en Venezuela cuando llegan al poder, no importa con que bandera llegan ni quién llega, solo ha servido para crear una "nueva" oligarquía del dinero.


La historia pesa y cómo, pero es más cómodo y la ignorancia ayuda, pensar y asumirse "a la moda".

miércoles, 20 de abril de 2022

“La última tentación de cristo”

 

La última tentación de cristo” de Martín Scorsese. Una película polémica desde una perspectiva histórico-biográfica no religiosa ni teológica del Jesús histórico.
La existencia histórica de Jesús en algún momento se puso en duda dadas las escasas fuentes no cristianas. En la historiografía contemporánea se ha asumido que si existió un Jesús de Nazareth pero para el no-creyente se interpreta sólo en su historicidad judía bajo la dominación romana. En esta línea se ubica la versión e interpretación de Pier Paolo Pasolini,ateo, marxista y anticlerical en su película, reseñada en el ciclo del CINE ENCUENTRO, del @cineclubluz y del @teatrobaralt . EL EVANGELIO SEGÚN MATTEO, como un profeta mesiánico y agitador frente al poder religioso y temporal de su época en la línea de la tradición judía. Un profeta santo pero humano, totalmente diferente a la tradición del Nuevo Testamento que lo asume desde su misión divina como Jesús el Cristo, un maestro de sabiduría, bondad, justicia y verdad y amor pero enmarcado en su misión salvífica como Jesúcristo, hijo de Dios y Dios mismo en el misterio de la Trinidad.


Martin Scorsese, agnóstico como es, en esta película LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO "interpreta" a Jesús desde el respeto a su figura pero fuera de la fé y lo "historiza" y lo hace "humano" (¿?), pero trata de entenderlo desde su racionalidad crítica y escéptica.
Esta es una película, no olvidarlo nunca, con valores artísticos indudables y si la vemos con mente abierta, cumple un papel interesante en cuanto que, en un mundo relativista y agnóstico y de gran superficialidad religiosa (orientalismo, new-age, libros de auto-ayuda, etc.) nos motiva a interesarnos en la figura de Jesús-Cristo para un encuentro personal y directo, que para creyentes y no creyentes, es una "vía" espiritual en busca del SER Y LA TRASCENDENCIA.


Rezar es pensar en el sentido de la vida escribe Ludwig Wittgenstein en la misma línea de Heidegger "pensar es agradecer", "Rezar es la gran recompensa de ser hombres" escribe el filósofo místico judío Abraham Joshua Heschel. El Cardenal Carlo Maria Martini en su Arquidiócesis de Milán estableció unos Seminarios anuales para no-creyentes para alentar el "diálogo de la fraternidad" entre culturas y religiones diferentes, que tan eficazmente llevan a cabo los FOCOLARES a partir del "carisma" de CHIARA LUBICH.

martes, 5 de abril de 2022

LAS GUERRAS DE PUTIN

 

Vladimir Putin lleva 23 años en el poder en Rusia; pasó progresivamente de un poder "blando" a uno cada vez más autocrático y dictatorial. 23 años en el poder es demasiado tiempo para aceptar dejarlo y cada vez se aferra más a el. El poder enferma y mientras

mas tiempo más se aferran a él y ya entramos en el campo de la psiquiatría. Putin en 1999 era primer ministro de Boris Yeltsin cuando este lo designa presidente en el 2000 y ya estaba en curso el conflicto de Chechenia y que dura casi una década hasta que Putin lo controla

a sangre y fuego y esto no es una metáfora destruyó a "bombazos" la capital Grozny. En paralelo estaba en desarrollo la guerra contra el terrorismo islámico que lleva directo a las guerras del Medio Oriente Irak, Siria, etc. En este conflicto Rusia y Estados Unidos actúan

coordinados hasta el desacuerdo estratégico con respecto a Siria y otros intereses. En 2008, frente al acercamiento de Georgia a Occidente la invade y en 5 días "neutraliza" la pretendida occidentalización y amplia su esfera de influencia, con perdida territorial importante

de Georgia. Metodología que aplica en su siguiente aventura bélica en el 2014, en Crimea y en el 2022 con su invasión a Ucrania, en pleno desarrollo. Putin es un belicista expansionista demostrado con los eventos citados. Mucho se ha especulando sobre el porqué de esta política.

Algunos analistas lo han abordado centrados en la personalidad de Putin y su ideología. En una perspectiva histórica pienso que la explicación de fondo está en la propia historia de Rusia, país expansionista y acostumbrado al autoritarismo en el ejercicio del poder, sustentado

en un nacionalismo telúrico, la Madre-Rusia de fuerte impronta religiosa y tradicional. Si quisiéramos utilizar una etiqueta diríamos que Putin es un conservador-restaurador de la grandeza de Rusia tanto de la época zarista como de la comunista. Sus personajes históricos

emblemáticos son Iván el Terrible, Pedro el Grande, Stalin. Más allá de las diversas épocas e ideologías dominantes, Putin asume a Rusia de manera mesiánica. Un Estado fuerte, en un extenso territorio euro-asiático de muchas naciones, lenguas y cultura, progresivamente "rusificadas"; es decir una gran potencia con derecho a su parte de mundo o a todo el como potencia hegemónica, intento frustrado con la caída de la Unión Soviética en 1991. Para Putin, el gran responsable fué Gorbachov, un"hombre débil" según él. Eso explica a mi juicio la fuerte alianza con la Iglesia Ortodoxa y como de común acuerdo reivindican la tradición religiosa e imperial de Rusia. En los años de su primer gobierno mandó exumar los restos de la familia imperial asesinados por los bolcheviques y la Iglesia Ortodoxa, los "beatificó" como mártires, en paralelo, Putin declara himno nacional al vigente en la época de Stalin. El régimen de Putin condenaba los crímenes de Stalin pero a la par lo exaltaba como un gran patriota por salvar a Rusia y convertirla en gran potencia mundial. Como dato curioso Stalin no era ruso sino de origen georgiano, aunque Georgia era una de las repúblicas soviéticas. En términos geo-políticos estas condicionantes históricas terminaron convirtiendo a Putin en el "hombre" de la guerra que conocemos. Su obsesión es la "seguridad-geopolitica y grandeza de Rusia. Diría es su ideologia dominante. Un autocrata-restaurador y en parte eso explica el fuerte respaldo popular que llegó a tener. Las relaciones con Europa ha sido el eje dominante de la política exterior rusa y después con los Estados Unidos. Alexis de Tocqueville estableció ya en el siglo 19 un paralelismo interesante entre Rusia y Estados Unidos; ambos paises son mesiánicos y se creen destinados a la grandeza. En paralelo mientras Estados Unidos se expandía hacia el Oeste, Rusia hacia el Este y ambos se encontraron en Alaska, para aquella época territorio ocupado por Rusia y posteriormente comprado por los Estados Unidos. Putin en Ucrania se está jugando su destino político enfrentado a un frente occidental unido aparentemente dispuesto a "pararlo". Cómo siempre guerra y negocios también se juntan y seguramente terminarán "negociando", el costo mayor lo va a pagar Ucrania en perdida territorial y víctimas inocentes. Más de tres millones han salido de Ucrania para un destino incierto. Lo que si es cierto es que se van a profundizar los desequilibrios globales y continúa el proceso geo-político de competencia-confrontación entre Estados Unidos y China y sus respectivos bloques. Rusia con Putin o sin Putin seguirá "jugando" su rol de gran potencia. El siglo 21 como siempre, en términos geo-políticos, tendrá que decidir entre convivir y en paz o en y para la guerra.