<<Yo
temo más la paz que la guerra>> dirá Bolívar después de Carabobo,
pensando en Páez y en todos los caudillos que las guerras de Independencia
engendraron. Es la misma angustia de
Alberdi, cuando algunos años después escribe:
<<¿Quién nos libertará de los libertadores?>>. El proceso emancipador creó un formidable
aparato de poder: el ejército. Toda la
historia de América Latina lo va a padecer.
Las
conspiraciones contra la autoridad de Bolívar se suceden unas a otras. Páez conspira en Venezuela. Santander en Bogotá, mientras Bolívar se
ocupa de la campaña del sur. Sólo el
éxito que lo acompaña en Guayaquil y Lima, en Junín, Pichincha y Ayacucho, le
permite disipar o diferir estas amenzas.
Bolívar
está en el cénit de su carrera, es el héroe indiscutido de todo un mundo. Se le admira, respeta y acata. Gil Fortoul nos traza una semblanza del
Libertador llena de humanidad y admiración; trata de equilibrar al hombre y al
héroe. En esta hora de triunfo el mayor
homenaje es la creación de Bolivia, circunstancia que le permite al General
victorioso elaborar un nuevo Proyecto
Constitucional. El hombre de la
guerra que temía la paz de
2.
los caudillos, en el fondo de su alma no
quería otra cosa que ser el hombre de las leyes y de las instituciones que
permitieran estabilizar y hacer progresar a las repúblicas recién creadas. Proyecta y legisla incansablemente, desde la
base de los mejores modelos constitucionales, pero sin perder nunca de vista la
realidad. Como en todo destino humano,
el momento de mayor gloria no es más que el comienzo del fin, el descenso al
infierno del propio destino. Bolívar
empieza a transitar la agonía de los últimos cuatro años.
Armar
el rompecabeza, no otra cosa fue el empeño de poner a funcionar la Gran
Colombia. Desde 1821 se intentó gobernar
lo ingobernable; se promulgaron leyes; se ejecutaron actos administrativos de
todo tipo.
En
la práctica todo se ignoró y cada Provincia hizo lo que quiso. Los intereses y las acciones disolventes
predominaban: < De hecho el Ejecutivo se convirtió en Dictadura,
paliada por la relativa independencia de los poderes legislativo y judicial
hasta 1828, dictadura absoluta al disolverse la Convención de Ocaña>>.
Del
cesarismo a la tentación monárquica, Colombia se debate entre el ser y la
nada. Su principal artífice, más que
protagonista es una víctima de un proceso complejo y de unas fuerzas
ingobernables.
El
proceso independentista se inscribe en un marco internacional específico. Estados Unidos, Inglaterra, Francia y en
general toda Europa, están viviendo tiempos intensos, de profundos cambios
históricos. Revolución, Emancipación,
libertad de comercio, son expresiones que resumen procesos complejos y
diversos, aunque conectados entre sí.
Hispanoamérica y España formaban parte del mismo proceso. Bolívar en todo momento estuvo consciente de
las dimensiones internacionales del conflicto americano y en consecuencia
desplegó una activa e inteligente labor diplomática, que culmina con la
convocatoria y realización del Congreso de Panamá.
Desde
el punto de vista militar, la guerra fue internacional a pesar de sus episodios
locales. Desde el punto de vista político, la independencia
modificaba profundamente la geo/política americana y europea.