La
política es una ciencia(?) a-típica, tiene principios y reglas,
pero casi nunca se cumple. Su realidad-real es la prevalencia del
ambicioso y del codicioso, con todas sus patologías y cuyos
"méritos" principales son la astucia, la hipocresía y la
falta de escrúpulos. La política es necesaria y amerita una
vocación muy particular, como la del médico, que existe para
garantizar la "buena salud" como principio, pero en
realidad son una consecuencia de las enfermedades. Sin enfermos no
hay médicos. Sin sociedades "enfermas" no harían falta
gobiernos. La política y el político "administran"
carencias: materiales y emocionales de las "masas" (clases
y grupos sociales) sus expectativas de bien-estar y ascenso social
pero igualmente sus miedos y resentimientos. La política ancla en la
economía, su principal ocupación, pero opera como teatro. En un
mundo de fanatismo e intolerancia en una realidad llena de egoísmo y
pre-juicios "monta" el teatro de las promesas y programas y
calma al enfermo, incapaz de ser responsable de si mismo y lo
distrae. Cuando Nietzsche proclamaba la "voluntad de poder"
sintetizaba el principio universal o motor principal de la política:
todos buscamos el poder en todas nuestras relaciones humanas
(microfísica del poder la llamó Foucault) y el cargo mayor para el
ambicioso mayor. Política y gobierno son necesarios pero no hay
mayor aspiración (ciertamente utópica) que algún día merecer no
tener gobiernos, como dice J.L. Borges. La vigencia del Príncipe de
Maquiavelo se explica porque es una "descripción"
anatomo-patólogica del político y la política, del SER de la misma
y no de un DEBER-SER (de esto se ocupa la filosofía política, sus
teorías y utopías).
domingo, 16 de diciembre de 2018
jueves, 6 de diciembre de 2018
Chávez… 20 años después.
Esta es historia
real, como estos interminables 20 años, en donde todo ha pasado y no
ha pasado nada. El "chavismo"es
autoritarismo-populista-castrista, endógeno y criollo. Destructivo y
retro-grado,pero es real y obliga a"entenderlo"en clave
venezolana y en la geo-política global. La renta petrolera,desde
1914-1922, generó en nuestra sociedad cambios sociales y políticos
acelerados, propiciando una modernización desigual, inorgánica y
desinstitucionalizada. Un cambio de mentalidad, más de fachada y
vitrina que de fondo. En todo el siglo XX la reforma política se
ejecuta desde el Estado autocrático (1914/1935) y a partir de 1936
en un proceso de democratización progresiva, especialmente desde
1958. La democracia de partidos, terminó en un bi-partidismo
estéril, desgastado por la corrupción y la falta de reformas. La
respuesta suicida fue elegir al mesías del cuartel y tolerar un
progresivo proyecto autoritario-totalitario. Arruinado el país, por
la corrupción y el populismo, se sigue buscando una salida política
que tarda demasiado. La mayoría desea un cambio que la clase
política no termina de definir, pero el cambio es inevitable. El
peor pronóstico es consolidar un régimen a la cubana. Otra Cuba,es
posible pero poco probable, ningún modelo socio-politico se repite
de manera absoluta, tiempo y lugar son diferentes y Venezuela tiene
particularidades socio-culturales y geo-políticas que permiten ser
optimistas y evitar el "congelamiento" castro-comunista. En
el siglo XX en Venezuela se crearon unas importantes y numerosas
clases medias profesionales, vía renta petrolera y oleadas de
inmigrantes que crearon el país de acelerado urbanismo y mentalidad
moderna de cultura democrática, que han sido la verdadera
resistencia al régimen. El futuro llega si lo buscamos hacia
adelante, en el siglo XXI y en clave global. Estamos demasiado
abrumados por el pasado. Hay que honrar a Bolívar pero hay que
dejarlo descansar. Nuestro monarquismo de República es letal tanto
como el Estado como patrimonio del gobernante. País empobrecido,
maltratado y robado, hoy vive en el desaliento de la incertidumbre,
la huida de la emigración y la prevalencia del pícaro y del
delincuente, pero podemos cambiar y esa es la urgencia y la
prioridad.
jueves, 29 de noviembre de 2018
Sin propietarios no hay emprendedores ni ciudadanos
Ocupantes y no
propietarios, así fue en la Colonia y así ha sido en la República.
El rey otorgaba la tierra sin perder la propiedad y así lo ha hecho
el Estado Nacional. El rey, a través de Encomiendas, Repartimientos
y Misiones "asignaba" la tierra, no la propiedad y se
reservaba el sub-suelo. Todos eran "pisatarios" con
obligaciones y beneficios, ocupantes pero no propietarios (condición
que permitiría la individualización del ciudadano). La República
asume como titulo de propiedad las Cedulas Reales y agrega los
Haberes Militares (1819-1821) raiz y causa del latifundismo y en 1848
establece la Ley de Tierras Baldias. Sistema agrario de corte feudal
y al liberar al esclavo (1854) crea un campesinado sin tierras. Un
siglo después, en 1936, se promulga la Ley de Seguridad del
Ocupante, que consolida al Estado como el casi único propietario de
todo el suelo y subsuelo de la Nación, causa principal de nuestro
atraso societario, económico y político. Con la Independencia nos
declaramos libres y modernos, mientras remachábamos nuestro atraso y
anacronismo, manteniendo estructuras socio-económicas y mentalidad
pre-modernas o coloniales. En 1962 se promulgó la Ley de Reforma
Agraria, sin expropiar al Estado del monopolio del subsuelo y de la
mayoría de las tierras, en condición de ejidos y baldíos y en una
coyuntura,en donde la mayoría del campesinado venia migrando a las
ciudades. En la Constitución de 1961 se establece que los Ejidos le
pertenecen a los Estados pero los administra la Nación (poder
central) y en la Constitución de 1999 se invierte,son de la Nación
pero lo administran los Estados, aunque en la práctica nada ha
cambiado. En 2010 se promulga Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, lo
mismo, muchas buenas intenciones sin tocar el"meollo"del
asunto, sin tocar el tema estructural: expropiar al Estado del
monopolio del suelo y del subsuelo y empezar a desarrollar la
ciudadanía del propietario rural y urbano. Sin propietarios no hay
emprendedores ni ciudadanos. No hay hidalgos (hijos-de-algo) con el
corolario correspondiente de consciencia civil y ciudadana, de
libertad, responsabilidad y democracia. Cuando dejemos de ser
ocupantes dejaremos de ser colonizados y sub-desarrollados.
viernes, 26 de octubre de 2018
Donald J. Trump
Donald Trump (1946):
45 presidente norteamericano (1017-1920) el dirigente más poderoso
del mundo; preocupa y asusta, por sus antecedentes e historial. En
esta serie testimonial de Netflix es presentado como inescrupuloso y
sin consciencia. No distingue el bien y el mal y tiene una visión
darwinista de la vida, sostiene que en todo solo hay un perdedor y un
ganador y él se asume en el bando de los segundos. Sabe pelear y
sabe vencer. En esta serie es calificado como un estafador, sabe como
usar y abusar de los demás y lo más preocupante es considerado un
sociópata, no importa el mal o dolor que infrinja no se hace ni se
siente responsable. Venido de los negocios y el espectáculo, su
arrogancia, narcisismo y egolatría le hace identificar y ostentar
todos sus negocios y propiedades con su nombre. De la serie se
desprende que siempre quiso ser presidente en un país que ha
convertido en ciencia de "como se vende o se hace un
presidente". Tenía la ambición, tenía el dinero, tenía la
publicidad y la oportunidad se presenta, en un momento de
desprestigio de los liderazgos políticos tradicionales y temores e
incertidumbres económicas. Lo intentó y lo logró con su estilo
rudo y heterodoxo y la ambición y audacia correspondiente. Un
personaje pintoresco si no fuera por el cargo y el poder que tiene en
un país complejo y con muchos desafíos internos y externos. La
Republica-Imperial esta rodeada de tentaciones, la principal: la
arrogancia del poder mundial absoluto y ello no significa otra cosa
que la guerra, a escala nunca conocida.
miércoles, 24 de octubre de 2018
James Dean
Esta
película y este actor fueron iconos generacionales de los 60 del
siglo pasado. Apenas recuperados de las guerras (segunda guerra
mundial, Corea y preparándose la de Vietnam) la amenaza de una
guerra nuclear parecía real y el "fin del mundo" no era
una lejana abstracción, en este"clima"psicológico, la
juventud se asumía, solos y en rebeldía, frente a un mundo adulto
que no los"comprendía". La película asume el desafió de
ayudar a caracterizar a toda una generación, desde la vestimenta y
gestualidad (J.Dean y Marlon Brando fueron modeladores y arquetípicos
al respecto) así como la necesidad de una identidad propia para su
propio transito a la adultez. La película tuvo un enorme éxito de
taquilla y creo un genero juvenil y desenvuelto, no exento de drama
y tragedia. La muerte trágica y prematura de James Dean hizo el
resto para configurar una leyenda y una mitología de mass-media que
todavía hoy marca la memoria de esa generación.
jueves, 18 de octubre de 2018
Tres mujeres
La
literatura tempranamente creo 3 mujeres modernas arquetípicas:
MADAME BOVARY(1856) de Gustave Flaubert; ANA KARENINA(1877) de Leon
Tolstoy, y en 1928 EL AMANTE DE LADY CHATTERLAY de D.H.Lawrence.
De las
3 novelas existen versiones cinematográficas
y los 3 libros fueron motivo de escándalo
y prohibiciones en la época
de su publicación.
No
podía
ser de otra manera cuando el arte o las ideas se anticipan, todas las
sociedades son conservadoras. Las 3 mujeres son mujeres emancipadas y
de fuerte personalidad,que asumen un destino trágico
desde sus emociones e independencia,en sociedades machistas y
patriarcales esto era intolerable. Siendo personajes profundamente
femeninas,exaltadoras de su sexualidad,independencia y libertad, al
mismo tiempo imponen con su fuerte temperamento y personalidad
"viril",sus parejas y demás
personajes masculinos, en estas novelas tienden a ser irresolutos y
débiles
como en el imaginario colectivo de la época
se asumían
a las mujeres. Las 3 heroínas
anticipan a la mujer moderna de las sociedades urbanas evolucionadas
y quizás
ello explique su vigencia y millones de lectores. Otro aspecto
a resaltar en las 3 obras es la critica a sus respectivas sociedades:
la Francia de la aristocracia decadente y la burguesía
con su mediocridad mercantil y vidas adocenadas. Igualmente se
critica la sociedad rusa de los zares con su aristocracia
arrogante y parásita
y la Inglaterra victoriana,de moral puritana e hipócrita
e industrialismo voraz y destructor. Vale la pena leerlas, las 3
novelas son una provocación
o mejor una invitación
a superar nuestros pre-juicios, llenos de complejos,temores, miedos,
cobardías
y culpas y entender que la libertad es un desafió
existencial que nos permite crecer como humanos y en humanidad.
lunes, 15 de octubre de 2018
Murió la verdad
https://historia-arte.com/obras/la-persistencia-de-la-memoria |
Un
drama de graves e impredecibles consecuencias para la humanidad es la
relativización de la realidad, el hecho pasa a ser interpretado y se
absolutiza el "punto de vista". No solo el individuo piensa
que siempre tiene razón y que su opinión no necesita demostración
sino que ademas pretende imponerla al publicarla gracias a las nuevas
tecnologías, por ejemplo Twitter. Toda esta relativización se
potencia con la llamada post-modernidad en donde no es necesario
demostrar nada, sino solo creer. La post-verdad es la consecuencia
lógica, la credulidad de la propaganda o lo que piensa la mayoría.
El poder, usualmente una máscara y un teatro, el gobierno no
democrático y la política populista terminan sustituyendo la
realidad por una fantasía interesada y altamente manipuladora. El
lenguaje desaparece como vehículo de la verdad y es sustituido por
la palabra vacía y hueca. En todos los campos sucede lo mismo, todo
se convierte en una abstracción de libros de auto-ayuda. Pienso y
digo lo que me conviene y convenga, desaparece la responsabilidad
personal y por consiguiente la libertad que no es otra cosa que mis
obligaciones frente a los demás. Mi felicidad no puede significar la
infelicidad del otro. Utilitarismo y pragmatismo dominan, principios
y valores son sacrificados. Los hechos son los hechos y la verdad es
la verdad, no la que me conviene o deseo.
12 de Octubre
12
de Octubre, día de la raza, día de la hispanidad, día del
descubrimiento, día del encuentro, día de la resistencia indígena
y así se suceden las interpretaciones,respondiendo a los diferentes
enfoques historiográficos y a los intereses ideológicos y políticos
dominantes. La historia es siempre una interpretación desde un
presente, como afirmo Benedetto Croce "La Historia siempre es
Contemporánea". El historiador es el que ordena, define e
interpreta los hechos. En ese sentido la Historia es una disciplina
subjetiva ya que el pasado es irrecuperable mas allá del dato o del
hecho en sí mismo, todo lo demás es interpretacion. La Historia no
se repite pero el hombre siempre se repite a sí mismo, afirmaba
Tucídides y tenía razón. La novedad lo aporta la tecno-ciencia
pero el resto son las emociones: instintos, deseos y pasiones que se
repiten y multiplican en la historia humana: deseo y placer; temor y
miedo; ambición y codicia y la infinita ignorancia y el dominante
egoísmo. De esa arcilla estamos hechos los humanos, marcados por la
tierra pero sin perder la capacidad de mirar hacia arriba. La
Historia lo refleja en sentido individual y colectivo. A nivel
biográfico hay de todo: héroes, santos y villanos y a nivel
colectivo hay épocas, mejores y peores. La Historia es un fluir,
como la vida, con un fin incierto y proyectado de acuerdo a nuestras
creencias. El poeta lo expresó con aquello de “caminante no hay
camino se hace camino al andar..…" o en la definición
histórica de identidad como un “ir siendo" en una larga
tradición de lenguaje y cultura y de imaginación y razón. El
pasado lo interpretamos, el presente lo vivimos y el futuro como un
acto de fe y esperanza. El 12 de Octubre es un deslinde o hito entre
dos historias:la indígena y la europea y a partir de allí, con toda
la habitual violencia de la historia el fecundo mestizaje que define
la conquista y hominización de nuestro planeta Tierra, convertido
por la progresiva consciencia planetaria en Casa Común de todos los
humanos, mas allá de sus diferencias culturales y de sus intereses
económicos y políticos.
viernes, 14 de septiembre de 2018
Juan Liscano (1915-2001)
A mi nieto Miguel Ángel Lombardi Vaimberg
Este
intelectual venezolano desarrolló una acción cultural relevante y
fue poeta y escritor de relieve. Como ensayista se ubicó en la línea
del pesimismo histórico desde una perspectiva trágica y dramática
de lo humano. Compartió la tesis que el mundo no tiene remedio ni
final feliz, empezó la Tierra sin el hombre y terminará sin él,
como lo han expresado importantes científicos e intelectuales, pero
a pesar de ello, dice Liscano, no podemos evadirnos de la necesidad
de buscar un sentido espiritual a nuestra existencia para intentar
darle a nuestra vida un sentido trascendente.
Liscano
reflexionó sobre la historia y se horrorizó de la misma, como
expresión de la maldad y violencia humana.
Historia
cainitica, que en nuestra época se expresó en las trágicas
sociedades totalitarias nazi-fascista-comunista. Esta concepción
totalitaria del Estado y de la Sociedad desde una ideología
dominante o verdad única y con un soporte tecnológico avanzado,
termino siendo la distopía negadora de todas las utopías de la edad
moderna. Cuando la política y la economía; y la ciencia y la
tecnología pierden su sentido humano y se niegan a sí mismas.
Inhumanas o deshumanizadas nos conducen directamente al reino de la
injusticia y de la muerte, en un presentismo suicida de alienación
psicológica y cultural. El hombre moderno terminó solo, huérfano
de sí mismo y caníbal de la propia especie.
En
la tradición occidental: prometeica y fáustica se incurrió en un
“delirio yoico” cuya expresión filosófica fue la filosofía de
la muerte de Dios y la promesa de la razón tecno-científica de
sustituirlo y el propio hombre convertirse en otro dios. Dice
Liscano “No somos dueños de nada, ni de nuestro destino ni de
nuestra muerte. Estamos pasando y tan sólo gozamos del privilegio de
poder pensarnos y poder pensar un sueño confuso de divinidad si la
necesitamos… Ya no se trata de salvar al mundo, sino de
trascenderlo, de transfigurar su imagen, en el umbral donde la razón
insuficiente entrega sus armas especulativas y se emerge en el
infierno de la historia”.
Foro democrático
Si
es cierto que el régimen hace tiempo dejó de ser democrático y
asumió como proyecto la franquicia cubana, cualquier desenlace
político hacia una transición pasa por la coordinación efectiva de
tres factores concurrentes: factores internacionales de carácter
geopolítico, las fuerzas armadas, que en nuestros países ha
cumplido funciones de partido político y los sectores civiles y
partidistas que a nuestro juicio deberían ser los protagonistas de
este proceso. Para el análisis, el factor internacional y militar
son empíricamente difíciles de identificar ya que casi siempre
operan en un nivel de ocultamiento. Para efectos nuestros, solo es
posible destacar la necesidad y la importancia del factor civil y
partidista, en ese sentido la urgencia de crear un espacio político
de encuentro y unidad entre todos los sectores políticos y que
identificamos como un Foro Democrático, plural e inclusivo, no tanto
para discutir doctrinas y programas sino de manera práctica ayudar a
desarrollar iniciativas de participación y presencia política
nacional e internacional que permita viabilizar una salida
democrática a la profunda crisis nacional que nos atormenta y ya
dura demasiado.
Un
Foro Democrático que no inhibe la autonomía y la independencia de
cada partido y de cada organización o sector social, lo deseable
sería un gran esfuerzo de coordinación que permita limar asperezas,
desarmar las descalificaciones y coordinar acciones eficaces en todos
los espacios posibles. El Foro Democrático no tendría otro objetivo
que ayudar a construir escenarios de convivencia y participación,
mantener viva nuestra cultura y memoria democrática y permitir que
las diferencias de todos los sectores sean canalizadas a través de
procesos electorales y de diálogo sobre el principio de que la
Nación es una sola y el Estado debe estar al servicio de la misma
con todas sus instituciones y de manera particular sus fuerzas
armadas.
Sabemos
que el planteamiento luce como un buen deseo y etéreo, pero poco
eficaz. En la actual coyuntura en donde hay una inocultable crisis
partidista y ausencia de liderazgos representativos y de una
inevitable desmovilización y desesperanza, el aportar ideas que
pudieran ayudar a avivar la fibra democrática venezolana y cierto
optimismo realista, sobre las posibilidades del cambio ya justifica
la propuesta.
La "Situación" venezolana
Para
el historiador el tiempo más difícil a comprender es su propio
presente, carece de perspectiva y no se conoce el desenlace, lo
contrario cuando se estudia el pasado, conocemos el desenlace y a la
mano se tiene toda la información necesaria.
En
Venezuela desde al año 1992 se hace visible un proyecto emergente de
poder que fracasa por la vía del golpe de Estado, pero fue exitoso
por la vía electoral en 1998 con la elección de Hugo Chávez Frías.
El país venia, en las últimas dos décadas viviendo una crisis de
relativo estancamiento económico y de un sistema político
anquilosado, cada vez más desconectado de las necesidades de la
mayoría.
Chávez
un líder mesiánico y populista encarnaba de alguna manera las
expectativas de un liderazgo fuerte y unas reformas necesarias. Con
la crisis del 2002-2003: paro petrolero y golpe de estado fallido,
Chávez inicia de manera visible un acercamiento a la Cuba
castro-comunista, a pesar de su discurso ambiguo en lo ideológico se
notaba ya la tendencia autoritaria de un gobierno militar y con una
clara inclinación a un modelo político hegemónico. Chávez que
muere en el 2013, logro polarizar a la sociedad venezolana y exitoso
en desarrollar un liderazgo internacional, sustentado en los
abundantes recursos fiscales que le proporcionaba la renta petrolera.
En lo interno, populista y demagogo y en lo externo un tercermundista
con recursos. La etapa chavista del proceso resulta un tema polémico
y políticamente extemporáneo, dada la necesidad de concentrarnos en
los últimos cinco años, en donde Maduro y su gobierno no sólo
cumple el rol del heredero sino, además, por la dramática carencia
de recursos financieros y quizás por sus propias convicciones
acelera la entrega al castro-comunismo haciendo realidad lo que en la
época de Chávez apenas era un temor.
La
situación venezolana no puede ser comprendida a plenitud si no se
ubica en el contexto geopolítico global, no sólo por nuestros
recursos y posición estratégica sino por el alineamiento del
régimen venezolano con una serie de países hostiles o confrontados
con los Estados Unidos. China, Rusia, Irán, el fundamentalismo
islámico, el narcotráfico, el Foro de Sao Paulo y otros intereses y
factores anti-norteamericanos que han configurado un escenario
altamente complejo y de desenlace incierto.
Para
los venezolanos nuestro interés es terminar con esta agonía de
hambre, carencias, y destrucción. Recuperar un país normal, seguro,
próspero y con futuro, en libertad y democracia, más allá de los
intereses geopolíticos de las potencias nombradas y países
involucrados. Lamentablemente el régimen que de autoritario ya puede
ser calificado de proyecto totalitario: Cuba II, prácticamente ha
clausurado las vías electorales y democráticas y profundiza su
política represiva y de control social. Frente a estas
circunstancias, el factor internacional pasa a jugar un papel
importante, igual las fuerzas armadas, ahora nuestro deseo sería un
proceso que culmine en una transición democrática con el menor
costo posible en todo sentido.
Los
venezolanos merecemos vivir en democracia, libertad y progreso como
de alguna manera lo logramos en el siglo XX.
martes, 1 de mayo de 2018
Años Oscuros
AÑOS OSCUROS. Esta expresión es frecuente en la historiografía universal, tanto que a todo el periodo medieval, casi un milenio, se le calificó de años o tiempos oscuros. Suena exagerado y posiblemente exprese la opinión sesgada de intelectuales no-cristianos, anti-clericales y ateos. Igualmente se usa la expresión de AÑOS OSCUROS para referirse a tiempos de guerras y conflictos y de fuertes, severas y prolongadas crisis económicas y sociales con sus correspondientes inestabilidades políticas. Si la historia es cíclica,los AÑOS OSCUROS son recurrentes; cada país vive de manera particular los tiempos cíclicos de crisis que en el fondo tienden a ser tiempos de cambio. En el caso venezolano, sociedad que disfrutó casi un siglo de estabilidad política, prosperidad y progreso económico,se había olvidado el sentido trágico de la historia.
En nuestra memoria colectiva, existe a nivel inconsciente, en muchos, el rencor y el resentimiento de la esclavitud y la servidumbre de la marginalidad y de la opresión y ello ayuda a explicar la carga de violencia que todavía arrastramos cuando el conflicto social se exacerba. Injusticias y desigualdades económicas y sociales y sistemas políticos cerrados y autoritarios han sido principales características de los llamados períodos oscuros que paradójicamente, a veces, terminan en "auroras" de cambio y progreso, ej: la emancipación.
Efectivamente, la Independencia, como proceso político, tuvo un fuerte impacto negativo en nuestra economía y sociedad, tanto que Bolívar pudo decir que a cambio de la libertad perdimos todo lo demás, a la vista de una nación devastada y empobrecida, post Independencia.
Igualmente nuestro siglo, pródigo en destrucción y violencia, con una guerra civil y una permanente insurgencia política, que nos caracterizó como una sociedad feudalizada y atrasada. Muchos han tenido la tentación de calificar todo nuestro siglo XIX como AÑOS OSCUROS. Para el historiador Manuel Caballero, el gran logro histórico de nuestra sociedad en el siglo XX, fue la paz social y la convivencia política, a pesar de los periodos de dictadura. En 1903, con la derrota militar de los caudillos regionales, se impone la paz de hierro del vencedor. Para otros historiadores, AÑOS OSCUROS son los de la larga dictadura de J.V. Gómez, por la feroz represión y silencio al que fue sometido el país, pero otra vez la paradoja, fueron los años germinales de la Venezuela moderna,y que Caballero recoge en su libro "Gómez: El tirano liberal”.
AÑOS OSCUROS y épocas luminosas, terminan siendo interpretaciones a posteriori,y de acuerdo al punto de vista y opiniones del historiador, pero sin lugar a dudas, son AÑOS OSCUROS para quién los padece y más oscuros serán, mientras más se prolonguen y la destrucción sea mayor.
En Venezuela,hemos vivido una crisis en desarrollo, desde la década de los 80 del siglo pasado, que no termina y cuyo desenlace no se vislumbra. Son casi 40 años de inestabilidad e incertidumbres, mínimo 3 generaciones, de futuro crecientemente incierto. Muchos empobrecidos y emigrando. Si bien hablamos de una crisis de larga duración, que lleva 4 décadas, esta ha sido progresiva. Hay una crisis, cuya responsabilidad política corresponde a la dirigencia del bi-partidismo. Otra etapa, la representa el chavismo (1999-2013) y otra el madurismo (2014-2018).
En pleno desarrollo y padecimiento de la crisis, es poco prudente caracterizarla de manera definitiva y sin conocer el desenlace. Pero para el que la padece y pasa hambre, sufre violencia, tiene que migrar y para la mayoría con futuro incierto, son AÑOS OSCUROS.
"Firmes en el presente"
Prevalece la incertidumbre por la sencilla razón
que estamos en transición del sistema económico y político. En
1945,con un golpe de Estado, se inició el
populismo-estatista-electoral, en su primera fase. En 1958,con otro
golpe de Estado,se inicia la segunda fase (bipardismo). En
1998(fallado el golpe de Estado del 92) por vía electoral se inicia
la tercera fase,con el chavo-madurismo, con la liquidación de la
economía-política petrolera (populismo-estatista-clientelar)
exacerbando sus vicios y el agregado militarista-autoritario. La gran
interrogante es simple ¿tendremos como sociedad, la capacidad
política, para "negociar" una transición democrática por
la vía electoral o será necesario como en el pasado, un acto de
fuerza?.
Tradición
política nacional se inclina por el "acto de fuerza",mucho
más por la presencia totalitaria castro-comunista. El sentido común
y la evolución social de nuestra sociedad nos obligaría a buscar
"soluciones" políticas menos confrontaciónales y más
"dialogadas".El tiempo dirá. Lo cierto es que los
venezolanos, políticamente, tenemos que olvidarnos del siglo 20 y
del 19(sólo aprender de los errores cometidos) y re-inventarnos en
el siglo 21 (más allá de la economía política del petroleo) y
seguir avanzando como sociedad democrática: abierta, plural,
tolerante. La tarea del futuro, le corresponde al presente, el pasado
es válido como identidad pertenencia y tradición y eso forma parte
de la cultura y la historia de una sociedad, es una herencia
sacralizada, pero economía, política y destino personal siempre es
un presente,en"preñez"de futuro; vieja
discusión (en el fondo estéril y bizantina) ¿Para qué sirve la
historia? Cicerón, hace más de 2 mil años, la llamó "maestra
de la vida" desde un punto de vista,tenia razón. Hegel, hace 2
siglos pensó que la historia si algo enseña,es que no enseña nada
o casi nada. Cicerón tenia razón en su tiempo, un tiempo
histórico de un eterno-retorno (Tucídides pensaba que el hombre
siempre se repite a si mismo) Hegel también tenía razón en la
medida que en su época todo cambiaba aceleradamente (Revolución
Industrial) qué diremos hoy en pleno vértigo tecno-científico.
"Firmes
en el Presente" ese es nuestro único tiempo real en términos
existenciales y personales. El reaccionario pretende huir hacia el
pasado y el progresista se evade hacia el futuro, por ello es que
políticamente izquierda y derecha, entran en desuso y coinciden en
el "escapismo". Qué más anacrónico que Bolívar
"vuelve" y el reino de la felicidad "eso es
retórica,discurso para nostálgicos e incautos. Puede ser"
religión", política no es y por consiguiente no es real, no es
historia, en el mejor de los casos, literatura. Cuando Tomas Moro
escribe U-TOPIA (tierra de ninguna parte) lo hace como un humanista
cristiano-renascentista y esas "ideas" de un
"paraíso-perdido” y un “paraíso-recobrado" estaban en
boga por América, recién "descubierta o encontrada" y por
la gran influencia de San Agustín y Santo Tomás. Los europeos
tardaron un siglo en definir y entender,en términos objetivos,lo que
terminó llamándose arbitrariamente AMÉRICA. Pueblos que viven del
pasado,terminan subordinados y marginados (y explotados por élites
internas y por poderes internacionales) Atreverse a ser sociedad
moderna-en-progreso es decisión soberana nuestra, pero para lograrlo
tenemos que convertirnos en una"sociedad del conocimiento".
miércoles, 18 de abril de 2018
La revolución retrógrada: El cambio que no fue
En Venezuela se fue desarrollando desde 1992
(realmente desde la década de los 80´s) un moderado descontento
político frente al bipartidismo adeco-copeyano. Éste se había
exasperado y canalizado en función de los diversos gobiernos de la
época (Luis Herrera Campins, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez
II). La gente sabía que no importaba quién gobernara era más de lo
mismo. Un gobierno de AD era indistinguible de un gobierno de COPEI y
viceversa, la inercia se imponía y prevalecía el status quo, una
insatisfacción creciente y un deseo de cambio.
En la medida que la situación económica
empeoraba, crecía el descontento social, y muchos empezaron a
“mirar” más allá de AD y COPEI. Así surgió la candidatura
mediática de Renny Ottolina, un poco después la Alcaldesa de Chacao
Irene Sáez se convirtió en la estrella política en ascenso, y
hasta la candidatura de Salas Romer intentó crear un referente
político diferente de los Partidos dominantes, y en este contexto es
que se puede explicar la exitosa insurgencia electoral del golpista
fracasado del 4F del 92, y con él vuelven a cobrar forma toda la
retórica demagógica y populista recreando una vez más en nuestra
historia política la figura de Bolívar con el consiguiente culto
ideológico y con ello el recurrente vicio del caudillismo vengador y
mesiánico.
El MRB-200 y el MVR fraguan como proyectos
organizativos para canalizar el descontento acumulado en dos décadas
y asociados a la minoritaria pero activa izquierda histórica
permanentemente limitada y derrotada por el estamento político
dominante.
El descontento era generalizado desde los sectores
populares, disminuidos en sus expectativas y beneficios, como la
propia clase media en sus diversos estratos que habían conocido la
bonanza del primer boom petrolero (1973) y que los había mal
acostumbrado a-un-recibir-sin-responsabilidades.
Este proceso de descontento social creciente,
confusión y desconfianza política en ascenso, y en general de un
extravío generalizado, de una sociedad enferma aunque todavía sin
conciencia de ello, culmina en diciembre de 1998 con la elección de
HChF, con un apoyo electoral importante del 56% (3,6 millones de
votos), y Salas Romer con el 40% de los votos (2,6 millones de
votos), y una abstención cercana al 40%.
Casi es una Ley de la Política, observada por Max
Weber, que el Político casi siempre termina haciendo lo contrario de
lo que piensa y dice. Comenzando el nuevo mandado en 1999 muy pocos
identificaban la naturaleza ideológica y política del nuevo
Gobierno. En un primer momento, sobre un marcado populismo
nacionalista y un incipiente e indisimulable militarismo el nuevo
Presidente convoca a casi todos los sectores a definir las
orientaciones del nuevo gobierno y el mejor ejemplo fue la
integración de la llamada Comisión Presidencial Constituyente que
funcionó aproximadamente entre Enero y Marzo de ese año (de la cual
formé parte), en esa Comisión estaban representados los equipos
técnicos de la COPRE y diversos nombres que representaban
prácticamente todo el espectro político e ideológico del país.
Pero esto duró poco, una vez convocada e instalada la Constituyente
claramente empezó a perfilarse un proyecto hegemónico de Poder y
cuyo sesgo ideológico estaba marcado por el militarismo antes
mencionado y una influencia Castro-Comunista al principio poco
visible y bastante disimulado, pero que se fue haciendo
progresivamente dominante, especialmente después de los confusos
acontecimientos del 11, 12 y 13 de abril del 2002.
Casi 20 años después el resultado visible de un
proceso político que nació auspicioso y con importantes apoyos es
el caos y la destrucción producto de la incapacidad y la corrupción
de una gestión gubernamental que a pesar de haber contado con los
mayores ingresos fiscales de nuestra historia terminó en las
miserias actuales, y cuya ideología-programática dominante, ya de
manera visible e innegable, es el fracasado modelo cubano, pero muy
exitoso en cuanto a control social y control político.
Y aquí estamos, “en el centro del tiempo”,
una crisis de larga duración en cuanto a causas y efectos, pero con
un desenlace político permanentemente diferido por el fracaso, por
ahora, de la estrategias opositoras, tanto la llamada vía electoral
como la denominada “de calle”. Y es que el sistema al no ser
democrático cancela de hecho ambas vías, por represión y coacción,
frente a ello solo quedan tres factores de fuerza en pleno
desarrollo: el desastre económico, el descontento social, y la
presión geopolítica internacional. Sobre este trípode descansan
las posibles acciones internas de los sectores opositores para buscar
un cambio en el más amplio sentido de la palabra. En la Política no
existe el vacío, y aunque la solución o soluciones tarden en llegar
es inevitable que en algún momento el cambio de Gobierno y Política
se dé por la sencilla razón de que el futuro no puede ser cancelado
y ninguna sociedad apuesta al suicidio. Un gobierno sustentado en una
legalidad cuestionada y nula legitimidad, tiene vuelo corto.
La llamada Revolución está en suspenso tanto en
cuanto a su legalidad como a su legitimidad. Moralmente agotada ya no
forma parte de la esperanza de nadie, y ni siquiera de las ilusiones
de muchos. De acuerdo a la teoría y la experiencia histórica, como
dicen muchos: algo debería pasar. No sabemos que esperamos pero la
apuesta es a esperar con confianza, y es que ningún ser humano ni
ninguna sociedad puede darse el lujo del desaliento y el abandono.
Como dice Dickens en una de sus novelas: los peores tiempos son
susceptibles de convertirse siempre en los mejores tiempos.
martes, 10 de abril de 2018
Psico-patología del poder
La
Historia es compleja y multiforme y lo abarca todo,pero el sesgo
historiográfico más cultivado es la historia política y la
historia o biografía de los hombres de poder (que llevó a Emerson y
Carlyle a la torpeza de creer que la historia era la historia de los
grandes hombres). La llamada historia universal (Polibio fue el
primero en asumir esta perspectiva, en la medida que siendo de origen
griego se hizo ciudadano romano) lo que le permitió "visualizar"la
perspectiva universal del Imperio Romano y lo hizo en función del
poder y gobierno de este. Esta historia universal privilegió lo
político: La lucha por el poder/la conservación y legado del poder.
Conquistas y expansión del poder (Imperium) y la formación del
Estado y el Gobierno de los Hombres. En la política, se pretendía
expresarlo todo en cuanto proceso histórico. Esta hegemonía teórica
de la política se mantiene al seguir identificando los períodos
históricos con las dinastías y gobernantes de turno y no ha habido
esfuerzo histórico más importante que limitar las guerras y
controlar o domesticar el poder,no otra cosa ha sido la Democracia:
Controlar
el poder y limitarlo,es fundamental para el Estado Democrático,
fundamentado en el predominio absoluto de las Leyes, la
responsabilidad absoluta del funcionario (que incluye al presidente
que no es más que un funcionario temporal) y toda la burocracia. La
no re-elección Constitucional es fundamental en el desarrollo de la
República y el Estado Democrático, aunque cada país tiene su
tradición y especificidad, la recomendación general es que ninguna
persona permanezca en el poder más de una década. En la mitología
griega, a usurpadores y asaltantes tiránicos del poder, se les
condenaba al Hades (infierno) a un trono en llamas, rodeado de
serpientes, para toda la eternidad. Confieso que he imaginado a
algunos poderosos en particular, castigados de esta manera y no me ha
desagradado.
sábado, 3 de marzo de 2018
El Zulia: Una sociedad entre el anacronismo y la posmodernidad
El
Zulia es una región particularizada por la geografía y la historia,
con su insularidad lacustre y que se proyecta en una tradición
cultural raigalmente provinciana y localista. Su sociedad multiétnica
y producto de un fértil mestizaje se manifiesta en un fuerte
anacronismo lingüístico que la particulariza, así como en sus
múltiples tradiciones religiosas y culturales que la identifican.
Paradójicamente, en su devenir histórico, desde la segunda mitad
del siglo XIX en la época de la llamada economía cafetalera hasta
el siglo XX definido por la explotación petrolera, la región se
convirtió en la más progresista y moderna del país, en competencia
con la región central y Caracas. Tanto con su élite de origen
extranjero como la criolla, la sociedad marabina fue pionera en
incorporar muy tempranamente todos los avances de la época:
electricidad, teléfono, banca, cine, etc. Producto de esta
contradicción, Maracaibo y el Zulia se configura como una sociedad
abierta a las innovaciones y novedades que venían del mundo exterior
y al mismo tiempo fuertemente aferrada a sus tradiciones.
Igualmente
otro fenómeno social que marca la región, motivado por la
explotación petrolera es la importante presencia de venezolanos de
todo el país: falconianos, trujillanos, margariteños y de otras
regiones; que afluían a nuestra tierras atraídos por el dorado
petrolero y a ellos se le unieron importantes núcleos de antillanos
provenientes de las islas angloparlantes y después de la segunda
guerra mundial, al igual que en el resto del país, la llegada de
miles de emigrantes, también en busca de su dorado particular en
donde destacan italianos, españoles, portugueses, árabes, chinos y
de otras latitudes, particularmente Colombia y Latinoamerica. En este
mosaico demográfico y social se potencia ese “Mezclaje” que el
escritor César Chirinos también identifica en hábitos, costumbres
y lenguajes, y que dió como resultado este Zulia bifronte: por un
lado profundamente tradicionalista, orgulloso de sus tradiciones y
cultor de las mismas, y al mismo tiempo ese zuliano abierto a todas
las influencias y experiencias y que en las últimas décadas se
agrega la fuerte influencia norteamericana, despectivamente
identificada como “mayamerismo”. Esta apertura a la modernidad,
que a veces se confunde con novelería y superficialidad ha ido
creando esa idea de una posmodernidad propia caracterizada por ese
sentido particularista del clan y la tribu que nos define en
cualquier contexto fuera de nuestras fronteras regionales.
El
zuliano ama lo que es y lo ostenta en el habla y en el volumen de su
voz. Siendo raigalmente venezolano nos gusta particularizarnos. Muy
lejos de la “zulianidad” como sentimentalismo barato y
chabaquenería, altamente manipulado por la política y la publicidad
y muy lejos del irreal y artificial “irredentismo independentista”,
separados de la patria venezolana. Venancio Pulgar es un nombre que
le es ajeno a la mayoría. Mucho más cercano, además de sus
símbolos regionales siente al pelotero o gaitero preferido o al
personaje local reconocido.
En
el Zulia: crisol y mezclaje en términos culturales trascienden la
modernidad de la democracia de clase media y el formulismo electoral
y se convierte ya en un plano posmoderno en un factor de
unidimensionalidad en función de un sincretismo que convierte a la
identidad en un factor no sólo de identificación sino de
crecimiento y evolución. Lo que vamos siendo es en definitiva lo que
nos define y la filosofía dominante del colectivo es una comunidad
que se piensa (aunque en la práctica no lo logre) en un proceso de
modernidad permanente.
En
Maracaibo y en el Zulia se funciona por estructuras familiares,
clánicas y tribales, todos nos conocemos, todos estamos relacionados
y todo se resuelve por la vía personal, típico de sociedades
anacrónicas pero al mismo tiempo nuestras élites profesionales se
vanaglorian de su cosmopolitismo y experiencias internacionales.
Nuestra Universidad del Zulia (LUZ) ha sido un Ateneo permanente de
progreso científico y profesional. Alma Mater de todo el sector
universitario de la región y que en algún momento, inclusive, nos
permitió declararnos capital científica de Venezuela.
El
Zuliano se pretende siempre moderno y a la vanguardia aunque se
siente orgulloso de su tradicionalismo. Esta dicotomía o
contradicción nos identifica y desafía en la construcción de una
posmodernidad y que se define en términos generales como “el
resurgimiento de valores arcaicos: particularismo locales,
religiosidad, sincretismo, culto del cuerpo, etnicidad, narcisismo de
grupo… con una saturación de lo político o más exactamente, su
transfiguración.” (La transfiguración de lo Político – Michael
Maffesoli).
El
Zulia, región fundamental del país, no abandona su vocación de
progreso, pero como aldea-global vive permanentemente en tensión y
contradicción consigo mismo entre mentalidades arcaicas y
premodernas y mentalidades modernas y posmodernas.
domingo, 21 de enero de 2018
23 de enero de 1958
Para
mi generación, Pérez Jiménez era el “último dictador” en una
historia nacional de tres siglos de monarquía absoluta y 200 años
de una República gobernada autoritariamente, siempre y en dictaduras
sucesivas que se hacían eternas y que cubrían décadas de oprobio y
violencia. La única excepción fue el trienio 1945-48 y la
democracia de 1958-1998. Dos siglos en donde el poder fue
monopolizado por el “partido militar”.
La
Democracia no fue conocida por nuestra sociedad en el siglo XIX (por
lo menos en los términos de su desarrollo en la Europa Occidental) y
en el siglo XX fue un proyecto político en desarrollo desde los años
30 en adelante, cuando producto del impacto petrolero, la sociedad
empieza a cambiar aceleradamente, de rural a urbana y una incipiente
industrialización y la respectivas clases medias, lo que posibilitó
la aparición de los llamados partidos de masas desde la misma década
de los 40, y se consolida, este proceso democrático, en 1947, cuando
en el proceso constituyente, y la nueva Constitución, se estableció
el voto universal y secreto.
Pero
en nuestro país una cosa es la Constitución formal (Constituciones
de papel, fueron llamadas por algunos intelectuales) y otra cosa la
Constitución real y leyes que en la práctica tendían a hacer
prevalecer la tradición arbitraria y abuso sistemático del
ordenamiento jurídico. El estado de derecho en Venezuela siempre ha
sido más un marco jurídico-político ideal que una realidad asumida
y practicada, producto no solo del atraso de nuestra sociedad y la
precariedad de nuestra ciudadanía y civilidad, sino la
preponderancia de hecho en el poder de la ideología militarista y la
casta militar.
Pérez
Jiménez lamentablemente no terminó siendo como creíamos, el
“último dictador”. En 1998, nuestro atraso y regresionismo
histórico nos hizo elegir a un militar, cuyo primer intento de
llegar al poder fue por un golpe de estado fallido y una vez accedido
a él por la vía electoral nunca ocultó su estilo y mentalidad
autoritaria, que seguiría acentuando con el paso de los años hasta
llegar a ejercer una hegemonía casi total, sustentada una vez más
en la renta petrolera y en el estamento militar.
La
crisis venezolana es estructural y de larga duración. A partir de
1983 (viernes negro) empezó a visibilizarse una crisis económica
desde una economía estancada y no diversificada. Un estamento
político bipartidista, esclerotizado y una sociedad atrapada en sus
privilegios y con muy pocas responsabilidades. En el frente político
sobrevivía una izquierda, arrinconada por el sistema a quien nunca
se le permitió tener ninguna posibilidad electoral y por
consiguiente una parte de ella encontró su posibilidad de acceder al
gobierno y al poder a través del nuevo caudillo militar, cuyo
proceso conspirativo había acompañado desde los orígenes: MRB-200.
Lo demás es historia reciente, una profunda y progresiva crisis
nacional de estructuras políticas, sociales y económicas, en
cuestionamiento casi absoluto y que ponen en entre dicho todo el
sistema jurídico-político-institucional y todo el tejido social:
empobrecimiento colectivo y emigración masiva incluida, proceso
agravado en los últimos 4 años por la abrupta caída de los precios
del petróleo y la comprobada incapacidad y corrupción
gubernamental. Este 23 de enero de 2018 no solo debe ser la memoria
de la penúltima dictadura sino oportunidad para reflexionar sobre
nuestros errores como sociedad, nuestras distorsiones como economía
y nuestras muchas carencias que permitieron que llegáramos a donde
hemos llegado. Pero que esa reflexión no sea de autoflagelación
nacional sino oportunidad para que en términos políticos, concretos
e inmediatos nos permita aupar un gran movimiento nacional de
recuperación democrática y que permita, igualmente, viabilizar la
recuperación del país en términos de una sociedad moderna y en
donde la democracia termine consolidada sin riesgo de volver a
perderse, cada vez que nuestra sociedad se extravía y nuestros
gobernantes fallan.
Ángel
Lombardi
www.angellombardi.com
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