Todo acto humano forma parte de la historia, pero solo los actos individuales y/ o colectivos que generan consecuencias de mediano y largo plazo en una sociedad determinada o a nivel internacional, son merecedores de la atención del historiador y analistas serios en general. "Causa y efecto" es la ley general de la dinámica histórica, contextualizada y cronológicamente delimitada. Algunos ejemplos cercanos. En 1992, hubo dos intentos de golpe de estado fallidos en nuestro país y en 1998 fue electo presidente HCHF, ambos acontecimientos estaban íntimamente relacionados y de esos acontecimientos, directa o indirectamente, se desarrollan todo o casi lo que ha ocurrido en los últimos 25 años en nuestro país y en nuestras vidas personales. La única excepción es quizás la pandemia del Covid-19, causa externa y ajena. Otro ejemplo es el conflicto en Gaza, empezó en octubre del 2023 como una incursión terrorista menor y terminó en una escalada bélica que ha permitido a Israel, con apoyo norteamericano, consolidar su posición hegemónica en el Cercano Oriente, caída de la tirana de los Assad incluida, que llevaba 54 años en el poder. Otro ejemplo es la invasión rusa a Ucrania, tres años largos y Rusia, la super-potencia, no logra rendir a los ucranianos con apoyo occidental y la OTAN que Putin no quería en su frontera Ucraniana, se posicionó en Suecia y Finlandia, está última con una larga frontera con Rusia y la guerra sigue. Con los tres ejemplos anteriores he querido significar, cómo acontecimientos, inicialmente coyunturales, terminaron desarrollándose de manera estructural, es decir históricos.
La Historia es pasado, pero no solo, su proyección y
consecuencias sobre el presente y el futuro es inevitable como la vida misma
que es una dinámica que fluye siempre. De allí que todo horizonte vital e
histórico está rodeado más de incertidumbre que de certezas. Por esta razón me
gusta mucho la frase "quieres ver sonreír a Dios, cuéntale tus planes".
Que el 2025 nos sea propicio a todos en lo personal y en
democracia y prosperidad como país.
Ángel Lombardi