domingo, 1 de agosto de 2010

Democracia aparente

A riesgo de repetirnos es importante insistir en Venezuela y en la opinión pública internacional sobre las tendencias y riesgos de la democracia venezolana; una democracia más aparente que real y así lo observa con mucha lucidez el periodista paraguayo Adrián Cattivelli (El Nuevo País, 17-06-2010). Dice el periodista “en la Venezuela de Hugo Chávez rige una democracia aparente. De manera relativamente periódica se realizan elecciones. El origen de su poder es legítimo pero de ninguna manera se puede asegurar que hoy exista una plena vigencia de las instituciones democráticas. El personalismo del controvertido caudillo caribeño ha desdibujado completamente el proceso político y, por lo tanto, este se ha deslegitimado por el ejercicio abusivo de sus funciones”. La separación no existe en Venezuela. “Como sucede en todo régimen despótico, la ley es la palabra del autócrata y la justicia, el cumplimiento de sus arbitrarios deseos”.
Otra confusión entre muchos de nuestros compatriotas, es con respecto al proyecto ideológico del régimen, enmarcado en la palabra socialismo pero que en el fondo es una mimetización de un proyecto totalitario castro-comunista nada oculto y que un 80% de nuestra población rechaza abiertamente. Proyecto inviable y fracasado pero que lamentablemente muchos compatriotas no terminan de asumir como un proyecto simplemente comunista. La estatización ha sido progresiva y permanente y la reducción del sector privado no ha cesado en ningún momento. La Estadofagia ha engullido petróleo, siderurgia, hierro, bauxita, aluminio, electricidad, cemento, telecomunicaciones, importación y distribución de alimentos (Pudreval). El 20% de la fuerza laboral está al servicio del sector público. Los poderes secuestrados, una propaganda bestial y todo opositor o disidente amenazado de una u otra manera, además de la amenaza generalizada de la delincuencia. La destrucción de la economía es una estrategia perversa no solo producto de la incapacidad y la corrupción sino del cálculo cierto que solo la miseria y la carestía puede posibilitar un gobierno despótico y un régimen totalitario.


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