domingo, 8 de septiembre de 2019

Maracaibo



MARACAIBO (la ciudad que nos"toca"como destino) es color (iba a decir calor como lugar-común) y luz.Aquí no hay sombras ni penumbras. Desde que amanece el sol manda. Se vive en un permanente y abrasador mediodía. Ciudad sin memoria, casi 500 años de fundada y sus tradiciones e historias se agotan en no más de 2 siglos.
Urbanísticamente y arquitectónicamente, a duras penas supera la condición de aldea-lacustre,de costumbres locales arraigadas, vive en el eterno-retorno de las liturgias del año. Hay una "idea" de la ciudad, mas que una identidad, fundamentalmente literaria, que reafirma lo particular del maracaibero, en el habla, en la gestualidad y en la ruidosa extroversión. En la mitología local, el progresismo es tradición, una ciudad moderna y vanguardista, tengo mis dudas, al percibirla como sociedad muy marcada por el conservadurismo. Maracaibo es una ciudad de "memoria-a-recuperar", hay "historias" interesantes que sólo afloran en conversaciones informales de la tradición oral. Está por escribirse la historia espiritual de la ciudad, que permita trascender la memoria-plana y acceder a una-memoria-en profundidad. El Lago "marca" en todo sentido, es el linaje ancestral y el paisaje permanente de la ciudad. Es limite y horizonte.
Una ciudad es una identidad-haciéndose, por ello cada generación privilegia su tiempo, pero ella está constituida por todos los tiempos, incluido el futuro.

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