domingo, 21 de febrero de 2021

REALIDAD Y POLÍTICA

 

Como praxis, la política, exige una alta dosis de eficacia y éxito. Es muy difícil mantener una propuesta política en el tiempo, de fracaso en fracaso o de menguado y modesto éxito. A mi juicio esta ha sido la "tragedia" opositora" en Venezuela. En 2002, "cuaja" una fuerte resistencia al autoritarismo de Hugo Chavez y el vislumbre de una alianza con el castrismo, en el "golpe de abril o vacío de poder" por la renuncia obligada del presidente solicitado por el alto mando lo sucedido es conocido, apenas tres días después, una facción militar, restituye a Chavez en la presidencia. Se inicia la etapa de la Coordinadora Democrática y la mediación OEA-Fundación Carter; proceso de negociaciones, con varios eventos electorales y radicalización del gobierno. Fenece la C.D. sin resultados significativos, al contrario, el régimen sale fortalecido. Muere Chavez y hereda Maduro, en un proceso electoral de discutibles resultados. La oposición se reconstituye en una línea más radical, identificada como la "Salida y la Calle" que nos condujo a los eventos del 2014 y 2017, ferozmente reprimidos. Eran los tiempos de la nueva unidad, identificada como MUD y una nueva expectativa de cambio. El régimen de autoritario pasa a dictatorial, abiertamente, bajo el tutelaje castrista y en ese contexto, en el 2015 se constituye la alianza parlamentaria cuyo eje era AD/UNT/PJ/VP(G4) con el clamoroso triunfo en la A.N. que despertó grandes expectativas de cambio. Y en este contexto surge la "etapa-Guaidó" que retroalimenta las expectativas positivas. En paralelo, el país se hundía en una gran tragedia colectiva, de empobrecimiento general y emigración masiva. Esta etapa para efectos opositores, tuvo un importante apoyo internacional de las democracias del mundo, en particular, Estados Unidos, la OEA y la Comunidad Europea. Las expectativas se van diluyendo, los objetivos de cambio no se logran y el régimen continua en su proyecto hegemónico y en unas elecciones fraudulentas, en las que no participó la mayoría opositora, retoma el control de la Asamblea Nacional y otra vez todos los poderes públicos son controlados igual que las diversas instituciones. El apoyo de la cúpula militar aparentemente luce firme y con apoyos internacionales importantes: Rusia/China/Irán/Cuba. El régimen ha sido hábil en maniobrar para su conveniencia sin abandonar la represión y sigue allí. En este contexto llegamos al 2021 y su escenario electoral; el régimen continua con su estrategia de "zanahoria y/o garrote", vuelve al poco creíble "dialógo" tantas veces burlado y en algunos sectores se abre camino la tesis de "negociación", particularmente sectores económicos y tímidamente algunos sectores políticos. Como es lógico, todo esto vuelve a potenciar las diferencias opositoras y en estos sectores, surge adicionalmente el tema de participar o no en las elecciones regionales y locales. En este horizonte, lleno de oscuridades e incertidumbres, los desafíos se multiplican y la situación general empeora; tengo la impresión que la etapa "Guaidó" está agotada. El apoyo internacional se agrieta y de alguna manera se debilita, en cada país van surgiendo condiciones políticas diversas. En este momento, sin perder el derecho a cambiar de opinión, creo que hay que participar en las elecciones regionales y municipales, con la mayor unidad opositora posible, insistir en las condiciones electorales y no negar la posibilidad de una negociación seria, en la linea que lo vienen planteando la comunidad internacional. Estados Unidos parece ya haber fijado su posición, elecciones libres y pudiera levantar sanciones. Europa y la OEA, igual, elecciones libres y negociación. Toda esta realidad compleja tiene que ser asumida por la oposición en base al inevitable realismo político, dentro del mayor consenso posible. Deseos y emociones forman parte de la política, pero en permanente conflicto con la praxis política, lo ideal es que se acompañen y complementen, teoría y praxis, pero la cruda y dura realidad nos dice que todavía la humanidad está muy lejos del rey-filosofo de Platón y a veces me asalta la duda sobre su posibilidad real, pero ya ésta es otra discusión.

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