En esta proyección cartográfica las Américas tienen un lugar privilegiado como potenciales articuladores del Mundo. Tenemos una fachada Atlántica y una del Pacífico y el continente se extiende de Polo a Polo. Estados Unidos lo sabe y lo utiliza a su favor, como debe ser, en todas las dimensiones geo-políticas. El drama del resto del Continente es que somos países "insulares" aislados entre nosotros mismos y en "pleitos" de fronteras seculares. Además de economías precarias y oscilantes y sistemas políticos atrapados en el pasado.
Sé que esta
perspectiva general tiene excepciones y diferencias pero creo que
sigue siendo o expresando las dinámicas generales del sub-continente
al sur de los Estados Unidos.
Si observamos el mapa de la
Ámerica central, somos un continente bifronte, con potencialidades
de contacto e intercambio con el resto del mundo.
Pero todavía
no tenemos el poder económico para asumir estas ventajas
geo-políticas, pero lo más grave es que ni nuestros gobiernos y
elites ni la mayoría de la gente tiene una visión y una consciencia
global en la perspectiva del siglo 21.
Seguimos
anclado en el eurocentrismo de los últimos siglos. Somos una especie
de sombra de Europa sin necesidad de negar su importancia e
influencia cultural formadora en nuestras sociedades.
Pero igual
somos sombra de los Estados Unidos, con el cual tenemos una relación
problemática de amor-odio. Para unos es el paraíso y para otros es
el infierno. Ni lo uno ni lo otro, sino una realidad a tener en
cuenta como país importante y que no podemos ignorar ni dejar de
relacionarnos.
África está "enfrente" y no lo hemos
visto, Brasil si lo ha hecho y tiene relaciones diplomáticas y
económicas todavía modestas, pero con perspectivas de futuro. La
idea es abrirse al mundo sin exclusiones y sin falsos alineamientos
ideológicos, propios del siglo 20 y la guerra fría.
La
integración territorial y económica de nuestro sub-continente es
vital para el futuro igual que la estabilidad política, la
democracia y la vigencia real de los Derechos Humanos.
Creo que ya es
hora de ir dejando atrás el pasado con "sus héroes y tumbas"
y nuestros pleitos de aldea.
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