En estos últimos días, previos al 28 de Julio, más que nunca "calma y cordura", centrarse en lo fundamental. En todos los centros de votación testigos entrenados y confiables, que hagan respetar las normas electorales y no caer en provocaciones. Garantizar en cada centro tener las actas correspondientes. Incentivar y movilizar para votar. Mientras más participen mayor la diferencia de votos a favor de Edmundo González Urrutia, evitar sectarismos innecesarios, si el adversario es el mismo, la unidad operativa, organizativa y política es fundamental. Todos somos protagonistas en este proceso histórico para recuperar libertad, democracia, prosperidad. Entender que después del triunfo el 28 de Julio es cuando comienza la tarea más compleja y difícil, como lo es convertirse en gobierno Constitucional y garantizar la gobernabilidad futura, sobre los acuerdos necesarios y un gobierno de unidad nacional. Al adversario derrotado no negarle su espacio político, siempre y cuánto acepten y se atengan al orden Constitucional y democrático. A las Fuerzas Armadas el debido respeto institucional y el apego a sus funciones profesionales y constitucionales. El Cambio entenderlo como una progresividad de respuestas eficientes a toda nuestra compleja situación económica, social, cultural, etc. Confiar en la sensatez, equilibrio y sentido político de la dirigencia que está liderizando este proceso de Cambio y abrirle la puerta al relevo generacional necesario. En estos días hemos oído declaraciones, de voces importantes internacionales y nacionales sobre la conveniencia de entregar el poder, si así lo decide el pueblo en una votación transparente. Respetar la voluntad popular es el principio-base de toda democracia. Se pudieran agregar otras muchas consideraciones, pero con lo dicho, creo que es suficiente. Evitemos todo extremismo y que nuestra conducta cívica y ciudadana, avale el hecho que estamos preparados para rescatar y continuar el proyecto democrático que tanto significó en el desarrollo del país en el siglo 20.
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Querido Ángel,
ResponderEliminarFue un placer conocerte. Ojalá todas las charlas que tengo llenaran el tiempo de la forma jovial, sincera y gratificante que tú lo hiciste.
Aunque soy paralela en años, como te confesé, soy adolescente en las letras. Sin embargo, quiero decirte que estoy amando cada día más plasmar mis ideas, como cualquier escritor o escritora, ya sea conocida o novel que, encuentra en sus inspiraciones y catarsis, el gozo de comunicarse con la esperanza de ser apreciada por los lectores que hacen el honor de leernos.
Acabo de ver tu última columna y no puedo evitar ponerme de tu lado en todas tus apreciaciones. Aunque vivimos un momento hasta cierto punto incierto, tengo mi fe, mayor a un grano de mostaza, esperando un milagro más de los ya conseguidos por esta maravillosa mujer, María Corina, quien sin duda es la ungida del Señor para sacarnos de esta enorme desgracia que ha signado nuestro país por tantos años. Y a quien, sin duda, tendremos que otorgarle el título de Libertadora, pese a quien le pese.
Espero, Ángel, confiando en la divina Providencia, que pronto los caminos de la patria se marquen en libertad. Y, en esos rumbos de amplitud y progreso, espero encontrarte con la alegría que da, el haber conseguido nuestro tan anhelado propósito.
Dios mediante.
M.G. Hernández