lunes, 28 de mayo de 2007

La banalización de la información

Uno de los mayores dramas de la cultura de nuestro tiempo es la cantidad de información que recibimos y no procesamos adecuadamente; por desinterés o por falta de formación y también por ciertos escritores y periodistas irresponsables que opinan sin saber o respondiendo a intereses personales, subalternos e interesados. Todo lo anterior viene al caso por los últimos acontecimientos políticos electorales en América Latina y su apresurada interpretación, veamos algunos ejemplos.
Chávez, el enemigo de Bush, y del imperio, mantiene sus negocios con los E.U. y los incrementa como nunca antes y además con los bonos argentinos, que compra como un bobo, ayuda a que este país siga siendo un fiel pagador del imperio. El eje: Cuba- Bolivia- Nicaragua- Ecuador- Venezuela, sólo existe en la afiebrada cabeza tropical del “líder”.
Tratemos de verlo de otra manera: Cuba, gobernada por un fantasma, a su régimen le queda poco tiempo, antes de desmoronarse, o pragmáticamente negociar su sobrevivencia, con el “imperio” y los “gusanos” de Miami.
En Nicaragua va a pasar otro tanto, Ortega, como Betancourt en su 2do gobierno, dejará atrás su “radicalismo” y negociará el gobierno y sus políticas; de hecho su principal aliado electoral y que le garantizó el triunfo, fue el expresidente Alemán, acusado de corrupción.
En Bolivia, Evo Morales, le seguirá sacando “ayudas” de todo tipo al despilfarrador venezolano; negociará con el Mercosur y E.U. y seguirá trabajando por el Pacto Andino. El resto de su tiempo, talento y energía lo dedicará a la sobrevivencia de su gobierno (los últimos 3 presidentes no lograron culminar su mandato).
En Ecuador y con Correa, no hay que equivocarse, tiene todo el Congreso en contra y su primera prioridad es sobrevivir políticamente; en lo demás tratará de cumplir con sus promesas electorales, y ello lo obliga a la prudencia y al pragmatismo, de no hacerlo, no va a durar en la Presidencia.
Correa, quien estudió con los salesianos y se formó a nivel de postgrado en Universidades Católicas de E.U. y Bélgica, basa su prédica en la Doctrina Social de la Iglesia y de hecho se le puede ubicar, simplísticamente, como un católico comprometido o un cristiano de izquierda. Por todo lo anterior es una incógnita y hay que esperar a los hechos y medir realmente el “influjo” de Chávez y el alineamiento con sus políticas improvisadas y superficiales. Su reingreso a la OPEP y su anuncio de no renovar en el 2009 el permiso a la base militar norteamericana, en manta, más que actos revolucionarios, hay que entenderlos como el ejercicio de un sano y lógico nacionalismo.
En conclusión, creo que Chávez está absolutamente solo, “el llanero solitario”, cuando se dé cuenta, no lo va a creer, pero será demasiado tarde para él; lamentablemente en el camino habremos sacrificado demasiados intereses nacionales en aras de esta fantasiosa revolución.

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