lunes, 13 de noviembre de 2006

La locura que nos gobierna


Este artículo se iba a titular "Crónica electoral", después pensé en llamarlo "Crónicas Marcianas", hasta que me decidí por "La locura que nos gobierna"; y es que lo que está pasando en Venezuela sobrepasa toda racionalidad y toda lógica.
Un candidato se proclama "único, absoluto y eterno". Después de ocho años de gobierno pide más tiempo, como si en los sistemas políticos modernos y democráticos períodos de 4 ó 5 años con reelección inmediata no fueran más que suficientes. Después de ocho años de odio, confrontación y violencia se declara el candidato del amor; como si el que fuera pintor o pelotero tuviera alguna importancia para los venezolanos (de paso creo que ni es pintor ni es pelotero); y como militar, dicen que ni pasó el curso de estado mayor y traicionó su juramento de oficial. Como gobernante tiene que rendir cuentas de los 300 mil millones de dólares que le tocaba administrar y aparentemente no está dispuesto a hacerlo.
Sus contrincantes son "frijolitos" y "currutacos" y no merecen que él baje de su olimpo mesiánico para debatir sobre el país, el presente y el futuro del mismo. Un debate no lo acepta porque su autosuficiencia narcisística se lo impide.
Su problema es el mundo, Venezuela le queda pequeña, aunque de aquí saca los dólares para su diplomacia irresponsable y aislacionista. El enemigo es el imperio, con el cual comercia como nunca antes se había hecho; le mandamos petróleo e importamos casi todo. Se ha aislado de América Latina y sufre una paliza diplomática en la ONU y lo proclama como victoria. No tengo duda: la locura nos gobierna, y si la sociedad lo permite, es que estamos peor de lo que pensamos. No es la primera vez que esto ocurre en la historia y seguramente no será la última, pero los venezolanos merecemos mejor suerte.

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