El lenguaje electoral era simple y convincente: refundar la República ; perfeccionar la democracia (eran tiempos de constituyente) y volverse a ocupar de los problemas de la gente desde el gobierno con eficiencia castrense y honestidad militar. El triunfo fue fácil y cómodo; frente a un bipartidismo cansado y desmoralizado que había naufragado en la corrupción y se había especializado en promover a viejos cansados y mediocres en los cargos de mayor responsabilidad; tanto a nivel gubernamental como partidista; y así vemos como un CAP II y un Caldera II gobiernan a Venezuela mientras ésta hibernaba en el “statu quo”.
El teniente coronel nunca escondió sus intenciones de una “nomenclatura” militar al poder (MBR-200); era el único sector que conocía y en el cual confiaba, porque por conocerlo podía manipular y mediatizar y un proyecto institucional inicialmente pluralista; en cuanto al plan de gobierno era secundario; lo de él era el poder y el control permanente del poder, y el juego geo-político internacional por el cual siente una atracción creciente.
La democracia participativa y la revolución y las misiones fueron surgiendo en el camino a medida que la vieja izquierda se inserta al gobierno (son los excluidos del 58’ ) y ayudan a definir un Proyecto Revolucionario y el líder se nutre de un cóctel ideológico, en donde todos los contrarios se encuentran (Nasser, Perón, Velazco, Mao, Lenín, Fidel).
A la altura del 2006 (año electoral) con la sombra de un fraude encima la revolución luce ubicada y alineada, con Fidel y Cuba y contra los Estados Unidos.
El futuro dirá, aunque en lo personal creo que este proceso es insostenible en el tiempo y que el teniente –coronel se equivocó con la apuesta. A nivel interno no ha resuelto el problema social ni económico del país; al contrario la pobreza ha aumentado y la corrupción y la ineficiencia es galopante; y a nivel internacional, no se trata de simpatizar o antipatizar a los Estados Unidos y menos el impopular gobierno de Bush; sino que los grandes intereses internacionales marchan en la dirección contraria a la geo-política del teniente-coronel. Intuimos que la agonía física y política de Fidel pudiera convertirse también en la agonía política del comandante local.
El proceso avanza por fases y en el camino quedan los aliados circunstanciales y los “tontos útiles”.
En la revista SIC del Centro Gumilla que dirigen los Jesuitas de Venezuela; en su editorial de noviembre del 2006 (Nº 689) se identifica el proceso en tres fases: I) Encuentro con el pueblo y convocación a participar, II) Proclamación del socialismo S. XXI. Y III) Fase que recién comienza, después de la victoria electoral (?): Como Cuba; Chávez el nuevo Fidel y muera Bush.
La historia se mueve y a veces no siempre hacia adelante.
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