lunes, 5 de febrero de 2007

Tres dictadores


La historia, si sabemos interrogarla, nos puede enseñar algunas cosas y en lo posible evitar que ciertos errores se repitan.
En los últimos meses han sido noticias la muerte de Augusto Pinochet, ex -dictador chileno; que murió enjuiciado por la justicia de su país, como presunto homicida, torturador y corrupto; sin honores de Estado y aborrecido por buena parte de sus conciudadanos.
Otra noticia fue el “ahorcamiento” infamante del dictador irakí Saddan Hussein; igualmente acusado de genocida, y torturador y con la alegría visible del pueblo irakí; en particular los “chiítas”, víctimas mayoritarias de su gobierno, igual que el pueblo kurdo. El tercer dictador, Fidel Castro, está agónico y aparentemente sin retorno. Su posible inminente muerte se ha convertido en un problema de Estado para Cuba; por los acontecimientos políticos que podría desencadenar.
En lo personal no creo en la pena de muerte y no me alegra el sufrimiento humano y como cristiano creo en el perdón; pero más allá de estas consideraciones los tres personajes citados son figuras históricas y políticas de primer orden que marcaron a fuego, por mucho tiempo, a sus respectivos pueblos y como gobernantes van a ser enjuiciados por la posteridad, fundamentalmente por el bien o mal que provocaron en sus pueblos. De carácter diferente los tres y en circunstancias diversas, todos compartieron el ansía de poder y el poder sin límites de una dictadura.
En mi apreciación los tres en su actuación pública fueron verdaderos azotes para sus países y la suma de males fue mucho más que el posible bien. Los tres fueron tiránicos y crueles y la muerte de sus adversarios fue una realidad así como la muerte de otros muchos. Los tres secuestraron a sus conciudadanos en el miedo, el odio y la desesperanza. Los otros se asumieron por encima de los intereses de sus conciudadanos y su enfermiza voluntad de poder no estaba dispuesta a aceptar ningún límite, ni moral, ni político.
El pueblo chileno logró sacar al dictador del poder de manera democrática pero con mucho esfuerzo y sacrificio. A Saddan para sacarlo fue necesaria una guerra de ocupación. Fidel parece que va a morir en su cama de hospital, pero después de él muchos vaticinan otros tiempos.
En términos históricos, creo que los tres terminarán en el “basurero de la historia” según la dura terminología de Marx o en la historia de la infamia, según el decir de J.L.Borges.
Como quiera que sea lo importante es aprender la lección; los pueblos tienen que evitar a tiempo el dictador, que siempre los amenaza desde los sótanos oscuros de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario