lunes, 6 de febrero de 2006

El llanero solitario

Nuestro presidente juega fuerte en el tablero del ajedrez internacional; el impulso se lo da su audacia mesiánica, la abundancia de dinero petrolero y la orientación estratégica del viejo zorro de Fidel, que en sus estertares existenciales quiere cumplir con su viejo sueño de exportar la revolución, el juego se llama hoy: guerra asimétrica. Este año y el próximo son decisivos porqué hay elecciones presidenciales en Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú. Estados Unidos ha decidido parar a Chávez y este ha optado jugársela completa retando al imperio. A pesar de las apariencias, el juego lo está ganando Estados Unidos y la razón es muy simple, nunca en la historia David le ganó a Goliat, ya que el juego geopolítico del poder mundial es mucho más complejo y complicado que el combate mencionado en la Biblia (que de paso tiene otras connotaciones de orden religioso que trascienden lo meramente terrenal y político (y además es posible que Estados Unidos sea el gigante pero estoy completamente seguro que nuestro presidente no es David, el predestinado por Dios a las glorias de Israel).
El instrumento principal de Estados Unidos para contener a Chávez es Colombia y su presidente Uribe, los movimientos mas recientes y visibles son el nombramiento del colombiano ex embajador en Washington Luis Alberto Moreno al frente del Banco Interamericano de Desarrollo así como la designación del ex presidente Andrés Pastrana como el mero embajador en la capital del imperio. Igualmente Uribe acaba de renunciar al mero Plan Colombia II Centenario hasta el 2019 que tiene como objetivo la derrota de la guerrilla y el control del narcotráfico. Entretanto nuestro presidente, a pesar de su retórica ofensiva, está cada vez más aislado y debilitado a nivel latinoamericano (sin tomar en cuenta su situación interna).
El gobierno mexicano no simpatiza con Chávez, Centroamérica y República Dominicana acaban de firmar con Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio (CHFTA). Brasil marea distancia con un Lula cada vez más debilitado políticamente. Lagos no quiere saber nada de Chávez y menos los chilenos frente a Chávez que apoyó públicamente la salida al mar para Bolivia, Kirchner, también debilitado, tiene demasiados problemas internos.
Uruguay y Paraguay no tienen peso geopolítico relevante y van a jugar, como es lógico, a sus propios intereses, ¿Qué le queda a Chávez?.

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