lunes, 13 de febrero de 2006

En el laberinto del Comandante

A menos que seamos idiotas (en el sentido griego reducidos a la vida privada) no podemos ignorar al Presidente Chávez, su condición de Presidente lo hace una presencia inevitable y sus decisiones y omisiones afectan nuestra vida de una manera u otra; de allí que lo público como opuesto y complementario a lo privado nos reclama; es decir; la política en su sentido más amplio y positivo.
Algunos autores; T. Adorno; entre otros desarrollaron una visión de la historia y la sociedad que denominaron dialéctica negativa en oposición a la llamada dialéctica de la ilustración; que planteaba como ley fundamental de la historia; la idea de progreso sustentada en un optimismo histórico a prueba de todo.
Con los acontecimientos traumáticos de la primera mitad del siglo XX, especialmente en Europa (1ª y 2ª Guerra Mundial; nazi-fascismo; estalinismo, etc.) la idea de progreso se resintió fuertemente así como el optimismo histórico en boga, de allí surgió la teoría de la regresión mítica que podía hacerse presente en algunas sociedades; negadoras del proceso civilizatorio, con un regreso a la barbarie y a estadios antropológicamente primitivos; así fueron percibidos por estos autores y explicados figuras como Hitler, Mussolini, Stalin y otros; dentro de un contexto social histórico de sociedades altamente neuróticas, perturbadas y enfermas.
En este sentido se puede hablar del fracaso de la ilustración y del historicismo. De la convicción que se tenía sobre la razón, a través fundamentalmente de la tecno-ciencia que nos liberaría de toda servidumbre, se pasó al escepticismo y al pesimismo histórico sustentado en el hecho que la razón y la tecno-ciencia también engendran pesadillas.
Todo lo anterior viene al caso por lo que estamos viviendo en Venezuela en los últimos años; un planteamiento revolucionario profundamente liberador; según el oficialismo; sus adherentes y simpatizantes mientras que otros muchos creemos que es un proceso lleno de ambigüedades potencialmente perjudicial y frustrante para el país y en cierto sentido una regresión histórica decimonónica.
Los hechos y el futuro determinarán quién tenía la percepción mas objetiva del proceso.
En lo que a nosotros respecta ha sido útil intentar la arqueología e historia del personaje y su movimiento; con los testimonios bibliográficos a la mano y la observación directa. Hay una primera etapa, situada en 1980 aproximadamente hasta 1992 que es la conspiración; vieja tentación militar y política, siempre presente en nuestra historia. Ideológicamente son identificables sus vínculos con la izquierda radical de los 60 y 70 y una influencia etérea y romántica del “árbol de las tres raíces”: Bolívar, Rodríguez y Zamora.
Una 2ª etapa legal; después del fracaso de la rebelión militar o intento de golpe de estado que fragua en una candidatura exitosa; con un mensaje ambiguo y amplio, que entusiasmó y confundió a mucha gente y que permitió al candidato aglutinar un frente amplio y heterogéneo (desde la derecha hasta la izquierda).
Ya en el poder las leyes habilitantes define al régimen de manera inequívoca; como de izquierda radical; produce la consiguiente reacción opositora del 2002-2003 y le permite a Chávez depurar su entorno militar y político; acentúa su discurso antiimperialista, sella una alianza profunda con Fidel y Cuba y se convierte en el principal agitador y abanderado de América Latina y apoyo de las izquierdas radicales del Continente. A nivel interno (2004-2005) ejerce un control total del poder mientras el país goza de una bonanza económica extraordinaria.
2006 es el año del destino: se consolida en el poder y se reelige o es el comienzo del fin?.

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