viernes, 30 de enero de 2015

Transición política en 1936


La historia no se repite, pero de ella, lícitamente podemos derivar aprendizajes.

Muerto el dictador, Juan Vicente Gómez, en 1935, se desencadena una feroz lucha por la sucesión, desde las propias entrañas del régimen. Por un lado la familia y otros factores de influencia y fundamentalmente el estamento militar. El gomecismo se fragmenta y los principales derrotados son el entorno familiar y asociados directos, imponiéndose el neo-gomecismo liderizado por López Contreras y el sector militar, lo cual le permite controlar la situación de gobernabilidad pero al mismo tiempo lo obliga a una apertura inevitable y a una política de reformas necesarias. Eleazar López Contreras venía del grupo original tachirense y del Ministerio de Guerra y Marina. Hombre de confianza del dictador, sin embargo tuvo la visión y la habilidad de iniciar y manejar la transición con la inteligencia política necesaria y que se resumió en la frase “calma y cordura”. Un hecho clave y con fuerte impacto político y simbólico fue la circunstancia de despojarse del uniforme y asumir el traje civil del magistrado, así como reducir voluntariamente su período presidencial de 7 años a 5 años. De manera adecuada había entendido que el poder no podía ser ejercido de manera absoluta como lo había ejercido el recién fallecido dictador, sino que para garantizar la gobernabilidad el poder tenía que compartirse y abrir los espacios necesarios a los sectores sociales y políticos emergentes.

Eleazar López Contreras, Presidente número 32 (17-12-1935 / 05-05-1941), fue un Presidente que supo mirar hacia adelante y con fino olfato político entendió que Venezuela había cambiado, de no haber adoptado esta política de apertura y reformas el golpe de estado hubiera sido inevitable. Supo atemperar el autoritarismo tradicional de nuestros gobiernos y entendió que solo la mesura y el equilibrio podían permitirle sobrevivir en el gobierno, al mismo tiempo que orientaba y capitalizaba las emergencias de una sociedad en movimiento y garantizaba espacio y participación a los nuevos actores sociales y políticos, inatajables en su dinámica y fuerza arrolladora, tanto, que en menos de una década ya habían asaltado el gobierno y el poder como efectivamente ocurrió el 18-10-1945 en alianza, como siempre en la historia política venezolana, con el sector militar, el partido armado, siempre presente y en rol protagónico en estos 200 años de República que no termina de asumirse definitivamente como una República civil.

Eleazar López Contreras, supo administrar el cambio necesario e inevitable, evitándole traumas y violencias innecesarias al país y facilitando la dinámica socio-política de un país en trance de futuro.

La actual coyuntura histórica siendo diferente tiene mucho parecido con los tiempos y las circunstancias de López Contreras. Vivimos una transición que si no se propicia y facilita desde el propio gobierno seguramente obligará a la República a vivir violencias y traumas perfectamente evitables con una política de diálogo y concertación.

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