Rescatar a Bolívar de la hagiografía, de los "historiadores" que escribieron "historias-por-encargo" patrocinadas y financiadas por el gobernante de turno (existen documentos al respecto) y lo más importante, rescatarlo del culto de una pretendida religión ideológicamente aprovechada que empezó con Paez, acrecentó Guzmán Blanco y continua hasta hoy, como legitimador del autoritarismo de turno. Bolívar, nos identifica, sin lugar a dudas, y cumplió un papel histórico indudable, pero sacralizarlo es utilizarlo y desnaturalizarlo. Es un liberal-ilustrado-autodidacta-mantuano-propietario, hasta el final (de allí la venta de las minas-de-Aroa) derrotado por Paez y Santander, camino al exilio, enfermo y frustrado en sus expectativas políticas. Tenemos mucho que agradecerle y nos inspira, pero no es dios, murió con su tiempo. Ahora estamos en el nuestro.
"Ideas"de Bolívar y escritos demuestran su inteligencia y cultura europea-occidental, pero no pasan de ser, desarrollos personales, en sus circunstancias, de ideas-aprendidas. Con un sesgo altamente autoritario y un temor patológico, propio de su clase aristocrática, a la pardocracia.
PARDOCRACIA, término que se usaba para identificar a la mayoría de los habitantes, usualmente calificada como inculta y humilde, y de manera despreciativa, igual indios y africanos esclavos (y hasta algunos blancos (?) pobres. Bolívar nació mantuano y murió como tal.
En conclusión, la idea es proteger la figura histórica de Bolívar, con la "verdad documental de los hechos" y su acción y probidad lo reivindican. Todo lo demás es interpretación (?) y manipulación política e ideológica, sustentada en libros, de una historiografía-hagiográfica.
El Bolívar legitimador-del-poder-autoritario, no es Bolívar, es la "figura-re-creada-a-conveniencia" del gobernante de turno. El BOLÍVAR-HOMBRE (no dios) como líder fundamental de la Independencia, logro de muchos, es el histórico. El "otro"es inventado a conveniencia. El Bolívar del culto popular, se respeta, forma parte de las necesidades emocionales y afectivas, de mucho humilde que todavía nota que los "beneficios" de la Independencia no le "terminan de llegar" se los quedan los oportunistas y logreros de siempre, los "vivos y corruptos"
Bolívar no era un santo, ni lo pretendía, sino un estadista con visión de continente, militar por "accidente" y frustrado en sus ideas-ilustradas de gobernante civilizado y civilizatorio. Un "sueño" que no terminamos de hacer realidad, NOSOTROS, dos siglos después.
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