miércoles, 3 de junio de 2020

Necesidad de lo Real


La "confusión" prevalece en Venezuela con respecto al conflicto político. Los del régimen no-son-lo-que-dicen-que-son y los de oposición creen-que-pueden-lo -que-no-pueden. Esta confusión no es casual, una probable explicación sería: nuestro "nominalismo-cultural" muy arraigado en nuestra educación y mentalidad. Confundir lo que pensamos y deseamos con la realidad. Al venezolano en general nos cuesta aceptar los "hechos" que no nos gustan o convienen. Al pensamiento crítico y objetivo lo descalifican como "pesimista", no nos gustan "las malas noticias", estamos "arruinados" y decimos "pero somos un país rico", las cosas no pueden estar peor, pero repetimos: "soy optimista". No somos una democracia pero tampoco una "dictadura", el régimen insiste en la "patria-feliz y la revolución bonita" (?). La oposición, dividida y desgastada y "desconectada" de la gente insiste en el "Vamos-bien-muy-bien" (?), los opositores de "afuera" radicalizados y valientes, la mayoría "sobreviviendo" y eso sí no es nominalismo, sino dura y cotidiana realidad. De allí la necesidad de VOLVER-A-LA-REALIDAD, “lo real siempre es racional y lo racional siempre es real" (HEGEL), la locura tiene su "racionalidad" como cada cosa real, como la economía, la política, como todo. El problema es cuando la negamos. Nos empecinamos en negar la realidad, porque "es fea"; "no-nos-gusta o no-nos-conviene". De allí la frase de Nietzsche "cuánta verdad estamos dispuestos a soportar en nuestra vida", "La verdad os hará libres" es la gran verdad y la única verdad-verdadera es la REALIDAD-REAL. Churchill prometió la "victoria" a los ingleses, le tocaba, como líder político y jefe de gobierno, pero no escondió ni disimuló la realidad y "fealdad" de la guerra ni sus tragedias de lágrimas y sangre. Nosotros, ex-rentistas cómodos (es mi tesis-histórica, perecimos por comodidad) preferimos la ilusión del pensamiento mágico de que alguien nos va a "resolver-esto" sin mayor sacrificio ni esfuerzo propio; igual puede ser "dios" o Trump, El TIAR o la invasión o el "golpe" o los "partidos" y/o "aquí-cualquier-cosa-puede-pasar". La política no es juego, ni una opinión, ni un torneo, ni juego-limpio, es una jungla de intereses, codicia y ambición, sin menoscabo de probables ideales y Valores y Principios y Teorías y Filosofías pero esencialmente es una "lectura" objetiva de la realidad y una "praxis o acción" con resultados. VOLVER A LA REALIDAD es una exigencia de la política para "avanzar" en soluciones reales, posibles, necesarias, viables, REALES.

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