viernes, 16 de octubre de 2020

Día de SAN FRANCISCO DE ASÍS

 

 


 

(Esta imagen del Santo es del GIOTTO y está en un "fresco o mural"en la Cappella del Scrovegni, en Padua y se considera el "retrato" más cercano y fidedigno de San Francisco)

En la larga, compleja y tormentosa historia del CRISTIANISMO Y LA IGLESIA, "que está en la historia y camina con la historia”, según lo establecido por EL CONCILIO VATICANO II,
el "pobre de Asís" representa una vida y un mensaje de "profunda conversión y cambio" en una Iglesia de "humanos" siempre sometidos a la "tentación del mundo y la cercanía y complicidad con los "poderosos del mundo". Francisco representa el compromiso total con el
EVANGELIO Y JESUCRISTO , que vino a"consolar y salvar".

Francisco, de hogar prospero, renuncia de manera absoluta, a cualquier bien o privilegio; y se hace "pobre entre los pobres" en identificación total con el "niño anunciado del pesebre" (de hecho se le atribuye la idea del pesebre o nacimiento navideño). Para Kierkegaard era el único cristiano que el había conocido, después de Cristo. En la Iglesia de su tiempo, finales de la Edad-Media, profundamente contaminada de "terrenalidad", Francisco introduce, sin proponérselo, con su conducta y prédica, una verdadera "vivificación" desde el ESPÍRITU-SANTO y un vendaval de aire, fresco y renovado, que perdura tanto, que el actual PAPA, en este tiempo difícil y fronterizo, adopta por primera en la traducción PAPAL, el nombre de FRANCISCO y centra su CÁTEDRA PETRINA Y VATICANA en la "mirada" a los desvalidos y sufrientes, "humillados y ofendidos" de la Tierra y lo acaba de puntualizar en su actual ENCÍCLICA sobre la FRATERNIDAD UNIVERSAL, firmada en la tumba de San Francisco y en su día.

En la misma línea "franciscana" fue su ENCÍCLICA anterior sobre la MATRIA-TIERRA (LAUDATO-SI) cuyo título lo expresa en la lengua de UMBRIA, la región de Asís, tierra natal del Santo.
En los últimos dos siglo, dos ideas movilizadoras han sacudido a la HUMANIDAD, la de LIBERTAD E IGUALDAD (herencia de la revolución francesa) pero se había olvidado la tercera palabra: FRATERNIDAD, que nos remite directamente a JESÚS y a los Evangelios, que FRANCISCO retoma con vigor y compromiso absoluto y la Iglesia, intenta continuar en este siglo 21.

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