El calendario político siempre esta activo y los medios informativos
nos abruman con informaciones y análisis de cada proceso electoral.
En cada país, por varios meses y hasta años, tiende a ser la
noticia importante, las elecciones que correspondan y más si son
presidenciales.
Por ejemplo en el 2022 en Brasil y Colombia
eligen presidente y ya es la principal discusión política en los
medios. Aquí mismo en Venezuela, el 2022 ya plantea un debate a
fondo sobre el posible referendum-revocatorio presidencial o eventual
adelanto de las elecciones.
En este mismo mes de noviembre hubo
elecciones legislativas en Argentina y cuyos resultados expresan un
debilitamiento del apoyo político al gobierno.
Esta es la
verdadera fortaleza de una democracia, la alternabilidad en el
gobierno así como el pluralismo en un Estado de Derecho y de respeto
absoluto a los Derechos Humanos.
En Chile se eligió presidente
este domingo 21 de noviembre, en una sociedad
crecientemente
crispada y polarizada.
En Venezuela ese mismo día se eligieron
los poderes regionales y municipales en un ambiente ambiguo de
desconfianza y esperanza, expresado en el hecho de una proyección de
participación electoral, entre un 40 a 50%.
En Nicaragua no
hubo realmente elecciones, el mundo democrático no las
reconoce.
Ortega resultó un dictadorzuelo, delincuente sin
enmienda.
Cuba, la mencionamos, no por elecciones, en un país
fasciocomunista, de partido único, hablar de elecciones no tiene
ningún sentido. Nos referimos a Cuba por la vergonzante y criminal
acción represiva del castrismo frente a la convocatoria cívica del
16N.
Es hora que
entendamos todos que la dicotomía izquierda/derecha no funciona
frente a las dictaduras.
Se está con la libertad y la
democracia o somos cómplices de los delincuentes, torturadores y
asesinos de sus pueblos.
La DEMOCRACIA
es imperfecta y llena de distorsiones y manipulaciones, pero es
perfectible si se garantiza y funciona el Estado de Derecho y todas
las inmensas posibilidades de la libertad.
Desde el siglo XVII y
XVIII la humanidad viene desarrollando de manera práctica, el
proyecto democrático.
La democracia, a pesar de todo, sigue
siendo el menos malo de los sistemas políticos.
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