Nuestra
tragedia como sociedad es que no hemos tenido una tradición cultural
verdaderamente moderna. El “renacimiento”, la “reforma”, el
“racionalismo”, y la ´”ilustración” apenas fue un barniz en
nuestra formación y evolución como sociedades; seguimos anclados
genéticamente y psicológicamente en la Edad Media. En nuestra
conducta individual y colectiva sigue prevaleciendo la actitud y la
conducta mágico-religiosa; seguimos siendo profundamente nominalista
y continuamos ignorando a la economía política como la capacidad de
prosperar a partir de la escasez y en política domesticar y limitar
el poder personal a través de la democracia. La mayor demostración
de lo anterior en el caso venezolano es la actitud de nuestra
sociedad, elites e intelectuales frente al petróleo en la historia
nacional; el petróleo ha sido demonizado y se le ha hecho cargar con
todos nuestros males y responsabilidades; comenzando con la
desafortunada frase de “sembrar el petróleo” una ilusión de
arcadia rural añorada, absolutamente fuera de la realidad; de
allí la paradoja de mientras más
ricos somos más
pobres y la abundancia fiscal en vez de permitirnos
progresar nos hunde más
en el atraso.
lunes, 21 de agosto de 2006
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