Herbert Marcuse (1898-1979) fue un autor importante para entender la contemporaneidad; especialmente el siglo XX, en los años 60 y 70 era uno de los intelectuales de moda entre la juventud contestaria de la época y casi un profeta de lo por-venir. Sus libros “Eros y Civilización”; “Razón y Revolución”; “El Marxismo soviético” y “El hombre unidimensional” eran textos obligados para aquella generación rebelde e irreverente.
En su libro sobre el “Marxismo Soviético” (1958) dice algunas cosas, a nuestro juicio, aplicables al análisis de lo que viene pasando en Venezuela desde 1999. Para Marcuse, citando a Marx; la transición al socialismo no se decreta ni es automática sino que responde a leyes objetivas del cambio social y que tiene que ver con la libertad del individuo y la liberación de éste de su esclavitud con respecto a sus necesidades y al trabajo alienado.
Por eso en Rusia fracasó la revolución con el colapso dela Unión Soviética en 1989; y es que contrariamente a la teoría, el trabajador soviético cada día era menos libre y menos próspero; lo que a mi juicio está sucediendo en Venezuela; en donde cada día la libertad retrocede y la pobreza aumenta.
Marcuse afirma que “el socialismo soviético en vez de suceder al capitalismo coexiste con él, en vez de superarlo lo imita”. Lo mismo que está pasando en Venezuela; por un lado un lenguaje anticapitalista y antiimperialista y en la práctica nunca como ahora están haciendo tan buenos negocios en Venezuela las tan denostadas multinacionales capitalistas e imperialistas; el lenguaje en esta Venezuela desorientada de hoy; es ruido y sombra y no luz, tal como lo quería el poeta Holderlin.
El socialismo, nos recuerda Marcuse, según Marx era la última etapa del desarrollo industrial y la superación de toda forma de trabajo alienado; en nuestro país el “proyecto socialista” cada vez se está pareciendo más a la experiencia birmana de Pol Pot y su atrasada revolución genocida, rural y endógena, llena de violencia y horror; que tantas víctimas y dolor provocó. El socialismo es cosa seria y respetable, no permitamos que la palabra y las ideas que lo expresan se conviertan en burla y estafa.
Lo real es que tenemos una República militar y una democracia amenazada por una voluntad de poder que lo que quiere es perpetuarse en el mismo.
En su libro sobre el “Marxismo Soviético” (1958) dice algunas cosas, a nuestro juicio, aplicables al análisis de lo que viene pasando en Venezuela desde 1999. Para Marcuse, citando a Marx; la transición al socialismo no se decreta ni es automática sino que responde a leyes objetivas del cambio social y que tiene que ver con la libertad del individuo y la liberación de éste de su esclavitud con respecto a sus necesidades y al trabajo alienado.
Por eso en Rusia fracasó la revolución con el colapso de
Marcuse afirma que “el socialismo soviético en vez de suceder al capitalismo coexiste con él, en vez de superarlo lo imita”. Lo mismo que está pasando en Venezuela; por un lado un lenguaje anticapitalista y antiimperialista y en la práctica nunca como ahora están haciendo tan buenos negocios en Venezuela las tan denostadas multinacionales capitalistas e imperialistas; el lenguaje en esta Venezuela desorientada de hoy; es ruido y sombra y no luz, tal como lo quería el poeta Holderlin.
El socialismo, nos recuerda Marcuse, según Marx era la última etapa del desarrollo industrial y la superación de toda forma de trabajo alienado; en nuestro país el “proyecto socialista” cada vez se está pareciendo más a la experiencia birmana de Pol Pot y su atrasada revolución genocida, rural y endógena, llena de violencia y horror; que tantas víctimas y dolor provocó. El socialismo es cosa seria y respetable, no permitamos que la palabra y las ideas que lo expresan se conviertan en burla y estafa.
Lo real es que tenemos una República militar y una democracia amenazada por una voluntad de poder que lo que quiere es perpetuarse en el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario