Leyendo la prensa en estos días, fue como se me ocurrió el título de este artículo o de pronto hubiera podido llamarlo “El retorno de los brujos”. Casi todo lo que está sucediendo en nuestro país parece desquiciado, fuera de si. El primer ciudadano, por su cargo no por su conducta y lenguaje, sigue empeñado en pelear con todo el mundo y condenarnos al descrédito y aislamiento internacional. Las ideas más dementes se pretenden presentar como políticas de Estado; un fantasioso gasoducto hacia el Sur, dispendioso, ecocida e irreal. La salida intempestiva e inconsulta del Pacto Andino (mientras a los venezolanos se nos está otorgando precisamente un Pasaporte Andino). El insulto excesivo y exorbitante a un candidato presidencial peruano, casi seguro Presidente de ese país, por segunda vez. Un acuerdo de pobres con Cuba y Bolivia, que con excepción del petróleo y dinero venezolano, no tienen nada o casi nada que ofrecer. Mientras se denuncia el imperio y a Mr. Danger se incrementa la dependencia comercial con ese país y el comercio con Florida aumenta un 35% en el 2005. Mientras más endógenos somos más importamos (paradoja que no logro entender) mientras la corrupción, la pobreza y la inseguridad sigue creciendo. El colmo fue un personaje del régimen acusando a la CIA y a la oposición de fraguar los últimos asesinatos que han estremecido a la opinión pública en los últimos tiempos, para desestabiliza el régimen.
La irracionalidad y la locura pareciera ser la nota dominante de nuestra sociedad; claramente enferma y neurotizada por personajes, cuya presencia y lenguaje, por decir lo menos intranquiliza y asustan.
La irracionalidad y la locura pareciera ser la nota dominante de nuestra sociedad; claramente enferma y neurotizada por personajes, cuya presencia y lenguaje, por decir lo menos intranquiliza y asustan.
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