jueves, 4 de marzo de 2010

Reconciliación

El país luce cansado y en vilo, la inmensa mayoría de los venezolanos, tanto en el sector oficialista como en la oposición así como en los llamados ni-ni, o como diría Jorge Eliecer Gaitán, el gran líder popular colombiano, el país nacional está exigiendo a gritos diálogo y entendimiento, sobre la base de un gran acuerdo nacional de gobernabilidad y de gobierno que posibilite a la sociedad retomar el rumbo del desarrollo, y ello no se logra si seguimos en esta carrera irracional de insultos y descalificaciones y mucho menos con la grosera entrega a Cuba, ni el absurdo armamentismo. Nunca más pertinente la lección de Mandela en Sudáfrica y la del presidente uruguayo, recientemente electo. Mujica, un consecuente militante de izquierda y con un profundo sentido común, llega a la presidencia con un lenguaje conciliador y una política inclusiva. Durante la campaña, le plantearon la posibilidad al llegar al poder de enjuiciar y encarcelar a los hombres de la dictadura y la respuesta fue diáfana. Negaba absolutamente la posibilidad de encarcelar a unos viejos que ya eran pasado. Lo importante es el futuro y el proyecto nacional, compartido y consensuado con todos los sectores. En contraste, en esta Venezuela surrealista, con 11 años en el gobierno, apenas ahora se les ocurre solicitar la extradición de Carlos Andrés Pérez para enjuiciarlo y encarcelarlo, un hombre de casi 85 años y severamente limitado en su salud.
El otro caso es el de Nelson Mandela, ya en el gobierno, los extremistas de su partido le plantearon la exclusión de los blancos y un posible apartheid político para los mismos. La respuesta del gran líder africano fue tajante: sin los blancos sudafricanos el país no tendría futuro y que tan sudafricanos eran los unos como los otros y que un gobierno que representaba a toda la nación no podía excluir a ningún sector.
Un país, una sociedad, una nación, una república, es diversa y compleja por definición y con múltiples intereses y que en algún momento inclusive son intereses antagónicos, pero en lo esencial, la política y el gobierno, tienen que participar de una visión compartida del país, que permita posibilitar un futuro común. No hay otra posibilidad para garantizar nuestro destino como pueblo que la reconciliación nacional, y de allí el acierto creativo de una pancarta desplegada en Caracas por el movimiento estudiantil que expresa de manera gráfica este sentimiento nacional de reconciliación: “Paz y Diálogo, Venceremos.”

1 comentario:

  1. Excelente maestro, por eso insisto gente como usted es la calificada para representarme a mí, no un escogido a dedo y que ya le quedo la costumbrita desde los tiempos de CAP. Lo cierto y triste es que la respuesta esta en la C.N.R.B.V. en su articulo 67 pero los mismos de siempre, esos que usted ataco y yo defendí hace años en la casa de una amiga en común cuando yo fui en representación de ese partido. Hoy mis ojos ven con tristeza que todo lo que usted predijo se cumplió. Este país no soporta más entreguismo a Cuba, más falso Socialismo, esto es una copia del politburó ruso y el enemigo conoce muy bien nuestras debilidades y ve que son reiterativas y solo se sienta a esperar que Mercedes que se bañe en el pozo para sacar sus las fauces. Ellos están seguros de nuestro maniobrar, porque en 11 años no hemos cambiado el despliegue de la Maniobra. No es posible esta pelea de perros, de borrachos por una botella vacía y este mal ejemplo de la mal llamada mesa de la "unidad" que quienes la dirigen pretenden ser candidatos o en todo caso poner su respectiva marioneta o hacerse los tontos con “nuestros gloriosos estudiantes o nuestros sacrificados presos políticos. Sueño con una Asamblea Nacional de gente como usted, de algunos políticos luchadores como Julio Montoya, de nuestros estudiantes glorioso e insoslayables en sus principios democráticos, lo se porque son mis compañeros de lucha, de dirigentes excelentes de bases que conocen la realidad de los barrios y de las parroquias, más allá de un restaurante de lujo y un escocés de 18 años, que creen que ellos manejan y controlan el mundo. Hay una frase que me parece que cae como anillo al dedo en este momento histórico de la patria "Para que triunfe el mal, basta con que los hombres de bien no hagan nada." Edmund Burke bueno Rector estoy seguro que ha llegado la hora de que los hombres de bien hagamos lo que nos corresponde, ya basta de tanto show, de tanto insulto, dejémoslos a ellos con sus miserias, ellos no representan a la Venezuela heroica, a la Venezuela trabajadora, ellos representan todo los errores que nos trajeron aquí. Tengo un plan y espero contar con usted, para planteárselo. Sabe como ubicarme. Tenga usted mi más afectuoso saludo y el consecuente respeto. Fernando Gómez R. fernandogr60@hotmail.com

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