sábado, 18 de septiembre de 2010

El pensamiento crítico

El Primer problema en la relación al intelectual es realmente preguntar qué es un intelectual, pues tendríamos que ir mas allá de asumirlo como quien de una u otra manera accede a la educación universitaria y tiene la posibilidad de opinar, de publicar o mas allá de un oficio externo.
El intelectual termina siendo lo que pudiéramos llamar el pensamiento crítico, ejercido de manera sistemática, encarado desde una postura ética sin complacencias, sin ubicarse con un sector u otro, un poco lo que en la cultura europea occidental pudiera representar un Erasmo. Erasmo fue un hombre impopular tanto en un bando como en el otro, tanto en el bando del emperador como en el bando del papado, para simplificar el antagonismo, porque él vio los puntos débiles de uno del otro y no se prestó a la propaganda de ninguno de los lados.
Yo pienso que el intelectual de verdad, sería esa persona que desde su postura crítica, no importa si coincide o disiente con los poderes constituidos y lógicamente paga un costo, es una especie de franco tirador, y en Venezuela los hemos tenido pero muy escasos. Después viene lo que podemos llamar responsabilidad del intelectual orgánico institucional, es decir, ya no el individuo sino instituciones que estarían llamadas a fijar posiciones críticas: como las academias, las universidades, y cualquier tipo de institución. Y resulta que estas instituciones normalmente son expresiones de lo contrario, se acomodan con facilidad a quien manda o a lo establecido. En Venezuela, lo que hemos tenido es una serie de individuos que normalmente han terminado enrolándose o claudicando, el suicidio es una constante en la historia del intelectual venezolano, por otro lado está el finís patria, una actitud de desespero que ya no puedes cambiar, pienso que todo eso configura un aspecto característico del intelectual venezolano, que en las últimas décadas, en su mayoría, abandonó sus responsabilidades.

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