viernes, 10 de enero de 2014

El diálogo necesario


No tengo la menor duda que la noticia política más importante, nacional, del 2013, fue la muerte de Hugo Chávez. Igual que sucedió con Juan V. Gómez en 1935, el régimen sobrevivió un tiempo pero con cambios políticos inevitables hasta implantar de manera irreversible el proyecto democrático en el proceso político nacional.
Entre el 14 de abril, elecciones presidenciales, y el 8 de diciembre, elecciones municipales, se definió de manera precisa la fuerza real de partidos y grupos políticos. De 19.167.416 electores sufragaron por el oficialismo 26.67% del total electoral, lo que no significa que la diferencia sea toda de oposición, pero lo cierto es que podemos hablar de 3 minorías: gobierno, oposición y sectores independientes y habitualmente abstencionistas.
Con el 26.67% es imposible la gobernabilidad sin abrir un importante espacio de diálogo a nivel nacional, con todos los sectores, de no hacerse y caer en la tentación de la represión, la grave situación económica, social y política pudiera desbordarnos.
El “chavismo” es sin lugar a dudas una realidad política pero sin el liderazgo unificador de su fundador tenderá a fragmentarse en diversas tendencias y grupos de interés, poniendo en grave riesgo la gobernabilidad. En la oposición las cosas tampoco son fáciles, diversos partidos y múltiples intereses, pero paradójicamente sus debilidades y un adversario común los une.
El 2014 no luce fácil en ningún sentido, la economía en bancarrota con una devaluación crónica y una inflación indetenible, que los sectores oficiales han caracterizado muy bien cuando hablan de una guerra económica, pero en este caso provocada por ellos mismos.
Del 8D, como ya dije, se reflejan 3 minorías electorales, pero con la diferencia de que una va en mengua y la opositora tiene enormes posibilidades de crecimiento, siempre y cuando su liderazgo sea asertivo y que en las gobernaciones y alcaldías que están bajo su responsabilidad se demuestre de verdad un buen gobierno y un combate frontal a la corrupción.
La reunión de Maduro con los alcaldes fue muy auspiciosa, en todo sentido, la presencia del liderazgo opositor fue seria y pertinente y el planteamiento de ambas partes de desarrollar un diálogo a partir del principio de la co-responsabilidad es fundamental. Igualmente positiva ha sido la actitud de algunos gobernadores y alcaldes de tendencias opuestas que se han sentado a conversar, como por ejemplo, el gobernador de Carabobo y el alcalde de Valencia, y aquí en el Zulia, con mucha timidez todavía, el acercamiento necesario entre el gobernador Arias y la alcaldesa, Eveling.
El 2014 puede ser uno de nuestros peores años pero al mismo tiempo se abren posibilidades objetivas de empezar a recuperar el país políticamente a través de un diálogo necesario y constructivo. Confiamos en la madurez política de la oposición, pero sobre todo en el coraje de un gobierno que para poder seguir siendo gobierno necesita, aunque diga lo contrario, cancelar la pesada herencia recibida y asumir un compromiso abierto con el proyecto democrático.

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