En otro aniversario, la
califiqué como una Facultad, adulta y no es poca esta responsabilidad de ser
adulto, nos toca ser responsables, productivos y útiles, en otras palabras a la
Facultad de Ciencias le toca ser productiva y útil y creo que lo es.
Su historia de 25 años no ha sido fácil, fue creada en un
momento de crecimiento aluvional y
crisis matricular, nace masificada y confundida en dos identidades
escindidas: los Estudios Generales y las
Ciencias Básicas Sectoriales; lo urgente y lo importante superpuesto y
confundido. Esta doble identidad ha sido
su contradicción fundamental, que el tiempo ha ido decantando y que hoy,
afortunadamente, no hay duda, sigue administrando los Estudios Generales
verticalizados pero su deber fundamental y vocación se ha ido consolidando en
torno a la ciencia, como debe ser.
La Facultad Experimental de Ciencias se nos presenta como
una Facultad en franco crecimiento académico y así lo evidencian algunos
indicadores cualitativos como sus licenciaturas, de prestigio creciente. Sus maestrías en Microbiología, Antropología,
Planificación y Gerencia en Ciencia y Tecnología, Ecología, Química y sus
Doctorados en proceso de planificación e implementación. Lo más importante es el profesorado, empeñado
en ser cada días mejor y así lo evidencia sus 45 PPI (Programa de Promoción del
Investigador) 5 en Ciencias Humanas, 21 en Química, 10 en Biología, 1 en
Matemática, 6 en Física. Mucha es la
demagogia que se ha hecho en nuestras Universidades populistas sobre la
pertinencia social de nuestras instituciones.
Efectivamente, las Universidades se deben al país y a la sociedad, pero
el único camino efectivo, es cumpliendo nuestro rol científico. Graduar profesionales es importante, pero no
es suficiente; fijar posición frente a los problemas del país es necesario,
pero no se agota allí nuestra responsabilidad, hay que producir ciencia, así de
sencillo.
No hay progreso ni felicidad de los pueblos sino sobre el desarrollo tecno/científico y
la capacitación permanente de la gente; lo demás es ilusión
tercermundista. Nuestras Universidades
enfrentan el reto de la eficiencia y la meritocracia y ser referencia en el
mundo. La Facultad Experimental de
Ciencia creo que lo ha ido entendiendo
progresivamente y así lo ha asumido. La
Facultad ha transitado un camino, largo
ya de un cuarto de siglo, y está asumiendo el reto del siglo XXI. Es una historia de crisis y conflicto
permanentes pero igualmente de esfuerzos y trabajo creador, como es la historia
de los seres humanos, llena de contradicciones y limitaciones internas y
externas; pero a pesar de todo se avanza, en una dialéctica de historia y
utopía, que solamente los cansados y escépticos, niegan.
En este aniversario mi homenaje a toda la comunidad de la
Facultad, a los héroes de la cotidianidad, donde se labra el tiempo y el futuro
y a sus dirigentes, encarnados en sus Decanos, y en particular al Decano
fundador Alfonso Añez Maya, que le correspondió el honor de la fundación y los
sinsabores de la época más difícil y dura que le ha tocado a la Facultad
Experimental de Ciencias.
Hoy, a los 25 años, la apuesta es por el futuro y el
compromiso permanente con una Universidad y un país en crisis estructural y
urgidas de cambios fundamentales en todas las órdenes sin renegar de una
herencia y una tradición menguada pero presente y real y sin la cual no
podríamos avanzar. Es característica de
la raza humana, avanzar sobre sus limitaciones.
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