lunes, 15 de mayo de 2006

La fraternidad como política

Dedicado a Rosario Tapiero y Antonio Da Silva

“La fraternidad es un compromiso que favorece el desarrollo auténticamente humano del país sin aislar en la incertidumbre del futuro a las clases más débiles, sin excluir a otras del bienestar y sin crear nuevas formas de pobreza (…) permitiría además introducir nuevos principios en el trabajo político cotidiano: haría que no se gobernara nunca contra nadie ni sólo como expresión de una parte del país…” (Chiara Lubich).
“Gobernar nunca contra nadie” esta es la frase de oro para el buen gobierno; es lo que nos obliga de verdad al servicio público, como servicio del “otro”; no importa el nivel o jerarquía de nuestra responsabilidad.
La política o el gobierno, como todas las cosas depende de las personas que la ejercen y ocupan los cargos. Nadie es más o menos importante como persona dependiente del cargo que ocupa, lo importante es el nivel de competencia, responsabilidad, eficiencia, resultados y servicio que prestemos. Las instituciones y la organización y gerencia son instrumentos importantes y necesarios en la gestión social e inherente al proceso económico e histórico en general. Un incompetente, más allá de sus buenas intenciones, termina siendo un peligro y un desastre para sus semejantes, se debería tener la honestidad y el valor de nuestra real competencia y preparación y actuar en consecuencia y no obligar a nadie a sufrir nuestro desgobierno.
Igualmente es importante la honradez, ésta como la competencia es responsabilidad personal y tiene razón George Bernard Shaw cuando afirma que “no es cierto que el poder corrompa, es que hay políticos que corrompen el poder”. La responsabilidad definitiva de nuestros actos siempre es personal, aunque puedan existir atenuantes y circunstancias que disminuyan o aumenten nuestra responsabilidad, pero el hecho de ser libres nos obliga siempre a elegir y tomar decisiones que nos comprometen a nosotros y a los demás; y es que la libertad conlleva una responsabilidad moral ineludible y ésta nos obliga siempre a servir a los demás y nunca hacerle daño voluntariamente a nadie. Como dice Chiara Lubich “La fraternidad hace posible pensar en un bien común de todos los hombres, y pensar en la humanidad entera en términos políticos; con esta perspectiva, obviamente, es como se pueden afrontar incluso los retos que la globalización plantea hoy dentro de nuestras sociedades (…) es la que nos realza plenamente como ciudadanos de nuestra ciudad y del mundo.

Nota: Si se quiere profundizar en el pensamiento, vida y obra de esta extraordinaria mujer que es Chiara Lubich, se puede hacer visitando el sitio web: http://www.focolare.org

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