Asistir a un evento de comunicadores y publicistas es toda una experiencia: (3º Congreso de la Conferencia Venezolana de Comunicación Social. COVECOS 3. Margarita; 15-19 de Mayo).
Una experiencia que nos conecta con un mundo joven lleno de posibilidades; especialmente en un país en donde se ha llegado a desconfiar de todo el mundo.
El evento se inauguró con Antonio Pasquali; una autoridad indiscutible en la materia. Nos habló de la publicidad su importancia e influencia; especialmente en su dimensión económica y política y el reto tecnológico que encaran los medios de comunicación. Es impresionante lo que se gasta en publicidad en los diversos medios y en particular en televisión. En otra conferencia de Aquiles Esté, un competente profesional; se destacaba por cierto; el gasto en publicidad del actual gobierno y se manejó la hipótesis, a falta de investigaciones suficientes al respecto; que es el gobierno que mas ha gastado en publicidad en toda la historia del país y uno de los presupuestos mas altos del mundo para la publicidad del régimen y su caudillo; que en lo personal me hizo recordar la importancia de la propaganda en regimenes políticos totalitarios y autocráticos; como el soviético y el nazi- fascista; de hecho los verdaderos fundadores de la propaganda moderna y contemporánea, que en el sistema capitalista derivó fundamentalmente hacia el consumo masivo con una fuerte base de irracionalidad; tal como lo recordaba Aquiles Esté en su conferencia.
La publicidad; sustentada en la investigación neurológica y psicológica, trata de construir una “obsesión para promover una marca”. Lo racional, en publicidad es evadido de manera sistemática y se recurre todo el tiempo a lo emocional instintivo; es decir a lo irracional, es casi como el conductismo “pavloniano”.
El ser humano es asumido en sus paradojas y dualidades; que asume la experiencia y la realidad “narrativamente”; más en términos míticos o literarios que científicamente y por allí se cuela el mensaje y el propósito publicitario; lo importante es “vivir” no “comprender”.
El mundo de la publicidad termina atemorizándome; por un lado es una profesión respetable y una disciplina interesante y necesaria en el mundo de hoy; inconcebible sin la publicidad; pero tan vinculado a los apetitos y complejos del ser humano que ayuda a aumentar nuestra alienación consumista hasta niveles de irracionalidad.
El siglo XXI se inaugura solitario en sus desafíos; el pasado cada vez nos sirve menos y las nuevas generaciones tienen enormes retos y desafíos por delante; les sobra energía y talento, pero no es suficiente.
Una experiencia que nos conecta con un mundo joven lleno de posibilidades; especialmente en un país en donde se ha llegado a desconfiar de todo el mundo.
El evento se inauguró con Antonio Pasquali; una autoridad indiscutible en la materia. Nos habló de la publicidad su importancia e influencia; especialmente en su dimensión económica y política y el reto tecnológico que encaran los medios de comunicación. Es impresionante lo que se gasta en publicidad en los diversos medios y en particular en televisión. En otra conferencia de Aquiles Esté, un competente profesional; se destacaba por cierto; el gasto en publicidad del actual gobierno y se manejó la hipótesis, a falta de investigaciones suficientes al respecto; que es el gobierno que mas ha gastado en publicidad en toda la historia del país y uno de los presupuestos mas altos del mundo para la publicidad del régimen y su caudillo; que en lo personal me hizo recordar la importancia de la propaganda en regimenes políticos totalitarios y autocráticos; como el soviético y el nazi- fascista; de hecho los verdaderos fundadores de la propaganda moderna y contemporánea, que en el sistema capitalista derivó fundamentalmente hacia el consumo masivo con una fuerte base de irracionalidad; tal como lo recordaba Aquiles Esté en su conferencia.
La publicidad; sustentada en la investigación neurológica y psicológica, trata de construir una “obsesión para promover una marca”. Lo racional, en publicidad es evadido de manera sistemática y se recurre todo el tiempo a lo emocional instintivo; es decir a lo irracional, es casi como el conductismo “pavloniano”.
El ser humano es asumido en sus paradojas y dualidades; que asume la experiencia y la realidad “narrativamente”; más en términos míticos o literarios que científicamente y por allí se cuela el mensaje y el propósito publicitario; lo importante es “vivir” no “comprender”.
El mundo de la publicidad termina atemorizándome; por un lado es una profesión respetable y una disciplina interesante y necesaria en el mundo de hoy; inconcebible sin la publicidad; pero tan vinculado a los apetitos y complejos del ser humano que ayuda a aumentar nuestra alienación consumista hasta niveles de irracionalidad.
El siglo XXI se inaugura solitario en sus desafíos; el pasado cada vez nos sirve menos y las nuevas generaciones tienen enormes retos y desafíos por delante; les sobra energía y talento, pero no es suficiente.
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