Es el “slogan” de campaña de Teodoro Petkoff; creo que es un acierto político y publicitario del candidato; en tres palabras resume y expresa el estado anímico y psicológico de casi todos los venezolanos, no importa edad o condición.
Igualmente inteligente fue su comentario sobre su edad; Nerón incendió Roma a los 28 años, si no recuerdo mal; mientras que Tancredo Neves, de 78 años, liderizó la transición brasileña de la dictadura a la democracia.
Está estudiado que dictaduras y tiranías se aposentan y eternizan sobre el miedo de la gente; así fue en la España franquista, y así fue en la Venezuela gomecista. La sociedad norteamericana vivía un profundo miedo cuando la gran debacle económica de 1929; el famoso “crak” financiero de Wall Street; por cierto una crisis inesperada y precedida por años de bonanza económica. Frente al miedo colectivo surgió la valiente, oportuna y esperanzada candidatura de F.D. Roosevelt con su “slogan” de campaña: Vencer al miedo y perderle miedo al miedo.
“Mr “Danger” como dice nuestro presidente no puede gobernar la primera potencia del mundo amenazando al mundo; pero tampoco el Sr. Chávez puede gobernarnos amenazándonos todo el tiempo y amenazando fuera y dentro de Venezuela a los que no piensen como él.
Hitler fue producto del miedo y el miedo acabó con él, a un costo de 50 millones de víctimas.
Un gobernante, por definición debe trabajar para la vida y no para la muerte, de allí que la candidatura de Teodoro plantea todo un programa y propuestas para todos los venezolanos, incluidos “chavistas” y en especial para la Venezuela pobre, casi 60% de nuestra población, con su idea de la “cesta ticket petrolera” orientada a la promoción personal y familiar en rubros vitales como alimentación, salud, educación y vivienda. Lo otro es el empleo y la seguridad; sin ello no hay democracia. Hay que acabar con la paradoja de un gobierno rico y un país pobre; unos gobernantes enriqueciéndose y protegidos y una sociedad empobreciéndose y desprotegidos.
Ojalá Teodoro, en los próximos meses logre articular su mensaje y candidatura con el país. Mientras tanto hay que seguir impulsando un proceso electoral limpio y transparente y un candidato único de oposición.
Urge recuperar el futuro.
Igualmente inteligente fue su comentario sobre su edad; Nerón incendió Roma a los 28 años, si no recuerdo mal; mientras que Tancredo Neves, de 78 años, liderizó la transición brasileña de la dictadura a la democracia.
Está estudiado que dictaduras y tiranías se aposentan y eternizan sobre el miedo de la gente; así fue en la España franquista, y así fue en la Venezuela gomecista. La sociedad norteamericana vivía un profundo miedo cuando la gran debacle económica de 1929; el famoso “crak” financiero de Wall Street; por cierto una crisis inesperada y precedida por años de bonanza económica. Frente al miedo colectivo surgió la valiente, oportuna y esperanzada candidatura de F.D. Roosevelt con su “slogan” de campaña: Vencer al miedo y perderle miedo al miedo.
“Mr “Danger” como dice nuestro presidente no puede gobernar la primera potencia del mundo amenazando al mundo; pero tampoco el Sr. Chávez puede gobernarnos amenazándonos todo el tiempo y amenazando fuera y dentro de Venezuela a los que no piensen como él.
Hitler fue producto del miedo y el miedo acabó con él, a un costo de 50 millones de víctimas.
Un gobernante, por definición debe trabajar para la vida y no para la muerte, de allí que la candidatura de Teodoro plantea todo un programa y propuestas para todos los venezolanos, incluidos “chavistas” y en especial para la Venezuela pobre, casi 60% de nuestra población, con su idea de la “cesta ticket petrolera” orientada a la promoción personal y familiar en rubros vitales como alimentación, salud, educación y vivienda. Lo otro es el empleo y la seguridad; sin ello no hay democracia. Hay que acabar con la paradoja de un gobierno rico y un país pobre; unos gobernantes enriqueciéndose y protegidos y una sociedad empobreciéndose y desprotegidos.
Ojalá Teodoro, en los próximos meses logre articular su mensaje y candidatura con el país. Mientras tanto hay que seguir impulsando un proceso electoral limpio y transparente y un candidato único de oposición.
Urge recuperar el futuro.
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