viernes, 12 de junio de 2009

El miedo como política

“Al que vive temiendo nunca le tendré por libre”
Horacio
Como seres sociales y políticos (no hay nada mas tonto y cómodo que llamarse a-político) somos protagonistas y víctimas de nuestra propia vida, marcada de manera profunda e inevitable por las políticas públicas en curso. En nuestro país la política es altamente desestabilizadora por el estilo presidencial y gubernamental de amenazar y amedrentar a los disidentes y opositores (y con persecución y castigo real a veces) pero también hacia la población en general cuando implanta políticas arbitrarias, improvisadas y algunas de dudosa legalidad.
La amenaza a la propiedad es una de ellas; el manejo ventajista del presupuesto y de los poderes públicos; a ello se agrega la anomia social existente y en desarrollo que tiene que ver con la anarquía imperante; la inseguridad creciente y el combate perdido contra la pobreza, que va en aumento, afectando de manera diversa pero no menos dramática a los sectores populares y a las clases medias que están viviendo uno de los peores momentos, huérfanos políticos y confrontando crecientes dificultades.
El miedo (ambiente propicio a las dictaduras y al fascismo) tiende a gobernar nuestras vidas; por la delincuencia creciente e impune y por las dificultades económicas objetivas que hacen insuficiente el salario y el ingreso familiar.
El venezolano promedio está asustado mientras el régimen se maneja de espaldas a la mayoría silenciosa, y la consigna generalizada es “manos arriba”, es la ley o la delincuencia en confusión peligrosa.
En un excelente artículo “Democracia sin miedo” (El Nacional; 17-10-05), Monseñor Ovidio Pérez Morales, dice: “Parafraseando una frase de Sir Winston Churchill: una democracia es un régimen en el cual el ciudadano no teme que llamen a su puerta a hora temprana, porque supone que es el lechero. Ni teme tampoco que el vecino conozca la propia tendencia ideológica o partidista. Ni salir a la calle en una manifestación. Ni declarar a los medios de comunicación social sus opiniones. Ni que le quiten el empleo o le retiren un contrato por estar en una “lista”… y termina Monseñor el artículo, con una cita de Epicteto, que es toda una filosofía a asumir por el venezolano asustado o atemorizado de hoy: “No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la cárcel, ni de la muerte. De lo que hay que tener miedo es del propio miedo”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario